Sobresalir, comprender el valor de nuestra imagen y saber venderla al mundo, el personal branding o marca personal es un proceso estratégico mediante el cual una persona gestiona y comunica su identidad, valores, habilidades y experiencia para construir una reputación auténtica.

“Consiste en desarrollar una imagen coherente y memorable que permita destacar en el ámbito profesional y personal, generando confianza, credibilidad y oportunidades de crecimiento y conexión”, explica Shirley Lozada, directora de la carrera de Publicidad y Marketing de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El branding personal es la forma en que uno se posiciona y se diferencia en el mercado laboral y social, aprovechando sus fortalezas y valores únicos para alcanzar sus metas y objetivos, acota la experta.

Sin embargo, ¿cómo medimos el progreso de nuestra marca personal? ¿Cómo sabemos que ésta está teniendo impacto?

De acuerdo con la consultora en marketing Integra, en primer lugar, es importante tener claro lo que la marca personal representa, tanto para uno mismo como para los demás, por lo tanto, es esencial reconocer este valor para poder medirlo efectivamente.

Para uno mismo, la marca personal debe permitir definir quiénes somos y cómo deseamos ser percibidos, Esto se traduce en confianza, autoestima y claridad en nuestras metas personales y profesionales.

En el caso de las personas ajenas, éstas nos valoran por lo que aportamos a sus vidas o sus trabajos. Este valor puede ser tangible, como nuestras habilidades y conocimientos, o intangible, como la inspiración y motivación que ofrecemos.

“Eso quiere decir que, ya sea que represente ideas, individuos, productos o servicios, una marca posee un inmenso poder transformador y, por ende, una responsabilidad igualmente significativa. En esencia, una marca es la suma de las percepciones que las personas tienen de ella, y cuanto más sólida y compartida sea esta percepción, más impacto positivo generará”, acota Lozada.

La cultura de marca, explica la experta, no es simplemente un conjunto de reglas o directrices, sino un terreno donde se cultivan las experiencias y percepciones. En este contexto, la colaboración es fundamental, pues permite fortalecer y enriquecer la imagen de la marca, mientras que la rivalidad solo debilita su potencial. 

“Es importante comprender que el branding personal, en esencia, sigue los mismos principios. Es la forma en que las personas gestionan su propia imagen y reputación, creando una percepción sólida y auténtica que les distingue en el mundo profesional y personal”, aclara.

¿Cómo medimos el progreso de nuestra marca personal?

Los parámetros a medir

La consultora Integra indica que para medir el impacto de una marca personal es importante tomar en cuenta tres parámetros, el tiempo, el dinero y la energía:

1 Tiempo

Es importante evaluar cómo usamos nuestro tiempo para agregar valor a las relaciones y proyectos. Esto incluye la dedicación a aprender nuevas habilidades o a construir conexiones significativas.

2 Dinero

Considerar como nuestros esfuerzos y habilidades se traducen en ingresos y oportunidades económicas, tanto para nosotros como para aquellos con los que colaboramos.

3 Energía

La energía que invertimos en nuestras actividades y relaciones determina nuestro impacto y eficacia. Es importante la eficiencia en la cual usamos esa fuerza para maximizar resultados.

¿Cómo medimos el progreso de nuestra marca personal?

Medición y gestión de valor

Antes de medir el valor, es importante tener claro qué se ofrece al público, esto puede incluir nuestras capacidades técnicas, creatividad y liderazgo y la capacidad de resolver problemas.

Para realizar estas mediciones es necesario establecer Indicadores Clave de Desempeño (KPI), estos son métricas que se utilizan para medir el éxito de una estrategia o campaña específica.

Estos KPI se tienen que definir en función de los objetivos de la estrategia y la información que se puede obtener. 

La función de los KPIs es trasladar y adaptar los datos en bruto a cada objetivo y convertirlos en información analizable, entendible y que aporten conocimiento a la empresa para que pueda tomar decisiones. Para ello, lo primero es tener un Plan de Marketing o proyecto en el que se especifiquen los objetivos y plazos de éste. También es necesario determinar aquello que se quiere medir.

Algunos de estos KPI pueden ser:

        Ingresos generados: mide el impacto financiero directo de nuestra marca.

        Calidad de las conexiones: evalúa la profundidad y calidad de nuestras relaciones profesionales y personales.

        Satisfacción personal: considera cómo nos sentimos acerca de nuestros logros y progreso personal.

Una vez obtenida esta información, es primordial definir nuestra propuesta de valor, es decir clarificar lo que nos hace únicos y cómo eso se traduce en valor para los demás y comunicarlo, asegurándonos de que las personas conozcan nuestras fortalezas y logros, esto se puede conseguir a través del uso de plataformas sociales y profesionales para destacar la marca personal.

Lea también

Educación y sociedad

Las nuevas generaciones redefinen el concepto de liderazgo en entornos profesionales

Los lugares de trabajo son crisoles en los que diferentes generaciones interactúan y comparten sus visiones de vida y formas de relacionarse, lo que muchas veces genera choques, pero también abre la puerta a nuevas oportunidades de interrelación