El 2023 se marca en la historia del Movimiento Al Socialismo, Instrumento Por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), como el año en que este partido se rompió por dentro.

Esa implosión se cocinó a fuego lento desde la cúpula partidaria y empezó en 2022 con las exigencias de Evo Morales que pedía la cabeza de varios ministros, en especial de Eduardo Del Castillo e Iván Lima. La indiferencia pública del presidente Luis Arce, a la demanda del líder cocalero fue la llama que agitó las aguas turbulentas y fracturó esa alianza entre ambos.

Morales se sintió débil y ofendido porque su voz y su mando ya no hacían eco en la Casa Grande del Pueblo y sólo eran efectivos con sus bases cocaleras del Trópico, y empezó una furiosa campaña de ataques y acusaciones y denuncias de corrupción y narcotráfico, contra el gobierno que no tardó en responder y le echó en cara su famosa “huida” a México.

A partir de esos ataques sin cuartel este 2023 se suscitaron tres momentos: Primero: en la Asamblea Legislativa se formaron dos bandos azules: los ‘evistas’ y los ‘arcistas’ y aunque en un tercer plano, también salieron a flote los ‘choquehuanquistas’.

Segundo: Arce, adoptó la estrategia que Morales practicaba en su mejor momento y se aferró a unas seis representaciones de las organizaciones sociales, como son la Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, las ‘Bartolinas’, los interculturales - que son la base estructural del MAS – y también los indígenas, la dirigencia de la COB y el amplio espectro de los mineros bolivianos.

Tercero: La “expulsión” de Luis Arce y David Choquehuanca del MAS-IPSP en el congreso de Lauca Ñ, acto que además de echar a los gobernantes, los ‘evistas’ que tienen por el momento la dirección del MAS, se desmarcan por completo del gobierno de Arce.

Desde ese momento, la pelea se extiende al Tribunal Supremo Electoral y al sistema judicial, instancias donde la pugna es por poseer la apetecida sigla azul para garantizar una candidatura sólida en las elecciones presidenciales de 2025.

Mientras el historiador Pedro Portugal dice que el MAS termina con su ciclo de vida y atraviesa por una fase de desarticulación, como cualquier otro partido en la historia de Bolivia, Morales y Arce, cada uno por su lado, se aferran a la sigla como la única garantía de su sobrevivencia política.

Lea también

PAÍS

TSE acelera resolución y ratifica instrucción de un nuevo congreso del MAS

Hace 8 días una sala de Ivirgarzama falló en favor del 'evismo', la misma no llegó hasta el momento al TSE