Frente a la incertidumbre y las presiones inflacionarias acumuladas debido a perturbaciones relacionadas con la pandemia de covid-19, la adopción de políticas expansivas, el repunte de la demanda y el efecto de la guerra en Europa sobre los precios de la energía y los alimentos, cuyos shocks mundiales son también una amenaza para Bolivia, industrias alimentarias que operan en el mercado nacional reorientan sus estrategias comerciales para ajustarse al bolsillo de consumidores. 

Así, Javier Rota, country manager de Alicorp Bolivia, afirmó que son una compañía que escucha y comprende las necesidades de los consumidores y clientes, poniéndolos siempre al centro de todas las decisiones. “Contamos con un amplio portafolio de marcas con distintas propuestas de valor en la categoría de alimentos, cuidado del hogar y cuidado personal, con presentaciones y precios, que nos permiten acompañar y atender a clientes y consumidores de los diferentes segmentos del mercado, en contextos de incertidumbre como el actual”, manifestó. 

Desde Embol Cola-Cola, la gerente de marketing, Stephanie Medina, anotó que la compañía considera que la prioridad deben ser siempre los clientes, colaboradores, proveedores y, por supuesto, los consumidores finales. “Nos enorgullece ser una empresa que escucha a la gente y, por lo tanto, entiende y se adelanta a sus necesidades”, manifestó, al relievar que ahora mismo se centran en abastecer el mercado de productos esenciales para el hogar, siempre con la mejor oferta para el bolsillo boliviano y promociones atractivas en las diferentes categorías. 

Consumidor, en el ‘centro’

Desde PIL Andina, la mayor industria del complejo productivo lácteo del país, indicaron que, en los últimos años, la industria viene impulsando la innovación, el desarrollo y la ampliación de su portafolio, sostenidos en el entendimiento de las necesidades del mercado y del consumidor, a través de inversiones que permitan la diversificación y rentabilidad de su cartera de productos.

Hacen notar que mantienen constante comunicación con los consumidores y, en este marco, entienden que las necesidades han cambiado. Justamente, en función a los nuevos hábitos de consumo, preocupados también por la economía de las familias bolivianas, PIL Andina ha adaptado los productos a formatos que puedan ingresar y generar consumo en los hogares. “Nuestro foco está en satisfacer las necesidades de los consumidores adaptándonos a distintas situaciones y coyunturas. En este marco, continuamos buscando estrategias para garantizar una experiencia de compra acorde a las necesidades de mercado”, enfatizaron desde la industria láctea.

De igual modo, afirman que como regla general colocan al consumidor en el ‘centro’ para la creación de productos innovadores y la difusión de campañas y de promociones. Sin embargo, PIL Andina considera que todas estas medidas, esfuerzos e iniciativas quedan cortas frente al contrabando que tiene gran presencia en el mercado boliviano y que, hoy por hoy, compite de manera desleal con productos nacionales, afectando a toda la cadena de valor.

Más creativo de lo normal

Desde de la Asociación Boliviana de Supermercados (Asobsuper) señalaron que sin duda, en momentos de incertidumbre en la economía, toca que el sector sea más creativo de lo normal. “El corazón del supermercadismo es la buena experiencia que pueda tener el shopper (comprador) durante el proceso de compra, y uno de los factores que determina la compra, es tener un precio competitivo”, expusieron. 

Refieren que el esfuerzo tiene que venir de toda la cadena que forma parte de este sector, es decir no solo el retail (o empresas de venta al por menor), sino también es necesario realizar alianzas estratégicas con los proveedores, para generar ofertas permanentes de productos a precios competitivos en beneficio de las personas que nos visitan. “No olvidemos que tanto el sector supermercadista y gastronómico, representan grandes termómetros de la economía real en nuestro país. Es por ello, que nos toca sumar los esfuerzos que sean necesarios para mantener y fidelizar a nuestros compradores”, opinaron desde Asobsuper. 

