En las postrimerías de 1941 llegarían dos profesionales a la polvorienta Santa Cruz de entonces, quienes marcarían páginas de gloria en la historia de la medicina cruceña. Se trataba del doctor Percy Boland Rodríguez, obstetra y de su esposa, María Haymes de Boland, la primera pediatra de nuestra ciudad y que cumple 60 años de su fallecimiento.  Hoy hago explícito mi afectuoso reconocimiento, a estos dos galenos, que fueron los primeros en verme llegar al mundo, en su clínica de la calle Suárez de Figueroa.​

La doctora María Haymes había nacido en Berazategui (1912), ciudad situada en el sudeste del Gran Buenos Aires, expirando un 23 de agosto de 1964 en nuestra ciudad. Tenía sólo 52 años. Optó el título de medicina en la Universidad de La Plata en 1939, institución que ha formado a cientos de grandes profesionales de nuestro campanario. Hizo su especialidad en el hospital de niños de la capital bonaerense. En Santa Cruz de la Sierra inició sus actividades en la sala de niños del hospital San Juan de Dios hasta 1947. Una vez inaugurado el Hospital de Niños Dr. Mario Ortiz Suárez, el 4 de abril de 1948, organizó la sala primera de lactantes. Aquí desarrolló todas sus cualidades humanas y profesionales, siendo una madrina espiritual para todos sus niños enfermos.

Fue fundadora de la Facultad de Medicina Veterinaria “José María Burela”, donde impartió desde 1942 hasta su muerte la cátedra de Patología General. Asimismo, en la Biblioteca del Hospital de Niños, con un selecto grupo de médicos, constituyeron en septiembre de 1955, la Asociación cruceña de pediatría. También fue gobernadora del Rotary Club de Santa Cruz.

Junto al doctor Percy Boland, su esposo, batallaron y vencieron todas las vicisitudes hasta conseguir inaugurar la nueva maternidad el 31 de octubre de 1954. Inicialmente se llamó Eva Perón, en señal de gratitud por el equipamiento donado a este nosocomio por el gobierno argentino. Posteriormente, una resolución ministerial del 26 de abril de 1979, dio curso al cambio de nombre por el de Percy Boland, su impulsor y fundador.

En el día del sepelio de tan excelsa señora, asistieron todas las autoridades e instituciones de Santa Cruz. Se declaró duelo municipal como reconocimiento a su labor humanitaria. Se ordenó una capilla ardiente en el edificio central de la Universidad para rendir honores por su apostolado a la enseñanza, dejando una lección de vida a casi una veintena de promociones formadas en el alma mater de los cruceños.

Leonor Ribera Arteaga, a nombre de la Federación departamental de profesores universitarios decía: “vuestro corazón de maestra universitaria, un instante dormido, despertará mañana, en cada primavera, como un cristal sonoro entre cantos de cuna e himnos de gloria”.

Más tarde, una resolución ministerial del 15 de octubre de 1964 dispuso la nominación de la sala primera del hospital de niños con su nombre, “como reconocimiento a la obra que prestó en vida tan abnegada dama”. El 2 de diciembre de 1964 se descubrió una placa en la sala de lactantes, para perpetuar su nombre.

María Haymes de Boland, médica humanista, madre ejemplar, esposa modelo y amiga generosa, junto a otras meritorias pediatras de entonces, como las doctoras María B. de Olivera y Julia Ferrier de Terrazas, alumbraron el camino a una meritoria sociedad cruceña de pediatría que, hoy, representa una orgullosa estampa de la medicina nacional.