La mayor crisis de la década, así fue calificada la caída del 70% en la producción de cultivos de invierno, según el informe técnico brindado por la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo). El documento dice que “las cifras son preocupantes” porque comparando las 858.000 hectáreas sembradas en el invierno de 2023, para esta temporada solamente se logró sembrar 558.000 hectáreas, lo que representa una reducción del 35% en superficie y, en ende, el riesgo de provisión para la cadena de alimentos en el país.

Esta drástica disminución se debe a la sequía, que recrudeció este año y causó que esta campaña se perfile como una de las peores crisis productivas de los últimos años. Los granos que se siembran en estas hectáreas, incluyen el maíz, trigo, girasol y chía.

Fernando Romero, presidente de Anapo, reiteró que esta será la producción de granos más baja en los últimos 10 años.

“Con una producción que estimamos llegará solamente a las 580.000 toneladas, frente a los dos millones de toneladas que alcanzamos en el invierno pasado, estamos frente a una disminución del 70% en la producción”, complementó Romero.

Cultivos afectados

El titular de Anapo agregó que estas pérdidas debido a la sequía han tenido una mayor afectación en los municipios de Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián y El Puente, zona este del departamento cruceño.

“De las 558.000 hectáreas sembradas, unas 330.000 fueron afectadas o perdidas. El sorgo, el trigo y el girasol son los cultivos más impactados”, indicó el representante de los productores de granos.

Esta situación no solo afecta a los agricultores, sino también a los actores involucrados en la cadena productiva, desde proveedores de insumos hasta distribuidores y consumidores finales. “Estimamos que los productores perderán ingresos por al menos $us 190 millones, lo cual afectará a toda la cadena productiva de alimentos”, señaló.

Ante este panorama, Anapo hace un llamado urgente a las autoridades gubernamentales para atender las necesidades del sector.

“Acceder a nuevos eventos de biotecnología, asegurar el abastecimiento de diésel y proporcionar alivio financiero para que los productores puedan sembrar en la próxima campaña de verano es crucial en este momento”, sostuvo Romero.

En tanto, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), José Luis Farah, coincide con Romero en que no se ha sembrado lo que se tenía proyectado.

“De todo lo que se tenía proyectado sembrar, 120.000 hectáreas de trigo, no se ha logrado siquiera sembrar 90.000 hectáreas. Menos cantidad de sorgo, menos cantidad de maíz, entonces aquí hay que ver, todos (los sectores) juntos, cuál es la mejor salida y solución para que al país no le falten granos ni alimentos”, indicó Farah.

En emergencia

Por otro lado, Romero dijo que también existe preocupación en el sector productivo debido al abastecimiento de insumos agropecuarios importados.

“En estos momentos, los agricultores estamos muy preocupados y desesperanzados. Es imprescindible y urgente que el Gobierno nacional responda a nuestras propuestas para garantizar la producción de alimentos y contribuir a la recuperación económica del país”, manifestó el presidente de Anapo.

La situación que atraviesan los productores este año, aseguró Romero, pone en riesgo incluso la continuidad de la actividad agrícola en el país. Por ello, Anapo monitorea constantemente la situación y señalaron que darán toda la colaboración a las autoridades y otros actores del sector para mitigar los impactos de esta crisis.

“Seguiremos buscando soluciones y apoyo como productores, porque estamos conscientes de que nuestro trabajo es fundamental para la seguridad alimentaria y la economía del país”, concluyó.

Magra producción de maíz /Foto: Anapo