Inflación deteriora consumo

En opinión del economista Carlos Hugo Barbery, la inflación e incertidumbre son aspectos coyunturales de corto plazo que se disiparán con la vuelta a la regularidad. Cree que en los próximos 30 días el consumo contenido en esta etapa coyuntural hará que el consumidor reciba probablemente una ‘infodemia’ de ofertas, y la recomendación para ambos lados del mostrador, es que los unos no deben salir a disparar descuentos y liquidaciones como con metralla (oferentes) y los otros no tomar la decisión de compra solo con el cartel (compradores) pues muchas veces el valor está en el intangible.

“Aunque la cadena de pagos será un elemento que habrá que dinamizar rápido para que todo fluya en ese sentido, también es cierto que buena parte de esa dinamización vendrá por la inyección de efectivo tanto por el lado del ahorro o crédito”, dijo Barbery.

Christian Aramayo, economista y presidente de la Fundación Gobierno Abierto, divide el análisis entre incertidumbre coyuntural (o inmediata) y la incertidumbre de mediano y largo plazo. Así, en el corto plazo, infiere que es importante reducir niveles de consumo de bienes superfluos y procurar comprar bienes de consumo no perecederos en cantidad para contar con ahorros importantes.

En el mediano y largo plazo, Aramayo sugiere diversificar ingresos para no depender de una sola fuente de recursos (contar con inversiones de bajo riesgo). “Considerando que los bajos niveles de reservas internacionales implican un riesgo sobre el tipo de cambio y la política monetaria nacional, pueden surgir presiones inflacionarias, es importante destinar los recursos a monedas mucho más sólidas, como el dólar”, alertó. 

El también economista Darío Monasterio, recomienda buscar promociones y descuentos de bienes y servicios que se deben consumir, aunque los precios aumenten: alimentos, artículos de higiene, servicios básicos, colegiatura, ropa. “Esos bienes son de demanda inelástica; es decir, aunque los precios aumenten tengo que seguirlos consumiendo”, dijo.

El especialista cree que es muy importante que se dé certidumbre a los agentes económicos para invertir y se controle la inflación a través de políticas que incentiven la producción, aumenten la oferta de productos nacionales ya que los importados vienen con inflación. Considera que también es importante el control del contrabando. “Inflación e incertidumbre están íntimamente relacionados y pueden ser controlados con certidumbre y producción e inversión”, puntualizó Monasterio. 

En criterio del analista económico Joshua Bellott Sáenz, si hay incertidumbre y aumento de precios, la gente se refugia en el dólar (guardado en el colchón), para ahorrarlo o gastarlo en importación de bienes. 

“En cualquiera de los dos casos los dólares van desapareciendo del mercado, lo que podría provocar una presión sobre el tipo de cambio hacia una devaluación, o el nacimiento de mercados negros o tipos de cambio paralelos en el mercado. Si se devalúa el tipo de cambio, eso empuja aún más a los precios, siempre y cuando la economía está indexada al dólar”, alertó. 

Frente a este panorama, Bellott infiere que el consumidor suele modificar sus hábitos de consumo hacia la baja, invierte menos y ahorra en dólares que regularmente están bajo su colchón. Por un lado, deduce que la inflación vía costos puede continuar (problemas mundiales) y también en el caso de la inflación importada, que sube los costos y deteriora el consumo de la gente. 

Por lo tanto, cree que no hay mucho que hacer, ‘nadie se salva de la inflación’, sólo ahorrar en dólares, comprar activos y tratar de que no se genere agio y especulación. 

Debilidad a shocks externos

“A septiembre de este año, en un contexto de presiones inflacionarias de origen externo, Bolivia se posiciona como la economía con la menor inflación de la región y una de las más bajas a escala mundial (al alcanzar 1,76%)”, afirmó el presidente Luis Arce, hace una semana, en su mensaje con motivo de sus dos años de mandato. 

En el caso de Bolivia, el informe ‘Perspectivas económicas para las Américas: Navegando condiciones financieras más restrictivas’ el Fondo Monetario Internacional (FMI), insinúa que el régimen de tipo de cambio fijo, junto con una sólida producción agrícola y diversos subsidios y controles de precios, ha ayudado a mantener estables los precios internos, pero se proyecta que la inflación aumente a fines de 2022.

“Las presiones fiscales y una disminución de las reservas internacionales han incrementado la vulnerabilidad de Bolivia a shocks externos”, agrega el FMI.