Al parecer la recuperación será lenta. Tras 23 días de bloqueos impulsados por grupos afines al líder cocalero Evo Morales, las cisternas que transportan el combustible para abastecer el mercado interno boliviano pudieron movilizarse, pero las filas de los vehículos en los surtidores del país se extienden.
El Gobierno nacional, a través del Ministerio de Hidrocarburos, recordó que en febrero de este año cuando se registró un bloqueo impulsado también por sectores evistas, “se tardó hasta tres semanas en que se normalice la provisión (de combustible)”, señaló el mensaje enviado a EL DEBER por la entidad gubernamental.
El martes, el titular de esa cartera de Estado, Alejandro Gallardo, pidió “a toda la población nacional que tenga certidumbre” porque como sector de hidrocarburos se encuentran realizando todas las acciones logísticas necesarias para poder realizar una entrega normal.
Ayer, la dirigencia evista denominado “estado mayor del pueblo” anunció ayer una “pausa humanitaria” de 72 horas al bloqueo de rutas.
En Santa Cruz de la Sierra, desde el pasado fin de semana, el abastecimiento de diésel y gasolina se volvió irregular. Esto dejó a cientos de conductores haciendo fila, de hasta 12 horas, esperando su turno para cargar el combustible y realizar sus labores diarias.
En una de estas estaciones de servicio, ubicada en el 3er anillo interno y avenida Paraguá, el ingeniero Mauricio Suárez fue uno de los ciudadanos que estuvo esperando, desde el martes en la noche, poder cargar diésel.
“Estamos peregrinando por diésel que es un carburante importante y no debe faltar, sobre todo, para la clase media baja trabajadora como los agricultores, que son gente que trabaja el día a día sobre todo ahora que es tiempo de cosecha y siembra de soya”, dijo Suárez.
Sectores afectados
Demetrio Pérez, productor y expresidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), señaló que el sector productivo vive su “peor momento por la escasez de diésel” ya que la falta de este combustible está afectando a 400 mil hectáreas de soya que forman parte de la campaña de invierno.
“Nuestras máquinas están paralizadas y no hay combustible hace dos semanas. Solamente hemos podido cosechar un 5% con la reserva (de diésel) que se tenía. Existe el riesgo de perder nuestros granos del campo si no conseguimos combustible”, indicó Pérez.
Agregó que si este primer eslabón de la cosecha de soya de la temporada es afectado perderá toda la cadena productiva que incluye al Gobierno nacional.
También lanzó duras críticas a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) por la falta de combustible para el sector productivo.
“Ellos indicaron que el diésel no iba a faltar para el sector productivo, sin embargo, vemos que no hay combustible para nadie. Nosotros dijimos que las tarjetas no iban a producir milagros, nos controlan, nos regulan, nos judicializan y de yapa no hay diésel ni gasolina”.
En un contacto con un medio local, Jaime Hernández, gerente general Anapo, agregó que el sector productivo dejará de percibir $us 400 millones si es que no se llegan a cosechar las 400 mil hectáreas que representan 800 mil toneladas de grano de soya.
A finales del mes de octubre, los productores agrícolas de Santa Cruz denunciaron que se encontraban en una encrucijada por la falta del diésel oil, cuyo costo es de Bs 3,72 por litro.
“Sin embargo, el Diésel ULS está disponible para la venta para los clientes Graco y Venta Directa, a partir del día de hoy a un precio de Bs 6,88 por litro”, expresó el comunicado de Anapo.
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