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El desafío de exportar: nuevas rutas son posibles
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5 de noviembre de 2024, 3:00 AM
Luis Fernando Strauss
Cuando el camino parece cada vez más estrecho para Bolivia en materia económica, el país enfrenta una decisión crucial: mantener la mirada hacia dentro o abrirse al mundo con una visión de largo plazo. Con el lanzamiento del Núcleo con Visión Exportadora, CAINCO apuesta a esta segunda opción, impulsando una plataforma que busca potenciar al sector exportador, para que se convierta en un pilar de crecimiento en tiempos donde las opciones se ven cada vez más limitadas.
Con una balanza comercial negativa, el país no puede darse el lujo de ignorar sus capacidades exportadoras. Sin embargo, ingresar al mercado global no es tarea sencilla para nuestros empresarios, enfrentados a barreras estructurales como la falta de acceso a divisas y a mercados internacionales, o a los costos logísticos que se disparan en una economía de inflación global y fluctuaciones cambiarias. El Núcleo de Exportadores, en lugar de limitarse a ser otro programa más, propone un conjunto de acciones prácticas que buscan remover obstáculos históricos y dar a los exportadores bolivianos las herramientas que necesitan para competir en igualdad de condiciones.
La primera gran batalla que este núcleo quiere librar es la de la gestión y representación ante instituciones públicas, un ámbito donde las políticas restrictivas de exportación han asfixiado al sector durante años. Temas como la liberación plena de exportaciones y la viabilidad de la Hidrovía Paraguay-Paraná, que podría conectar a Bolivia con puertos en el Atlántico, son piezas clave en este esfuerzo. Actualmente, nuestras exportaciones se enfrentan a un costo logístico excesivo que encarece los productos nacionales y los deja fuera de juego en mercados competitivos. Además, la apuesta por abrir rutas comerciales a través del corredor bioceánico busca darle a Bolivia una salida a dos océanos, un sueño largamente anhelado que podría cambiar nuestro futuro.
Otra de las iniciativas del núcleo, quizás menos visible pero igual de crucial, es la información empresarial de valor. Vivimos en una economía global volátil, donde los precios de los combustibles, el costo de los fletes y los tipos de cambio varían a una velocidad alarmante. Para un país con tan baja reserva de divisas, donde los cambios en el tipo de cambio pueden significar pérdidas millonarias, contar con información diaria sobre estos indicadores es casi una cuestión de supervivencia.
Pero para competir afuera, también es necesario tener claro cómo mejorar desde adentro. Por eso, otro de los pilares más ambiciosos del núcleo es el de la formación y el intercambio de experiencias. Bolivia sigue estando rezagada en cuanto a conocimiento especializado y formación empresarial orientada al comercio exterior. Al colaborar con embajadas de países como Reino Unido, el Núcleo de Exportadores busca traer a expertos internacionales que, a través de un programa de asesoría, transfieran décadas de conocimientos a empresarios locales.
Finalmente, el núcleo se plantea el reto de la promoción de la internacionalización. Las cifras son claras: Bolivia exporta principalmente materias primas y productos con bajo valor agregado, y sus exportaciones están concentradas en pocos mercados, principalmente en Sudamérica. Esto no solo limita nuestro potencial, sino que nos hace dependientes de mercados que pueden colapsar en cualquier momento. La reciente apertura del mercado británico para ciertos productos bolivianos con aranceles cero es un ejemplo de cómo una estrategia de apertura y diversificación podría reducir esa dependencia y abrir puertas en Europa y otros mercados de alto poder adquisitivo. La participación en ferias internacionales y misiones comerciales que organiza el Núcleo de Exportadores no es solo una forma de “dar a conocer” los productos nacionales; es un intento por poner a Bolivia en el mapa, en un mundo que cada vez exige más calidad, sostenibilidad y adaptabilidad.
Este núcleo, en esencia, no promete una solución mágica a los problemas económicos del país. Pero en un contexto en el que las dificultades crecen y el mercado interno se vuelve insuficiente, fortalecer nuestras exportaciones podría ser una de las pocas alternativas viables para generar empleos, mejorar la competitividad y reducir la vulnerabilidad de nuestra economía.
Con esta plataforma, Bolivia podría estar tomando el primer paso de un camino largo pero necesario, un camino hacia la autosuficiencia, la resiliencia y la prosperidad en tiempos de crisis.