Edición Impresa
Innovación como herramienta para la transformación educativa
24 de noviembre de 2024, 4:00 AM
Andrea Cisneros |experta en logística comercial internacional
La creatividad ha sido, por mucho tiempo, tema de debate y, a menudo, se confunde con innovación, transformación o combinación de ideas. En mi experiencia, la innovación es una construcción continua en la que ésta debe nutrirse de la historia de casos de éxito, explorar imágenes en tendencia, investigar artículos, seguir a los coolhunters en diversos temas y mercados, absorber nuevas experiencias en campo a través de la transmisión de valor de los expertos y, sobre todo, interactuar con personas de diversos contextos o países.
Este proceso de observar, discernir, analizar, criticar y aprender me ha permitido entrenar mi mente para generar ideas “fuera de la caja” y aplicarlas en el aula, donde nos enfrentamos a resolver problemas del contexto o de nuestras empresas y estos se presentan complejos, dado el crecimiento global tan acelerado y el ingreso de nuevas tecnologías cada vez más osadas para resolver las tareas de los humanos; esto es puesto en mesa para generar ideas y propuestas junto a los estudiantes.
Crear un espacio donde los estudiantes se sientan acompañados en su desarrollo creativo es sumamente gratificante. La narrativa que construimos juntos se enriquece con el uso del storytelling, dando vida a nuevas soluciones y provocando en los estudiantes una experiencia intensa de imaginación y sueños que se transforman en propuestas innovadoras.
Los problemas de nuestro contexto demandan soluciones frescas, y ver a nuestros estudiantes proponer ideas disruptivas es el resultado de guiarlos por este camino de creatividad.
Por mucho tiempo, la práctica de perfeccionar proyectos y tareas se realizaba de forma individual. Hoy, en cambio, el trabajo cooperativo permite a los estudiantes desarrollar competencias, valores como el respeto, el compañerismo y el trabajo en equipo. Desde esta dinámica, ellos fusionan conocimientos diversos, revalorizan su entorno y aportan ideas que promueven el cuidado ambiental, incorporando valores medioambientales, esenciales en sus propuestas.
Las aulas han evolucionado. Ya no son filas de sillas donde los estudiantes simplemente copian de la pizarra o memorizan para un examen. Ahora son espacios de creatividad, debate y empatía, lugares donde se exploran mandamientos ágiles de empatía y donde, tanto docentes como estudiantes, experimentan una transformación. Aquí, el feedback se convierte en una herramienta de crecimiento fundamental para el crecimiento colaborativo, promoviendo la conexión docente- estudiante y un aprendizaje colectivo basado en la diversidad de saberes y experiencias.
Además, la incorporación de tecnologías emergentes, como la realidad aumentada, la inteligencia artificial y el análisis de datos, transforma las aulas en espacios de aprendizaje significativo. Estas herramientas permiten a los estudiantes aprender de manera práctica y visual, sumergiéndose en entornos virtuales que simulan situaciones de la vida real o del entorno profesional. Por ejemplo, el uso de simulaciones digitales en economía o biología, o incluso herramientas de inteligencia artificial en asignaturas de marketing e ingeniería comercial, les proporciona experiencias concretas y les ayuda a comprender el impacto de sus decisiones en un entorno seguro antes de enfrentarse a situaciones similares en el mundo real.
El rol del docente en este contexto también ha cambiado. Ahora actúa como un guía que facilita el acceso y el uso de estas tecnologías, animando a los estudiantes a explorar y crear soluciones innovadoras. Al integrar estas tecnologías de manera estratégica, el docente no solo enriquece el contenido, sino que también desarrolla en los estudiantes competencias digitales esenciales para el futuro.
Este tipo de innovación en el aula no solo transforma el proceso de aprendizaje, sino que también posiciona a la educación como un catalizador de cambio, que prepara a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mañana con creatividad, colaboración y sentido crítico.
Éste es el verdadero poder transformador de la innovación en la educación.