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Pletóricos de íes
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9 de agosto de 2024, 4:00 AM
Siguiendo los principales actos organizados para celebrar la creación del país, estos han estado llenos de íes: irresponsabilidad, indignidad, indignación, ignorancia. Con una excepción que confirma lo dicho: un acto de dignidad.
Comienzo con el acto excepcional de dignidad: la expulsión de los autoprorrogados magistrados y consejeros del Órgano Judicial Plurinacional (OJP) y el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de la Casa de la Libertad en Sucre donde se instalaría la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), pues pretendieron, dando muestras de su falta de vergüenza y desconocimiento de principios morales y democráticos, participar en el evento.
Pero, una vez expulsados los autoprorrogados, comenzaron los horrores, partiendo del discurso-mensaje presidencial al que se puede adjetivar con todas las íes mencionadas y que tuvo un final inesperado: anunciar que convocaría a un referendo sobre la subvención a los hidrocarburos, la reasignación de escaños en la Cámara de Diputados en función a los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda y sobre la reelección presidencial continua y discontinua.
Los tres temas en cuestión son de responsabilidad del Ejecutivo. Es decir, de él mismo. En el caso de la subvención de los hidrocarburos, es suficiente promulgar un decreto supremo incrementando la subvención, reduciéndola o eliminándola. Cabe recordar (ayyy con mi memoria impertinente) que fue durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada que se suspendió este subsidio estableciendo una franja respecto al precio internacional para aumentar o reducir el precio interno. Lamentablemente, en la gestión Banzer-Quiroga, se eliminó este sistema y se optó por reponer el subsidio que, luego, ya en el gobierno de Evo Morales, se intentó, infructuosamente, eliminar.
Y a nadie se le ocurrió organizar un referendo pues es impensable someter este tipo de decisiones, como tampoco la de la política impositiva, porque obviamente se pueden conocer de antemano los resultados: 99 por ciento (si no el 100 por ciento) a favor de subsidios y reducción o eliminación de impuestos.
Por tanto, el presidente Arce, al plantear la pregunta sobre la manutención o eliminación del subsidio a los hidrocarburos admite su incapacidad de administrar el país.
La pregunta sobre la asignación de escaños en la Cámara de Diputados también da muestra que el primer mandatario está consciente de que no tiene la capacidad de cumplir y hacer cumplir la CPE que norma que se hace la asignación de escaños en función a los resultados del censo. Sin duda, es una tarea dura, pero para eso hay autoridades del Órgano Ejecutivo y el Órgano Electoral para hacerlo.
En este caso, la irresponsabilidad presidencial traspasa todo límite, porque está creando condiciones para conducir al país a un enfrentamiento fratricida que, más bien, debería tratar de evitar.
Por último, la pregunta sobre la reelección presidencial muestra el terror que el mandatario tiene a su jefe partidario y antecesor, el expresidente fugado, y quiere poner a la ciudadanía a su servicio. Esto, porque no tiene el valor de decir con absoluta claridad que Evo Morales no puede ser nuevamente candidato a la Presidencia o, a la inversa, si cree que Morales puede ser candidato, decirlo sin ambages, y no someter a la población a una tensión innecesaria.
Como corolario hay dos eventos que también reúnen todas las íes mencionadas. La realización en Trinidad, pese a no haber diésel ni dinero en las arcas del Estado, de la parada militar rememorando la creación de las FFAA, que tiene un elevado y poco retributivo costo.
El segundo, el anuncio del ministro de ¿Justicia? en sentido de que los autoprorrogados magistrados del TCP han aceptado que el presidente convoque a referendo por decreto y sin consultar a la ALP. Este patético anuncio devela crudamente el interés del gobierno por mantener a los autoprorrogados: hacen lo que ese ministro, “cuyo nombre no quiero recordar”, les instruye, incluso dar un virtual golpe de Estado, sin que se les mueva un pelo.
Estamos, en fin, llenos de actos indignos, irresponsables, que muestran ignorancia y provocan indignación.
Pero, creo que más temprano que tarde festejaremos nuestras efemérides en mejores condiciones, como ya lo hemos hecho a lo largo de nuestra historia y luego de episodios similares o, incluso, peores, como fueron los de las dictaduras militares.