La Chiquitania, otrora pulmón verde de Bolivia, hoy se consume en un infierno de llamas. Los incendios forestales, lejos de constituir una tremenda calamidad, son el resultado de una gestión gubernamental negligente y corrupta.

Mientras el País se asfixia en humo y cenizas, el gobierno, lejos de asumir su responsabilidad, se dedica a culpar a otros y dedicar más tiempo y esfuerzo en peleas internas que ya dan vergüenza ajena y solo pretenden distraernos de lo que realmente está pasando en nuestro País.

La crisis se ha agudizado hasta llegar a ser una verdadera traición al Pueblo de Bolivia. La contaminación del aire, el aumento de las temperaturas y la destrucción de ecosistemas han generado un impacto altamente negativo en la salud de la población, especialmente en las comunidades que dependen directamente de los recursos naturales y ni que decir de los ciudadanos que respiramos tóxicamente por tanto humo, en riesgo manifiesto de la salud de nuestra población

La pérdida de biodiversidad es abominable y no solamente amenaza la seguridad alimentaria y el equilibrio ecológico del País, sino del mundo entero. Toda vez que un sistema ecológico no es aislado y está conectado. Por lo que el daño, no solamente es actual, sino que tendrá muchísimas consecuencias negativas a corto, mediano y largo plazo.

Pero la catástrofe ecológica no es el único problema que asola a Bolivia. La inflación galopante ha erosionado el poder adquisitivo de los bolivianos, llevando a un aumento desmedido de los precios de la canasta básica.

Las  familias bolivianas, luchan por poner comida en la mesa, mientras el gobierno mira hacia otro lado, se hace el desentendido, se enfrasca en peleas entre ellos, etc. Todo por no asumir su responsabilidad y dar soluciones concretas. Para eso están y están fallando miserablemente en dar paz, seguridad y bienestar al Pueblo de Bolivia, el Soberano y que gracias a su voto ellos están ahí, para hacer, gestionar, resolver y ejecutar medidas y políticas coherentes para que vivamos bien.

La corrupción, en la administración pública, encima quema aún más. La falta de transparencia, el nepotismo y el clientelismo han permitido que los intereses particulares (partidistas) se impongan sobre el bien común.

El gobierno, en lugar de enfrentar los problemas con la seriedad que se necesita, ha optado por la demagogia y la manipulación. En  lugar de invertir en políticas públicas que protejan la sostenibilidad y la justicia social, se ha dedicado a dividir a la población y a sembrar el odio.

La polarización política y las mutuas acusaciones entre las diferentes facciones del oficialismo han paralizado al país y han impedido la adopción de medidas concretas para enfrentar la crisis.

Es evidente que el gobierno ha fracasado estrepitosamente (miserablemente) en su gestión. La falta de liderazgo, la incapacidad para tomar decisiones difíciles y la corrupción sistémica han llevado a Bolivia al colapso.

Los incendios forestales, son solo la punta del iceberg de una crisis mucho más profunda que amenaza la estabilidad del País y el bienestar de sus ciudadanos.

Los bolivianos no podemos seguir siendo rehenes de esta situación. Es hora de exigir responsabilidades a nuestros gobernantes y de construir un futuro más justo y sostenible.

Necesitamos un gobierno que ponga el interés de la población por encima de los intereses partidistas, que combatan la corrupción y que se den al  desarrollo sostenible para un futuro en el que nuestros hijos puedan vivir sin respirar con máscaras, intoxicados por el aire, con inflación y miedo ante la violencia por parte de los detentadores del Poder Público, que en lugar de mirar al futuro y hacer a Bolivia Grande, se dedican a perseguir a sus opositores, procesarlos, ya sea judicialmente o mediante sus nefastas agencias estatales de terror como son Impuestos Nacionales, Ministerio de Trabajo, Autoridades de Fiscalización y Control, etc. En esto si que el gobierno muestra idoneidad, en perseguir a los opositores, procurar callar a los detractores mediante la sistemática violación de los Derechos Humanos, pero cuando se trata de tomar medidas que beneficien a la población en su totalidad, tibieza total, indecisión, que harán un referéndum, y demás lamentaciones, en cambio para enriquecerse entre ellos, garantizarse impunidad, perseguir a quienes “se atreven” a cuestionar, no vacilan ni un poco.

Que viva Bolivia Libre, independiente y Soberana… Libre de esta gente que ya serán prácticamente dos décadas que gobierna y miren ustedes el resultado. Por sus frutos se conoce al árbol.