El éxito es una de las más grandes aspiraciones de todo profesional y  permite medir el alcance de las aspiraciones trazadas por cada persona. Hay universidades en el mundo que eligen priorizar el 'aprender haciendo' como parte central de esta formación para alcanzar el éxito. 

Esta forma de integrar experiencia y ciencia en las aulas  conjuga el conocimiento teórico, las habilidades prácticas y humanas, en la etapa de su formación. El 'aprender haciendo' se está imponiendo en muchos centros educativos a lo largo del mundo. Prepara al estudiante para adecuarse a un escenario laboral que, en muchos caos, es cambiante e incierto. 

En la Universidad Franz Tamayo, Unifranz denominan a esta metodología de formación como “Proyectos Integradores”, asegura Gustavo Montaño, Doctor en Educación y vicerrector nacional de Unifranz. “Se activan mediante el trabajo cooperativo, propuestas de solución a problemáticas propias de la vida profesional proporcionadas por los socios formadores aliados (instituciones públicas y privadas) “, detalla.

En los proyectos integradores el estudiante visualiza retos y problemas a solucionar; al ser enteramente prácticos buscan integrar áreas de formación y validar el desarrollo de las competencias profesionales. La evaluación de estos proyectos permite demostrar la formación integral y el fortalecimiento del proceso de aprendizaje-enseñanza.

La implementación de esta currícula de formación profesional tiene carácter integrador y genera interacción de los conocimientos y aprendizajes de varias áreas de formación. Montaño asegura que los proyectos integradores movilizan las competencias identificadas, permitiendo al estudiante formar las competencias planificadas de manera transdisciplinar, buscando la aplicación de conocimientos formales, con estrategias de acción orientadas a la generación de un pensamiento complejo.

Utilizar la tecnología para la inclusión, plantear soluciones innovadoras y creativas para aminorar el impacto ambiental, crear personajes de videojuegos para exportación, brillar en el mundo de los negocios antes de graduarse son algunos de los resultados de los proyectos integradores. Son historias de éxito de miles de jóvenes que son formados para generar cambios en su entorno.

Los proyectos integradores preparan al estudiante para que, una vez titulado, pueda afrontar con solvencia la solución de un requerimiento real sobre el cuál decidir y actuar de manera eficiente, oportuna y ética. Se fomenta el trabajo cooperativo y el juego de roles tan característico de los equipos de alto rendimiento.

Soluciones tecnológicas contra el impacto ambiental

Ha quedado claro la importancia que tiene el cuidado de nuestro entorno y del medio ambiente para preservar el planeta; cada cambio, por pequeño que sea, repercute en lo global. Todos tenemos responsabilidades para avanzar hacia un futuro mejor. Alejandro Maldonado, estudiante de ingeniería en sistemas creó Friendly Container, un contenedor automatizado, amistoso, con un motor de inteligencia artificial que separa residuos (metal y plástico).

“Desde muy pequeño me encantaba la tecnología y soñaba con crear cosas que beneficien al mundo”, cuenta Alejandro. La idea nació como parte de la asignatura de Proyecto Integrador, que pone a prueba los conocimientos adquiridos a lo largo de la formación en varias áreas de estudio para crear habilidades que den soluciones integrales. 

La metodología permite al estudiante relacionarse con su entorno y desarrollar las competencias profesionales de manera integral. De este modo, también se aprenden habilidades y destrezas a nivel personal, grupal y social, contribuye a formar una o varias competencias del perfil de egreso, teniendo en cuenta el abordaje de un problema significativo del contexto disciplinar, investigativo, social, laboral y profesional, asegura Montaño.

Tecnología al servicio de la inclusión

Los avances tecnológicos impactan de manera positiva en la medicina, mejorando la calidad de vida. Impulsado por esta realidad, Joaquín Cartagena, futuro ingeniero en sistemas creó Gyro Lactic Arm, un brazo robótico funcional y económico, construido con materiales livianos y a bajo costo.

El prototipo que construyó Joaquín puede suplir funciones motrices básicas como tomar cosas y mover los dedos utilizando un sensor de movimiento inalámbrico que reconoce señales en otra extremidad como el pie.

El proyecto fue elegido ganador del concurso de proyectos innovadores en tecnología InnovaTech, en el que expertos y autoridades locales la premiaron con la puntuación más alta.

La transformación educativa considera los proyectos integradores como un elemento más de su construcción, logra que el estudiante sea el protagonista de su propio aprendizaje y que desarrolle la competencia más relevante para la vida “aprender a aprender”, concluye Montaño.

Estudiantes de Unifranz presentan sus proyectos elaborados durante su proceso de aprendizaje

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