Desde hace un año y cuatro meses, la venta del dólar en las calles ha trepado un 47,27% en relación con la cotización oficial. La subida, justificada por la escasez de la divisa en los bancos y las bóvedas del Banco Central de Bolivia (BCB), según los especialistas, traerá un incremento en los precios de productos importados y una mayor especulación.

De acuerdo con los analistas consultados por EL DEBER, desde que el ente emisor anunció la compra de dólares al sector exportador a un costo diferenciado de la cotización oficial, vigente desde 2011, el precio de la divisa comenzó a subir en el mercado no regulado. Esta situación se agravó con la intervención del Banco Fassil, uno de los más grandes del país.

El costo de la moneda norteamericana se mantuvo fijo desde 2011, como parte de la política monetaria implementada por el entonces presidente Evo Morales. Pero después de más de una década de estabilidad, su costo en las operaciones de compra y venta comenzó a subir. 

Durante este tiempo, superó los umbrales de Bs 7, 8, 9 y 10. En la actualidad, su costo está en Bs 10,25 por dólar, lejos de los Bs 6,96 de la cotización oficial que se mantiene en la ventanilla del Banco Central y las otras entidades financieras.

Análisis

El economista Germán Molina sostuvo que este fenómeno tiene profundas implicaciones en la economía nacional y refleja un atraso cambiario, en el que el tipo de cambio oficial, fijado en Bs 6,96, ya no se sostiene, debido a la insuficiencia de dólares disponibles en las reservas del Banco Central para respaldar ese precio.

Recordó que, desde noviembre de 2011, el tipo de cambio fijo fue una constante; pero una década después, la demanda de dólares ha superado la capacidad del Banco Central para satisfacer las necesidades del público, “creando una brecha significativa entre el mercado oficial y el paralelo”.

Para él, un tipo de cambio superior al oficial se traduce en el aumento de los precios de productos tanto nacionales como importados. Incluso los productos nacionales, que tienen componentes importados, se ven afectados porque los costos de estos insumos aumentan con la devaluación del tipo de cambio.

Especulación y bienes 

Molina refirió que esta situación incrementa el costo de los bienes perecederos y no perecederos. En el caso de los bienes perecederos, como pescado, carne y huevos, los productores pueden subir los precios, pero los consumidores tienen el poder de decisión.

“Si los precios suben excesivamente, los consumidores pueden optar por no comprar, lo que ayuda a estabilizar los precios. En contraste, los bienes no perecederos, como electrodomésticos, están siendo almacenados por los comerciantes, que esperan una mayor devaluación del dólar, restringiendo la oferta y alimentando la especulación”, señaló.

El especialista añadió que la actual situación está deteriorando la producción nacional, ya que los productores no pueden adquirir dólares para importar insumos.

 Agregó que “muchos comerciantes y productores han dejado de vender sus productos, esperando una mejor tasa de cambio, y en lugar de depositar el dinero en bancos locales, prefieren mantener sus fondos en el exterior”.

Molina considera que es poco factible que la situación mejore sin un cambio significativo en la política económica o un incremento sustancial en las reservas de dólares del Banco Central.

“Actualmente, estima que se necesitarían unos $us 5.000 millones en efectivo, sin contar las reservas de oro, para estabilizar el tipo de cambio oficial. Sin embargo, dado el déficit comercial y las políticas actuales, no espera cambios hasta, al menos, 2025”, señaló.

En esa línea, el economista Jaime Dunn explicó que este fenómeno no se debe a un aumento en el precio del dólar, sino a una devaluación de la moneda nacional. Explicó que la pérdida de valor de la moneda boliviana se debe a factores como el alto gasto público, los déficits constantes y el endeudamiento del país.

“Estos elementos han creado una situación económica en la que la moneda pierde valor, lo que a su vez eleva los precios de los productos, reflejándose en una inflación que ya ha superado el 3,8% en los últimos 12 meses”, aseguró.

Esta devaluación, según Dunn, ha impactado en los precios de los bienes y servicios. Sostuvo que, desde enero de 2024, la inflación ha aumentado de manera constante, alcanzando un 3,84%. “Esta inflación, aunque baja en comparación con otros países, es significativa para Bolivia y está afectando los costos de las importaciones, encareciendo la canasta básica familiar”, dijo.

Consecuencias Inmediatas

Dunn señaló que la devaluación de la moneda tiene consecuencias directas para la población, ya que aquellos que poseen dólares se enriquecen automáticamente en un 47%, en comparación con quienes tienen bolivianos. Esta situación crea un incentivo para que la gente prefiera mantener dólares en lugar de la moneda local, exacerbando la devaluación.

Para revertir esta situación, Dunn sugiere que el gobierno debe controlar su gasto público y reducir la corrupción. En cuanto a los ciudadanos, recomienda ser prudentes con sus inversiones y considerar la diversificación para protegerse contra la pérdida de valor de la moneda.

Se consultó al Banco Central sobre esta situación, pero hasta el cierre de edición el ente emisor no contestó. A finales de junio, el presidente del BCB, Edwin Rojas, dijo que el tipo de cambio se mantiene invariable.

“En materia cambiaria, el programa establece un tipo de cambio claramente determinado desde hace muchos años, y no se tiene previsto cambiar. Y no hemos ni siquiera pensado en hacer algún tipo de modificación”, aseguró.

El tipo de cambio se mantiene en Bs 6,96 para la venta y Bs 6,86 para la compra desde 2011. La última vez que se movió el tipo de cambio fue el 2 de noviembre de 2011, cuando la moneda nacional se apreció de Bs 6,97 a 6,96 para la venta y de Bs 6,87 a 6,86 para la compra por cada dólar estadounidense.

 

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