Desde 2016 hasta la fecha, Perú ha vivido momentos álgidos, con seis presidentes que han pasado en medio de escándalos y convulsión social. Sin embargo, el sol, la moneda oficial del Estado peruano, se ha mantenido estable frente al dólar, gracias a la independencia que tiene el Banco de Reserva del Perú con relación al Poder Ejecutivo. Según especialistas consultados por EL DEBER, esta independencia ha sido clave para la estabilidad monetaria en Perú, a pesar de las tensiones políticas.
En contraste, en Bolivia, los expertos advierten que el Banco Central (BCB) se ha quedado sin armas para frenar la crisis cambiaria, agravada por la consolidación del mercado paralelo del dólar, cuyo valor está por encima del cambio oficial de Bs 6,96. El precio del dólar en el mercado paralelo ha llegado a oscilar entre Bs 8 y Bs 15, y continúa siendo altamente volátil.
¿Pero cómo llegó el país a esta situación?
No se cumple su función
José Gabriel Espinoza, exdirector del BCB, realizó una crítica a la actual administración de la entidad. Sostiene que la institución no cumple con sus tres principales prerrogativas: preservar el valor del boliviano, administrar la política monetaria y mantener la estabilidad de la política cambiaria.
“El poder adquisitivo está definido en gran medida por la cantidad de bolivianos que van dando vuelta en la economía”, señaló.
Dijo que, en 2023, el BCB emitió un 18% más de bolivianos en la economía, lo que consideró una inyección de liquidez desmesurada para financiar el déficit público.
De los $us 5.500 millones que el Gobierno necesitó para cubrir su déficit fiscal, $us 4.100 millones provinieron de préstamos del Banco Central en bolivianos. La medida, según el exdirector, priorizó el financiamiento al Tesoro General de la Nación sobre la estabilidad del poder adquisitivo del boliviano.
Para Espinoza, el BCB ha perdido el control sobre la política cambiaria, lo que ha derivado en la existencia de diferentes tipos de cambio paralelos en Bolivia, a raíz del agotamiento de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que pasaron de $us 15.000 millones a $us 1.796 millones en el primer cuatrimestre de 2024.
La exautoridad asegura que las reservas se agotaron debido a que el BCB actuó como “casa de cambios” para el gobierno central, destinando las reservas a pagar importaciones y deuda externa, en vez de preservar la estabilidad.
Según Espinoza, el deterioro de la institucionalidad comenzó a finales de 2020, cuando se priorizó el financiamiento del Tesoro General, tanto en dólares como en bolivianos, contribuyendo al agotamiento de las reservas.
Sugirió que, para recuperar la independencia del BCB, se debería reformar la Constitución para asegurar su independencia, de modo que la selección de los directivos y del presidente se haga por el Congreso.
Esto permitiría una gestión más estable y libre de las influencias políticas del gobierno.
Para Espinoza, se necesita voluntad política para implementar los cambios que permitan al BCB retomar su rol fundamental.
Transparencia
Róger Banegas, también exdirector del Banco Central de Bolivia, resalta la desaparición de la institucionalidad y la falta de independencia en las decisiones cruciales que toma el ente emisor.
Hizo notar que, desde febrero de 2023, la entidad dejó de publicar de manera periódica y transparente la información sobre las Reservas Internacionales del país.
Para él, este es solo uno de los varios indicios de la falta de transparencia que ha generado un clima de incertidumbre en la población y en los mercados.
Esta falta de información ha sido, en su opinión, un factor determinante en la creación de un tipo de cambio paralelo.
Agrega que la Ley de Compra de Oro, promovida por el Gobierno como una medida para aumentar las reservas internacionales, resultó ser un fracaso total, porque solo logró comprometer las reservas internacionales sin obtener los resultados esperados, dejando al país en una situación delicada.
La crítica de Banegas no se detuvo ahí. Destacó que, en febrero de 2024, la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo era del 10%, mientras que, en julio de ese mismo año, esa diferencia superó el 100%. Esto, según él, evidencia la incapacidad del Banco Central para cumplir con su rol de estabilizar la economía.
En comparación, mencionó el ejemplo del Banco Central de Perú, que mantiene su independencia a pesar de la inestabilidad política en ese país.
Sin Armas
El economista Jaime Dunn coincide en que la falta de institucionalidad debilitó la capacidad del BCB para controlar la inflación y estabilizar el tipo de cambio. Afirmó que la falta de reservas dejó al BCB sin las “armas” para implementar una política monetaria efectiva.
“El tipo de cambio en Bolivia ahora se maneja libremente por las fuerzas del mercado, sin intervención del Banco Central”, explicó.
Esta situación, según el economista, se debe a la decisión del gobierno de financiar al sector público mediante créditos del Banco Central, una práctica que está prohibida por la Constitución pero que ha sido sistemáticamente violada.
Para él, la única manera de que recupere su rol en la economía es recuperando su independencia.
“Hay resultados positivos”
Ante las críticas, El BCB recordó que su rol está claramente definido en los artículos 326, 327 y 328 de la Constitución Política del Estado (CPE), que establecen que el Estado, a través del Órgano Ejecutivo, coordina con el BCB para determinar los objetivos de la política monetaria y cambiaria
“Así, el BCB mantiene su rol fundamental y trabaja en el contexto actual para cumplir con los objetivos establecidos”, dijo la entidad.
En cuanto a la transparencia sobre el estado de las Reservas Internacionales Netas (RIN), el BCB aseguró que esta información es pública y está disponible en su página web, conforme a lo dispuesto en la Ley N° 1503 de 5 de mayo de 2023, con una actualización que llega hasta el 30 de abril de 2024.
Además, el ente emisor dijo que implementó medidas para estabilizar el tipo de cambio y fortalecer las reservas. Entre estas, destaca la venta directa de dólares y la venta del “Bono BCB en Dólares”.
El analista financiero Martín Moreira afirmó que las políticas del BCB han contribuido a la estabilidad del boliviano, a pesar de las especulaciones en torno a la economía del país.
Sostuvo que, hasta junio de 2024, las utilidades del sistema financiero alcanzaron los Bs 883.000 millones, con un crecimiento en los depósitos del 7,3%, llegando a Bs 31.790 millones. Destacó la Ley 503, que permitió la compra y refinación de oro. “La medida fue bien recibida por inversores extranjeros, como la firma inglesa Barclays, que recomendó invertir en bonos soberanos bolivianos”, dijo.
El analista cuestionó la falta de fluidez de dólares en el mercado, a pesar de que las exportaciones en 2023 alcanzaron casi los $us 11.000 millones.
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