El director nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) informó que, hasta el 8 de octubre, se registraron 9,8 millones de hectáreas afectadas por incendios forestales en todo el país. El reporte sostiene que el 61% del fuego se concentra en zonas boscosas.

Según el informe, Santa Cruz es el departamento más afectado con el 68% de las cicatrices de quema, mientras que Beni representa el 28% y La Paz el 3%. Estas áreas incluyen 26 municipios y 34 comunidades, movilizando a 1.256 bomberos en todo el país para combatir los focos de fuego. 

Comparado con la semana pasada, se ha logrado reducir las áreas afectadas, pasando de 70 a 43 sectores con incendios activos. "La situación es crítica, pero hemos logrado avances significativos en la última semana", aseguró Núñez.

Áreas afectadas

El informe presentando por Núñez hace diferenciación por tipo de propiedad. Las tierras no disponibles, como parques nacionales, áreas protegidas y reservas forestales, constituyen el 28% de las hectáreas quemadas. Mientras tanto, las tierras disponibles para asentamientos representan un 9%. 

Las propiedades medianas y empresariales también sufren un alto impacto, con un 28% de las cicatrices de quema en sus terrenos, seguidas de los territorios indígenas, con un 26%.

Las tierras tituladas de forma colectiva y las pequeñas propiedades conforman el 5% y el 2% respectivamente.

En cuanto al tipo de vegetación, Núñez informó que el 61% de las áreas afectadas corresponden a zonas boscosas, mientras que el 39% son barbechos o pastizales.

Estos datos revelan que los incendios no solo están destruyendo pastizales o áreas agrícolas, sino también grandes extensiones de bosques, lo que agrava la situación ambiental.

El INRA también presentó un análisis histórico sobre las hectáreas afectadas por incendios forestales en los últimos años. En 2019, se registraron 5,2 millones de hectáreas quemadas. En 2020, la cifra bajó ligeramente a 4,9 millones, pero en 2021 disminuyó a 4,1 millones. Sin embargo, en 2022 aumentó de nuevo a 4,4 millones, y en 2023 alcanzó los 6,3 millones de hectáreas. Este año, 2024, ya se han superado los 9,8 millones de hectáreas.

El cambio climático agrava la situación, según Núñez, generando condiciones de sequía que facilitan la propagación de los incendios. Subrayó la necesidad de adoptar alternativas productivas sin el uso del fuego en sectores agrícolas y ganaderos, como la siembra directa y sistemas agroforestales, para enfrentar los desafíos ambientales que impactan tanto a Bolivia como al mundo.

Además, se está aplicando el Decreto 5225, que regula estrictamente el uso del fuego y suspende las quemas controladas en áreas protegidas, asegurando que tanto la policía como el ejército refuercen la protección de estas zonas afectadas.


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