Educación y sociedad
Habilidades e interacción con su entorno, las claves de un estudiante exitoso
La motivación, el compromiso y la creatividad son elementos muy importantes en la formación de un estudiante; sin embargo, no lo son todo
Comprender cómo funciona el cerebro humano permite a los educadores diseñar estrategias pedagógicas más efectivas, fomentando aprendizajes más profundos y significativos, apelando a la emoción, la curiosidad, la atención y la memoria. Para esto, las neurociencias cumplen un papel fundamental, fusionando los conocimientos de psicología, fisiología, neurología y pedagogía para explicar de mejor manera los procesos mentales de los alumnos.
“La neurociencia ha comprobado que nuestras emociones moldean, la corteza cerebral. La capacidad del ser humano para controlar ciertas emociones puede facilitar los procesos de aprendizaje y de cognición y la meta de la educación principalmente es considerar las emociones y su importancia para entrenar a los estudiantes a que tomen conciencia de sus propios procesos meta cognitivos”, explica Ricardo Zeballos, doctor en educación con postgrado en neuropsicología.
Zeballos, participó en el VI Congreso Internacional de Neurociencia, evento organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en el cual presentó la ponencia “Neurobiología y educación: Cómo aprendemos las personas”, que exploró el potencial de la neurodidáctica como herramienta para potenciar el aprendizaje.
Zeballos explica que la neurodidáctica es una disciplina emergente que combina conocimientos de neurociencia, psicología y educación para optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Su objetivo principal es aprovechar al máximo el funcionamiento del cerebro para mejorar la adquisición de conocimientos y habilidades en los estudiantes.
“La neurodidáctica considera las características biofisiológicas del cerebro y las teorías neurocientíficas para explicar cómo se dan los procesos cognitivos, los procesos socioemocionales, además de cuál es el papel de los hemisferios cerebrales y cómo influyen o redundan en el pensamiento los diferentes tipos de pensamiento para ayudar a los maestros a desarrollar estructuras operativas y didácticas”, indica.
En esencia, la neurodidáctica se basa en la comprensión de cómo funciona el cerebro durante el aprendizaje. Utiliza descubrimientos recientes sobre la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales en respuesta a la experiencia y el aprendizaje. Esto implica que, con la estimulación adecuada, el cerebro puede seguir aprendiendo y adaptándose a lo largo de toda la vida.
El experto apunta que uno de los principios fundamentales de la neurodidáctica es la importancia de las emociones en el aprendizaje.
“Las emociones positivas, como la curiosidad y la sorpresa, pueden mejorar significativamente la retención de información y la motivación del estudiante. Por lo tanto, las estrategias neurodidácticas buscan crear un entorno de aprendizaje que sea emocionalmente enriquecedor y estimulante”, puntualiza.
Además, la neurodidáctica enfatiza el uso de múltiples sentidos en el proceso de aprendizaje. En lugar de depender únicamente de la vista y el oído, se busca involucrar también el tacto, el olfato y el gusto para crear experiencias de aprendizaje más completas y memorables. Esto se basa en la idea de que cuanto más sentidos se involucren, más conexiones neuronales se formarán, facilitando así el aprendizaje.
Otro aspecto clave es el uso de neuronas espejo, que se activan cuando observamos a alguien realizar una acción. Estas neuronas nos ayudan a aprender imitando comportamientos y comprendiendo las consecuencias de ciertas acciones. En el aula, esto puede traducirse en actividades prácticas y colaborativas donde los estudiantes aprenden unos de otros.
La neurodidáctica también se apoya en la gamificación, que es la incorporación de elementos de juego en el aprendizaje. Esto no solo hace que el aprendizaje sea más divertido, sino que también puede aumentar la motivación y el compromiso de los estudiantes. Juegos educativos, desafíos y recompensas son algunas de las estrategias utilizadas para mantener a los estudiantes interesados y activos en su propio proceso de aprendizaje.
“En resumen, la neurodidáctica representa un enfoque innovador y basado en la ciencia para la educación. Al comprender y aplicar cómo funciona el cerebro, los educadores pueden crear métodos de enseñanza más efectivos y personalizados, que no solo mejoren el rendimiento académico, sino que también fomenten un amor duradero por el aprendizaje”, añade el experto.
Las cinco claves de la neurodidáctica
Zeballos indica que existen al menos cinco puntos clave que los educadores pueden aplicar para mejorar sus lecciones:
●Las emociones son las protagonistas: El estado emocional influye profundamente en el funcionamiento del cerebro. El ánimo puede modular funciones cerebrales superiores como el lenguaje, la toma de decisiones, la memoria, la percepción y la atención, determinando así la adquisición de nuevos conocimientos.
● No hay “buenos” ni “malos” estudiantes: El cerebro tiene una increíble capacidad para aprender y reaprender, por lo que no se debe predecir el éxito o fracaso de ningún estudiante. Los cambios en su personalidad a lo largo de la vida hacen imposible establecer que un comportamiento específico se repetirá sin alteraciones durante muchos años.
● Evitar el estrés: Es crucial proporcionar al alumnado un ambiente positivo y seguro, evitando palabras y actitudes que generen situaciones estresantes. El estrés, entre otras consecuencias, disminuye la capacidad cognitiva y afecta el estado emocional.
● Planificar experiencias multisensoriales: Utilizar diversos recursos para presentar la información de manera atractiva y favorecer el aprendizaje. Las experiencias que permiten percibir el mundo a través de todos los sentidos hacen que el aprendizaje sea mucho más significativo.
● Aprender con todo el cuerpo: Los últimos experimentos demuestran que los ejercicios y el movimiento están íntimamente ligados al aprendizaje, mostrando que cuerpo y cerebro aprenden juntos.
El Congreso Internacional de Neurociencia se realiza desde 2017 en Santa Cruz de la Sierra. Con el pasar de los años, diversas instituciones nacionales e internacionales, académicas y científicas se han unido con el objetivo de fortalecer el desarrollo de investigaciones, entre ellas Oregon University, Corporación Universitaria Minuto de Dios, Fundación Marcelino Muñoz, entre otras.