Por:  Fernando Rojas Moreno

El flagelo del contrabando de productos de origen agropecuario pasa factura a los criadores de ganado bovino de carne y leche, de pollos parrilleros, de cerdo y cultivadores de granos que sacan a relucir secuelas de la actividad ilícita en la economía productiva, el cierre de negocios y cesantía de empleos.

El presidente de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz (ADA), Omar Castro, denunció que está ingresando de contrabando pollito BB para engorde y terminado por el sur del país y por zonas fronterizas con Perú. 

“Estos productos que ingresan de forma ilegal al país no solo restan competitividad, sino que provocan un efecto adverso en la economía avícola, dado que pueden venderse a un precio menor, haciendo que la oferta avícola abarate el precio real en el mercado afectando al productor primario”, subrayó, al alertar que el contrabando pone en serio riesgo el estatus sanitario del país, dado que los avicultores trabajan arduamente en el programa de control y erradicación de la enfermedad Newcastle -dolencia aviar que afecta a las aves de corral- con miras a la exportación.

El efecto dominó de la actividad ilícita también alcanza a los productores de ganado bovino de engorde. Según el gerente general de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Javier Landívar, manejan información del ingreso de carne procedente de Argentina -cortes para churrasco-, por canales no formales, para negocios gastronómicos que operan en la ‘ciudad de los anillos’.

Hizo notar que en páginas de comercio electrónico se promociona la venta de cortes de carne argentina. “Toda carne, cuyo origen corresponde a este país, es contrabando porque ningún frigorífico de Argentina se habilitó para exportar a Bolivia”, anotó Landívar, al advertir riesgo sanitario y atentado contra la salud pública porque no se sabe si el producto que entra al país lo hace siguiendo la cadena de frío e inocuidad alimentaria.

Desde la Federación Departamental de Productores de Leche (Fedeple), el gerente general, Eduardo Wills, indicó que la diferencia cambiaria en Argentina y en Brasil hace que la importación legal de lácteos sea atractiva y que los productos de estos países sean más baratos que lo hecho en Bolivia.

Wills indicó que el efecto perverso del comercio ilegal es general en la cadena láctea, aunque las industrias son las más perjudicadas porque tienen niveles altos de stock, sobre todo leche en polvo. Este último producto dijo que llega al país, desde Argentina, en una diversidad de marcas y precios que fluctúan por debajo del rango de las industrias nacionales.

Desincentivo y riesgos

A juzgar por el gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Jaime Hernández, el contrabando de productos de origen agropecuario es dañino porque desincentiva la producción y pone en riesgo la soberanía alimentaria del país.

En el caso del sector productivo al cual representa, Hernández dijo que el ingreso de granos de maíz, trigo y soya de Argentina, por las diferencias cambiarias y para evitar las retenciones impositivas, es perjudicial porque disminuye los precios y trunca al productor boliviano de recibir un costo correcto por su producción agrícola.

“Lamentablemente, este contrabando ingresa camuflado como producción nacional con certificaciones que viabilizan su ingreso por los puestos de control de frontera, sin que las autoridades logren hacer un mejor control al respecto”, manifestó Hernández.

Desde Cuatro Cañadas, municipio productivo de granos en el departamento de Santa Cruz, el presidente de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (Cappo), Isidoro Barrientos, en sintonía con Hernández, mencionó que, por ejemplo, el ingreso ilícito y masivo de maíz impactó en la disminución de la siembra del ‘grano amarillo’ en el ciclo de invierno en la zona de Guarayos porque sus pares agricultores se ‘volcaron’ al cultivo de soya por los altos precios de este grano en el mercado interno y externo y porque el quintal de maíz se vende de Bs 40 a 45, cuando el costo de equilibrio varía entre Bs 70 y 75.

“El contrabando desincentiva, atenta contra la economía del sector primario productor de granos y quita empleo a los trabajadores del campo”, puntualizó.

En la misma línea, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Óscar Mario Justiniano, refirió que el contrabando provoca el cierre de unidades productivas y desempleo en el país.

Hizo notar que se hace cada vez más insostenible para los productores competir con este flagelo porque los países vecinos tienen mayores rendimientos y monedas devaluadas. Insinúa un alto riesgo sanitario, arguyendo que todos los productos que ingresan sin cumplir los requisitos formales pueden introducir plagas y enfermedades.

En este momento, a su juicio, hay bastante preocupación de los productores de hortalizas debido a que el mercado se encuentra saturado de cebolla, zanahoria, papa y otras verduras. 

En general, según Justiniano, en el último año se advirtió un ingreso masivo de todo tipo de productos de Argentina, Perú, Brasil y Chile que afecta a todos los sectores agropecuarios.

Cese de unidades productivas

En criterio del gerente general de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), Rolando Morales, la incidencia del contrabando en la producción agropecuaria en esa región repercute en el cierre de miles de unidades productivas, con afectación ‘muy fuerte’ en el sector lechero (derivados de lácteos ingresan de Argentina), frutícola (manzanas de Chile), horticultor (papas y hortalizas de Perú) y piscícola (pescado de Argentina).

Morales dejó entrever que la incursión ilegal de dichos productos, sobre todo argentinos, debido a las constantes devaluaciones de la moneda de ese país, ha desplazado la producción del agro de Cochabamba en el occidente boliviano (Oruro, Potosí y Sucre), que era su mercado tradicional.

El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, dice que lamentablemente el contrabando afecta al sector agropecuario con el ingreso ilegal de insumos agrícolas, veterinarios y semillas de dudosa efectividad, al no ser garantizados sanitariamente y en cuanto a su calidad; o el caso de los granos (maíz, soya, trigo, arroz), hortalizas (papa, cebolla), frutas (uvas, manzanas, duraznos) y carnes (pollo, res, cerdo, pescado) que ejercen una competencia ruinosa, quitando mercado al productor nacional.

Intensifican interdicción

En mayo, la presidenta ejecutiva de la Aduana Nacional, Karina Serrudo, dio cuenta de que en diferentes operativos y zonas del país se asestaron duros golpes al contrabando de mercancía y vehículos internados de manera ilegal.

 “Lo que queremos es apoyar a nuestros empresarios, grandes, pequeños, medianos, y a nuestros productores agrícolas”, dijo.

Ese mes, según información oficial de la Aduana, en Puerto Suárez (Santa Cruz) se destruyó 33 toneladas de cerveza que habían ingresado de contrabando. En esa ocasión, se refirió que entre enero y mayo se comisaron más de Bs 170 millones a escala nacional.

El mismo mes, en el marco de la lucha contra el contrabando y apoyo a la industria nacional, la Aduana Nacional procedió a la destrucción de más de 50 toneladas de bebidas alcohólicas, 7,5 toneladas de cigarrillos y 12 autos indocumentados desmantelados. El procedimiento tuvo lugar en Yacuiba, frontera con Argentina.

En un operativo, en ese mismo punto del país, la Aduana logró interceptar nueve camiones cargados con semilla de soya, equivalentes a 270 toneladas, con un valor de Bs 1,6 millones. En La Paz, se detuvieron camiones con mercancía (zapatillas, bebidas alcohólicas y leche en polvo).