Luego de firmar el “Acuerdo económico, productivo y empresarial entre el Gobierno Nacional y el empresariado boliviano”, el 19 de febrero en La Paz, los empresarios -desde distintas regiones del país- manifestaron su satisfacción por los logros alcanzados y consideraron histórico el acercamiento que no se daba desde hace 18 años.

Sin embargo, los industriales identificaron al menos cuatro puntos más para ampliar el acuerdo y quitar las trabas que existen a la producción de las empresas: una nueva Ley de Inversiones, dar mayor impulso el consumo de la producción nacional, reestructurar el Senasag (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria) y una nueva Ley General del Trabajo.

El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, en una entrevista en el programa sabatino ¡Qué semana! que se transmite por EL DEBER Radio, reconoció que el país atraviesa por coyuntura mucho más compleja que otros años. Además, el encuentro representa un antes y un después. Como sector aguardan una señal de apertura del Gobierno.

A pesar de ello, Camacho consideró que los diez puntos acordados no son suficientes para avanzar. “En esa reunión (del lunes) también le expresamos al ministro (de Economía) nuestra preocupación de un tema que lo hemos pedido, que es una nueva Ley de inversiones. Le hemos hecho conocer también nuestra preocupación que los recursos de los bolivianos deben favorecer a la industria nacional y, con eso hablo de nuestros impuestos y aranceles. El Estado es un gran comprador y tiene que readecuar, seguir ajustando, para que esos recursos de los que pagamos impuestos terminen favoreciendo a los fabriles y a nuestras industrias, de norte a sur y de este a oeste en Bolivia”, apuntó.

Subrayó también que se hizo conocer al Gobierno que es imperante actualizar la Ley General del Trabajo. Esa ley es de 1939, cuando la forma de trabajo era totalmente distinta (…). No es que queramos dejar sin protección al trabajador, pero hay nuevas formas de trabajo, la tecnología, el home office, etcétera”, aseveró.

Camacho citó también la situación del Senasag, donde realizar gestiones se ha convertido en un ‘vía crucis’ que atraviesa el empresario formal. “Imagínense lo que tiene que gastar un pequeño emprendimiento, por ejemplo, de procesamiento de frutas, de vegetales, de papas fritas. Tiene que ir a lograr su Senasag hasta Trinidad (Beni). Ha dejado de ser el cuello de botella para convertirse en un gotero”, lamentó.

El dirigente empresarial resaltó que lo que se busca son mejores condiciones para el desarrollo industrial, para generar más empleo, “porque si algo el empresario conoce es invertir, generar empleo”, agregó.

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