La edición 2024 de los premios Nobel marca un punto de inflexión histórico, con cinco científicos pioneros, asistidos por la inteligencia artificial, ganando los premios en Física y Química. Estos galardones representan, en cierto modo, la consagración de esta tecnología disruptiva como una herramienta fundamental en la investigación y desarrollo de la ciencia.

Los científicos Geoffrey Hinton, junto a John Hopfield, ganaron el Nobel de Física por su contribución a que las máquinas puedan aprender y Demis Hassabis, junto a David Baker y John M. Jumper, obtuvieron el Nobel de Química por el diseño computacional de proteínas mediante el uso de la IA, se constituyen en un argumento definitivo del potencial de esta tecnología.

Gracias a los progresos de la IA, los científicos, hoy, son capaces de hacer avances que habrían sido casi imposibles hace un par de décadas, acelerando el ritmo de los descubrimientos científicos.

“Hoy, la búsqueda de información ya se puede hacer de una manera más automática y en función de las preferencias de temáticas específicas. La IA te sugiere artículos e información bibliográfica científica validada para que vayas recibiendo y actualizando tu información bibliográfica”, afirma Lucía Alvarado, miembro del capítulo Bolivia de la Organización para las Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo y coordinadora Nacional de Investigación de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Según el nuevo informe Top 10 Emerging Technologies of 2024 (Las 10 Tecnologías Emergentes de 2024), del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la “IA para el descubrimiento científico” podría influir significativamente en las sociedades y las economías en un futuro próximo, a medida que los investigadores utilicen el aprendizaje profundo, la IA generativa y otros modelos fundacionales para explorar la literatura científica, generar nuevas hipótesis, utilizar el aprendizaje profundo para hacer descubrimientos y mucho más.

En el área de la salud y la biología, la inteligencia artificial permite optimizar el tiempo en el cual se realizan ciertas investigaciones por medio de algoritmos eficientes, dice por su parte Lucía Alvarado.

“Por ejemplo, en mi área que es genómica, donde se tiene una cantidad increíble de datos, existen consorcios internacionales que están trabajando cada vez más para agregar información de más poblaciones. Estamos hablando de tener todo el genoma completo de poblaciones diversas. Eso nos va a permitir entender mejor los antecedentes genéticos de grupos poblacionales a fin de comprender mejor una enfermedad y otros fenómenos de la salud”, explica.

En un mundo cada vez más digitalizado, estas herramientas son fundamentales para impulsar la excelencia en la investigación académica y promover avances significativos en todas las áreas del conocimiento, explica la investigadora.

El aporte de los científicos premiados

Geoffrey Hinton y John Hopfield, ganaron el Nobel de Física por su contribución al aprendizaje automático, la base de la IA.

“Los dos ganadores del Premio Nobel de Física de este año han utilizado herramientas de la física para desarrollar métodos que son la base del poderoso aprendizaje automático actual”, destacó el Comité del Nobel en un comunicado de prensa.

Mientras que Demis Hassabis, junto a David Baker y John M. Jumper, obtuvieron el Nobel de Química, el trío de científicos utilizaron la inteligencia artificial para “descifrar el código” de casi todas las proteínas conocidas como las “herramientas químicas de la vida”.

El Comité Nobel elogió a Baker por completar “la hazaña casi imposible de construir tipos de proteínas completamente nuevos”, y a Hassabis y Jumper por desarrollar un modelo de IA para predecir las complejas estructuras de las proteínas, un problema que llevaba 50 años sin resolverse.

Hassabis y Jumper, investigadores de Google DeepMind, crearon un programa llamado AlphaFold. Esta plataforma de IA puede predecir cómo se doblan y organizan las proteínas, que son esenciales para el funcionamiento de los seres vivos. Conocer la forma de las proteínas ayuda a entender cómo funcionan y puede facilitar el desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades.

“El potencial de sus descubrimientos es enorme”, declaró el Comité al anunciar el premio este miércoles en Suecia. El premio, considerado la cumbre de los logros científicos, está dotado con 11 millones de coronas suecas ($us 1 millón).

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