Santa Cruz
El sueño de Bolivia se asienta en la metrópoli cruceña
Dos de cada tres cruceños viven en la región metropolitana. Transporte, salud y servicios son demandas de una población que celebra las oportunidades
El modelo económico cruceño, basado en el desarrollo productivo y la sostenibilidad, ha sido fundamental para convertir a Santa Cruz en uno de los motores económicos más importantes de Bolivia.
Este enfoque, liderado por la agricultura, la ganadería, la producción industrial y la inversión privada, ha logrado consolidar exportaciones no tradicionales por más de 1.700 millones de dólares y la producción del 70% de los alimentos del país. Además, representa el 30% del PIB boliviano, destacando el rol crucial de esta región en la economía nacional.
Óscar Mario Justiniano, presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, resaltó que el modelo de desarrollo cruceño ha demostrado ser eficaz al generar una economía basada en la productividad y la sostenibilidad, con el cuidado de la tierra y el medioambiente como pilares.
Según Justiniano, las quemas e incendios que han consumido casi 4 millones de hectáreas no responden al modelo cruceño, sino a un problema nacional que requiere políticas más estrictas y una normativa más coherente. “Las leyes actuales fomentan la deforestación y la destrucción ambiental, lo cual va en contra de lo que nosotros promovemos: una producción sostenible”, añadió.
El impacto de los incendios forestales ha puesto de relieve la necesidad urgente de políticas más estrictas en el uso de la tierra, particularmente en tierras fiscales, comunitarias y áreas protegidas. Justiniano también enfatizó la importancia de cuestionar el proceso de saneamiento y dotación de tierras, ya que ha generado un aumento en los focos de calor y las hectáreas consumidas por el fuego.
En este contexto, señaló que la normativa actual obliga a los productores a desmontar para cumplir con la función económica social (FES), una exigencia que afecta negativamente el equilibrio ambiental.
El economista Martín Montero, quien ha realizado estudios sobre el modelo económico de Santa Cruz, destacó que este surge de la abundancia de tierras fértiles en la región. “La clave del modelo cruceño está en la defensa de la propiedad privada y las instituciones de libre mercado”, dijo.
Según Montero, la tierra requiere derechos de propiedad para garantizar su uso productivo y la sostenibilidad del sistema. Santa Cruz, aunque es conocida por su agroindustria, también se destaca por la producción de servicios, lo que refuerza su importancia en el desarrollo económico integral del país.
Montero también subrayó que la institucionalidad es clave para el éxito del modelo cruceño, destacando organizaciones como la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), que ha promovido el crecimiento empresarial por más de un siglo. Este ecosistema institucional ha permitido que la región se convierta en un espacio de innovación y producción, con una fuerte base en la propiedad privada y el libre mercado.
Por su parte, Jaime Hernández, gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), coincidió en que la sostenibilidad es esencial para el modelo cruceño. “Nos solidarizamos con las comunidades afectadas por los incendios y reafirmamos que el modelo cruceño sigue vigente, siendo clave para la producción de más de cinco millones de toneladas de productos como soya, maíz, trigo, girasol y sorgo”, explicó Hernández, destacando que el sector privado está comprometido con la conservación del suelo y la producción responsable.
Los incendios forestales, que han afectado vastas áreas del oriente boliviano, han puesto a prueba la sostenibilidad del modelo cruceño.
Aunque el sector agropecuario genera quemas controladas bajo estándares técnicos, los incendios indiscriminados que se observan en la última década han exacerbado la situación.
Claudia Pacheco, presidenta del Colegio de Economistas de Santa Cruz, señaló que los responsables de los incendios son los avasalladores y tomadores de tierra, no los agropecuarios que siguen planes estratégicos y controlados. “Lamentablemente, se intenta culpar al modelo cruceño, cuando en realidad este ha demostrado ser clave para el desarrollo y la prosperidad del departamento”, afirmó.
Mientras que Wálter Morales, académico y economista, destacó que el modelo cruceño ha sido un pilar fundamental en la transformación económica de Bolivia, pero advirtió que su sostenibilidad está en peligro debido a la degradación ambiental y la falta de políticas adecuadas.
“El éxito del modelo también conlleva una responsabilidad sobre el manejo sostenible de sus recursos. Es necesario adoptar prácticas avanzadas y biotecnología para mejorar la productividad sin comprometer el medio ambiente”, indicó.
Sin embargo, la sostenibilidad del modelo está siendo puesta a prueba por una serie de fenómenos relacionados con la expansión territorial y la degradación ambiental, en particular los incendios que han devastado vastas áreas del oriente boliviano y países limítrofes. “Aunque el agro tradicional genera quemas, éstas tienden a ser controladas y gestionadas bajo estándares técnicos cuidadosos, en comparación con los eventos indiscriminados que se observan en la mayoría de los casos en las últimas dos décadas”, afirmó.
El modelo económico cruceño ha demostrado su capacidad para generar crecimiento, riqueza y oportunidades, pero su futuro depende de la implementación de políticas que garanticen la sostenibilidad a largo plazo. El compromiso del sector privado con la producción responsable y el respeto al medio ambiente es clave, pero también lo es la creación de una normativa clara y eficaz que proteja los recursos naturales y promueva el desarrollo sostenible.
En conclusión, el modelo cruceño no solo es una estructura económica, sino también un ejemplo de cómo las instituciones, la propiedad privada y la sostenibilidad pueden converger para impulsar el crecimiento de una región. Sin embargo, la responsabilidad de mantener este equilibrio recae tanto en el sector privado como en el gobierno central, cuya inacción y falta de políticas preventivas ponen en riesgo uno de los motores económicos más importantes del país.
Punto de Vista
"Santa Cruz saldrá adelante por su resiliencia"
Gary Rodríguez/Economista, gerente general del IBCE
El modelo de desarrollo cruceño, pese a los avasallamientos de tierras, la subida del dólar, una inflación en alza, la anormalidad en la provisión del diésel, el encarecimiento de insumos, la sequía, la caída de las exportaciones y el desastre ambiental derivado de los incendios, gracias a Dios, sigue vigente.
En 2019 la región cruceña sufrió un incendio similar -tal vez mayor en portento y durante más tiempo que el actual- a lo que se sumó un paro de 36 días y, luego, en 2020, vino el encierro por el Covid; pese a ello y las cuantiosas pérdidas de toda índole, Santa Cruz supo reponerse y marcar nuevos récords en los campos económico y social, los siguientes años.
No solo los bosques reverdecieron, sino, el “verde esperanza” en la gente que al influjo del espíritu cruceño -que no se doblega ante la adversidad- y de sus instituciones -las hijas del alma cruceña instituyente- la región demostró la alta capacidad de resiliencia que tiene.
La fortaleza del modelo de desarrollo cruceño radica en que no solo se sustenta en factores productivos tradicionales -tierra, trabajo, capital y tecnología- sino, en la institucionalidad, todo ello “animado” por los valores de la libertad, la individualidad, la competitividad, la asociatividad y la integración.
Luego de este episodio de dolor -por la pérdida de flora, fauna y vidas humanas- en nada atribuible al modelo de desarrollo cruceño sino al descuido de las autoridades que tienen que ver con el tema, vendrá un tiempo de reflorecimiento de Santa Cruz.