Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) inició los trabajos de búsqueda de los saldos de gas y petróleo que hay en campos y áreas que ya fueron explotadas. La petrolera estatal impulsa también dos proyectos de transporte para reducir los costos de importación de combustible.

Los campos maduros o cerrados en los que en principios se trabaja son Villa Montes, Cupecito, Okinawa, Tita-Tejchi, Algarrobillo, Bermejo, Toro y la Vertiente, los cuales se licitaron a favor de YPFB, detalló el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, durante la rendición pública de cuentas final 2022 efectuada por las empresas e institución públicas del sector.

YPFB ya había anticipado que hay un portafolio de 40 campos maduros hidrocarburíferos que ofrecen oportunidades de reactivación, campos que datan de los años 20, 30 y 60.

“Preliminarmente, se tienen identificados 40 pozos que fueron cerrados. Estos pozos cuentan con oportunidades de reactivación, pues en algunos de estos se dejaron niveles de hidrocarburos que en su momento no eran de interés y no fueron habilitados a producción por razones técnico-económicas”, indicó el presidente de la petrolera estatal, Armin Dorgathen.

El comportamiento de los reservorios es dinámico, por lo que mucha de la información disponible de esas áreas no es representativa y necesita ser actualizada para identificar las características actuales de la interacción roca-fluido, según información de la corporación estatal.

“Mediante la adquisición de datos se podrá contar con información que permita reducir incertidumbres en cuanto a las oportunidades de reactivación de dichos campos, de manera que se pueda incorporar producción y volúmenes de hidrocarburos adicionales en el país”, dijo Dorgathen.

La actividad de explotación de campos en áreas tradicionales, principalmente el 80% de la producción de petróleo proveniente de campos maduros, ingresó a una etapa de madurez en Bolivia.

Esta situación redujo no solo la producción de gas, sino la de hidrocarburos líquidos e incrementó las importaciones de diésel y gasolina. El año pasado, las importaciones de combustible y lubricantes ascendieron hasta unos históricos $us 4.365,6 millones, en tanto que las exportaciones de gas natural dejaron al país $us 2.972 millones. La subvención llegó a $us 1.731 millones.

“La importación de combustibles representa un impacto fuerte para la economía del país”, reconoció Molina.

Para disminuir los costos adicionales que significa la internación de diésel y gasolina, YPFB impulsa dos proyectos: Transporte de Hidrocarburos Líquidos Importados por el Sur y Transporte de Hidrocarburos Líquidos Importados por Occidente.

El primero, físicamente concluido con una inversión de $us 142.302, incluye adecuaciones a la línea OCY (Camiri-Yacuiba) e instalaciones superficiales en Pocitos, Tiquipa, Chorety y Terminal Santa Cruz; además de coordinaciones técnicas, operativas y comerciales entre YPFB, Petrobras, YPFB Logística y YPFB Refinación.

El segundo está en ejecución, con gestiones administrativas para implementar facilidades operativas para el transporte por ductos de hidrocarburos líquidos importados de Oruro a Santa Cruz. La inversión es de $us 289.369 y el avance físico es del 22,34%.

Estos proyectos “tienen que ver con la optimización de los costos adicionales que tiene YPFB por el transporte en cisternas”, indicó el ministro de Hidrocarburos.

Molina destacó que el transporte por ductos abarata costos, optimiza tiempos y disminuye mermas. Además, ofrece una mayor seguridad que el transporte por cisternas y garantiza el abastecimiento y la seguridad energética del país en situaciones de conflicto social, como paros y bloqueos de caminos.

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