Por Alba E. Roca y Eduardo Ruilowa


Alguna vez este lugar fue hogar de capibaras, lagartos, patos silvestres, garzas, aves estacionarias y otros animales que llegaban atraídos por el agua y árboles que hacían del lugar un ecosistema único en la capital cruceña. Ahora la laguna Claracuta es completamente diferente, más del 60% de su superficie se encuentra con cascotes, escombros y basura. La mayoría de los animales se han ido, fueron cazados o llevados al Zoológico, mientras que las pocas capibaras que quedan nadan en el agua sucia.

La concejala Lola Terrazas expresó su preocupación en reiteradas ocasiones sobre la situación de la laguna y el incumpliendo a la pausa administrativa dictada por el Gobierno Municipal. “Han declarado una pausa ambiental y administrativa, pero no se cumple. Durante esta pausa nadie puede intervenir, nadie puede hacer ningún tipo de manejo, de movimiento o de alteración ni botar escombros, hasta que se regularice todo el proceso sobre el estado jurídico de la laguna”, expresó la autoridad.

Los problemas relacionados con la situación legal de la laguna se viene arrastrando desde la anterior gestión, debido que la mitad de la laguna es de propiedad privada y la otra, municipal. La concejala recordó que en su momento se llegó a un acuerdo con los propietarios de una parte de los predios para su expropiación, pero este no avanzó por la “dejadez” de las anteriores autoridades municipales.

Vecinos cansados de la basura

Miguel Ángel Velasco, presidente de la junta vecinal del barrio San Joaquín, lamentó la situación de abandono en que se encuentra este espacio, al que compara con el vertedero de Normandía. “Lo están rellenando con un montón de basura, desechos, podas de árboles, le meten todo. Son loteadores los que se están dando el trabajo de llenarlo para ocuparlo”, denuncia Velasco.

El dirigente vecinal recordó que el pasado10 de diciembre la dirigencia se reunió con la Dirección de Medioambiente, Emacruz, con la Secretaría de Innovación, Tecnología y Planificación, además de la Policía, y se acordaron acciones conjuntas para su recuperación.

Se acordó notificar a los loteadores y desplegar guardias municipales para que realicen vigilancia permanente para notificar a los infractores que incumplan la pausa ambiental, la cual prohíbe rellenar la laguna y construir a sus alrededores.

Las tareas debieron comenzar de forma inmediata, pero hasta ahora los vecinos siguen esperando, comenta el presidente del barrio. “Yo me he cansado de llamar a todos los secretarios y hasta ahora nadie responde”, señaló.

Los vecinos también lamentan que los proyectos de recuperación de la laguna queden en papeles, como ocurrió con la iniciativa de convertir la laguna en un paseo similar al parque El Arenal.

“En 2009 se aprobó el proyecto Arenal 2, pero este nunca se ejecutó. Contemplaba la construcción de canchas y parques recreativos en zonas cerradas. Los vecinos esperaron por mucho tiempo que esto se haga realidad, pero ahora ven incluso imposible que se pueda salvar la laguna con lo comprometida de sedimentos que está”, apunta Velasco.

“Lo que nosotros pedimos es que se lleve a cabo el proyecto que teníamos para la laguna, que se restaure porque a causa del rellenado sufrimos inundaciones”, añade Velasco. Asegura que sufren de las inundaciones y que el agua que ingresa a las casas daña sus cosas y enseres.

Diego León, que vive frente a la laguna, recuerda que antes la laguna tenía una variedad de peces, desde anguilas hasta bagres, lo que atraía la visita de vecinos que llegaban los fines de semana a pescar. “Ahora ya no se pesca nada, todo está contaminado”, dice el vecino.

Zona insegura

Los vecinos también aseguran que han tenido enfrentamiento con los loteadores, que son grupos de choque que amenazan con cohetes y machetes a los lugareños. Llevan camiones con escombros que echan para rellenar y, a pesar de que han hecho las denuncias a las autoridades, estas quedan en nada.

El municipio responde

El director municipal de Medioambiente, Ruddy Valverde, destaca la importancia de la laguna como reguladora de agua que llevan los canales de drenajes y asegura que no es una laguna natural. En este sentido, afirma que su cuidado es responsabilidad de la Secretaría de Obras Públicas.

Al respecto, el secretario de Obras Públicas, Sergio Luna, explicó que la laguna se encuentra un proceso legal de expropiación. “Se estaba en negociaciones en la anterior gestión, tenían un proyecto y lo dejaron todo a medias. Ahora lo que estamos queriendo hacer es expropiarla, pero consensuando con todos los vecinos para que realmente sea una laguna de regulación y funcione como tiene que funcionar”, declaró el secretario.

Los vecinos insisten en que los loteadores comenzaron a invadir poco a poco la laguna, ahora tienen más de la mitad como propiedad privada, incluso tienen papeles de los terrenos que fueron sacados en la gestión pasada. Esto impide a la municipalidad ingresar a la laguna para limpiarla.

El secretario señala que han intentado llevar maquinaria y equipo para comenzar la limpieza de la laguna, pero malvivientes y loteadores amenazan a los funcionarios con machetes y cohetes. Por ello, la secretaría ha optado por esperar que se resuelva primero el problema legal de expropiación para recién comenzar los trabajos de recuperación, que tienen planificado comenzar en febrero del 2022.

Importancia ambiental

La laguna cumple una función de regulación de canales de drenaje en época de lluvia, pues recibe el agua de los canales para que luego sigan su cauce hasta el río Piraí.

En 2019, la laguna Guapilo provocó inundaciones en los barrios cercanos debido a la falta de mantenimiento y aseo, además de la construcción de una barda en una urbanización que tapaba un canal de drenaje importante. Este año se realizó una limpieza profunda del lugar, retirando basura y sedimento.

Los vecinos reclaman que se haga una intervención similar en la laguna Claracuta.

Damián Vaca, de la Red Biodiversidad, sostiene que no hay planificación al momento de construir obras públicas ni de las urbanizaciones. “Los canales amplios de drenaje terminan en un canal más chico y al final es un canal pequeño de concreto que no era ni la décima parte de lo que era el caudal inicial, entonces podemos ver que muchas de las obras que se planifican no toman en cuenta cuales son los puntos máximos de los caudales en las épocas de lluvia en el año y eso pone en riesgo a la población”, comentó.

A pesar de todos los problemas mencionados, los vecinos se mantienen firme en el pedido a las autoridades de recuperación de la laguna.


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