Independiente alteró la rutina del fútbol boliviano, como lo había hecho un año antes Always Ready, al consagrarse campeón de la División Profesional.

El equipo chuquisaqueño fue una revelación en su retorno a la principal categoría después de 17 años, peleó la punta casi todo el año y consiguió su primer título, empequeñeciendo a los denominados grandes.

No gastó ni la cuarta parte de los tres que lo precedieron en la tabla: Always Ready, The Strongest y Bolívar, para ser campeón, y se quedó con el título, logrando un cupo en la fase de grupos de la Copa Libertadores de América por primera vez.

Con un presupuesto de $us 85.000 mensuales, poco más de un millón anual, entró en la historia del fútbol nacional.
Mantuvo en el cargo al entrenador Marcelo Robledo, con el que logró el regreso a Primera, conservó la base del ascenso y sumó a algunos que le rindieron al máximo, caso del mediocampista paraguayo Gustavo Cristaldo y el argentino Martín Prost, goleador del campeonato.

Independiente estuvo casi siempre entre los cinco primeros y en la última fecha sacó la ventaja necesaria para ser el campeón. Para hacer más épica su consagración, lo hizo con un gol en el último minuto de descuento, ante Guabirá, en Montero.

Grandes perdedores

Always Ready no logró retener el título y se tuvo que conformar con el segundo puesto, con un lugar en la fase de grupos de la Libertadores.

The Strongest fue uno de los grandes derrotados. Dilapidó 11 puntos de ventaja, llegó a la última fecha como puntero, pero cayó ante Real Santa Cruz, que se convirtió en su verdugo del año. Acabó tercero y en fase dos del mítico torneo de la Conmebol.

Bolívar gastó casi diez veces más que Independiente, sin embargo apenas pudo conservar el cuarto puesto y un lugar en la fase inicial de la Copa Libertadores.