Recuperar los espacios públicos y reordenar el tráfico vehicular, en particular el referido al transporte público, son asignaturas pendientes de las gestiones que, desde hace ya tiempo muy largo, se han sucedido en la administración de la ciudad. En cada caso, los poderosos gremios que nuclean a gremiales y transportistas les han doblado nomás el brazo a las autoridades de turno en el municipio cruceño, que no han conseguido poner las cosas en su lugar y que, por el contrario, tienden a empeorar.

Y es por eso que Santa Cruz de la Sierra, la urbe más poblada y extendida del país, está muy rezagada respecto a otras en cuanto a orden y limpieza se refiere. De un lado, la arbitraria y abusiva ocupación de aceras, calles, avenidas, áreas verdes y otros espacios por el comercio informal generando desorden y suciedad por doquier, muestran una imagen deplorable. Los Bs. 300 millones invertidos en el traslado de mercaderes ambulantes a nuevos centros de abastecimiento, fueron un gasto inútil.

 El reordenamiento del transporte público también registra nota de aplazo, no obstante un compromiso anterior del Ejecutivo Municipal de retirar hasta un 40% de buses y micros que influyen mayormente en el desorden y la inseguridad de la circulación vehicular. En tanto siguen archivados planes y proyectos, - incluso alguno facilitado por la ayuda internacional,- para reorganizar y mejorar un servicio de mucha necesidad para la gente y rescatar a la ciudad de un caos infernal que mantiene postergado su avance a la modernidad.