Escribo a las 10 de la noche del jueves. No dudo que el Paro de mañana será un éxito. Santa Cruz no falla a esas Convocatorias, como lo puede demostrar cualquier análisis estadístico que no haga el INE…

Sin embargo, creo que mi amigo Carlos Dabdoub tiene razón: hay que salir del círculo vicioso de moverse por actos reflejos. Seguramente, el análisis estadístico podría demostrar también que, con desafortunada frecuencia, no hay proporción entre el esfuerzo de Santa Cruz y lo que se consigue…

En resumen, pienso que la trampa del Gobierno está funcionando a la Perfección. ¿En qué consiste? En incorporar a la Agenda temas que pueden desplazar la atención del país de la prioridad actual: la crisis económica…

Y para conseguirlo, el mejor expediente es instalar los resultados del Censo, porque es una Torre de Babel para que los departamentos, los municipios y las universidades se miren con recelo, aplicando la vieja y eficaz estrategia de “divide y gobierna”, intentado por enésima vez convertir a Santa Cruz en el niño malo de la fábula, con la complicidad de los piratas del ciberespacio y de los burócratas de los canales estatales de televisión… 

No se trata de no ver la importancia del Censo; se trata de ver que en este momento la urgencia es recuperar lo que se le ha robado a todo el país: la estabilidad macroeconómica…, que es el patrimonio más importante de la democracia desde 1985, el legado sin el cual no existen recursos para distribuir nada, con censo transparente o sin él…

No tendríamos que regalarle al Gobierno la posibilidad de perder el contexto con ningún tema que le sirva de coartada para victimizarse políticamente… Arce es el principal responsable de la crisis económica, primero como Ministro, y después como Presidente… Es su obligación perentoria conseguir los recursos que necesita la economía boliviana para estabilizar el tipo de cambio y frenar la inflación, que es el instrumento más desleal de empobrecimiento de una sociedad, sin importar que sea Liberal, Comunista, “Bolivariana” o “Plurinacional”; al final, ni la demagogia más delirante ha sido capaz de inventar en el mundo una cultura política que sea exitosa con inflación…

¿Conseguir los recursos para estabilizar la economía? ¿Parece desmesurado? Pues no debería serlo, si analizamos lo que despilfarró el Gobierno en “la década perdida” (la década pasada)…

Marcelo Quiroga Santa Cruz expuso inobjetablemente la oportunidad económica que se desperdició en los siete años de Banzer; ese fue el antecedente de la inflación y de la hiperinflación en el primer lustro de la década siguiente… ¿Se imaginan lo que podría decir hoy sobre la fiesta descomunal del Estado Plurinacional en la década anterior?

La causa legítima del Censo no tendría que caer en la ingenuidad de prestarse a la manipulación política por parte del Gobierno. En este momento lo que toca exigir en los nueve departamentos es que antes de fin de año (¡con fecha!) el Presidente devuelva a todo el país la estabilidad macroeconómica. Si lo hace, mejor para todos; y si no lo hace, nadie podrá cuestionar el derecho unánime a exigir su renuncia y a buscar en las urnas que un nuevo Gobierno se haga cargo de la crisis económica, de los resultados del censo, de la justicia burocrática y de la colonización del sol por el humo, entre otras maravillas heredadas del “Proceso de Cambio”.