Educación y sociedad
¿Cómo las marcas conectan con tus emociones para vender en Navidad?
Cuando llega diciembre, las calles se llenan de luces, las tiendas despliegan sus mejores ofertas y las campañas publicitarias invaden cada rincón
¿Se imagina un lugar donde pueda dar vida al juguete soñado para sus hijos o desarrollar prototipos para una idea de negocio? El Maker Space de la Fundación Simón I. Patiño es ese espacio, un laboratorio de creatividad e innovación que brinda acceso a herramientas avanzadas y fomenta una cultura colaborativa, para que niños, jóvenes y adultos puedan transformar sus ideas en realidades tangibles.
Su coordinador, Matías Martínez, explica que este laboratorio no es solo un lugar físico equipado con máquinas CNC, impresoras 3D o cortadoras láser, sino un espacio donde las ideas cobran vida y las soluciones a problemas cotidianos encuentran caminos prácticos.
“Es gente enseñando a gente a hacer o a aplicar la metodología del “do it by yourself” (hazlo tú mismo). Viene la gente, aprende a utilizar los equipos, hace los prototipos, llegan usuarios nuevos mientras ellos están trabajando y estos primeros que ya están trabajando, les enseñan a los nuevos cómo utilizar los equipos y, así también, se forma una comunidad y equipos de trabajo multidisciplinarios de aprendizaje constante”, explica.
La Fab Foundation define a este tipo de espacios como laboratorios de fabricación digital (Fab Lab), “un lugar para jugar, crear, asesorar e inventar: un lugar para el aprendizaje y la innovación. Los Fab Labs brindan acceso al entorno, las habilidades, los materiales y la tecnología avanzada para permitir que cualquier persona en cualquier lugar haga (casi) cualquier cosa”.
Su diseño, les permite ser abiertos y accesibles a personas de todas las edades y orígenes, proporcionando una plataforma para que cualquiera que tenga una idea pueda convertirla en una realidad física. Actualmente, la Fab Foundation ha conformado una red de 2.700 Fab Labs en más de 130 países en todo el mundo.
Acceso democrático a la innovación
Martínez explica que uno de los aspectos más innovadores del Maker Space es su accesibilidad. “No es necesario ser ingeniero, diseñador o programador para participar. Desde abogados hasta dentistas, desde emprendedores hasta padres de familia, cualquier persona con ganas de aprender y crear, puede integrarse”.
Este enfoque inclusivo permite que personas de diversas disciplinas y niveles de experiencia colaboren en proyectos multidisciplinarios, resolviendo problemas específicos del contexto regional o nacional.
En este laboratorio de co-creación, jóvenes líderes cochabambinos desarrollaron prototipos de propuestas para la construcción de ciudades inteligentes, en el marco del Futures Week, una iniciativa que organiza la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y que este año reunió a una treintena de expertos nacionales e internacionales con más de un millar de jóvenes, con el objetivo de consolidar una sinergia creativa y planear soluciones innovadoras para la construcción de las ciudades del futuro.
Equipamiento de última generación
El Maker Space cuenta con herramientas de alta tecnología que facilitan el proceso de prototipado. Para que arranque plenamente el proyecto de la fundación, en una alianza con el Fab Lab Santa Cruz de Unifranz, se capacitó a sus líderes y makers en el uso adecuado de la tecnología de punta que caracteriza a estos laboratorios.
Entre los equipos más destacados se encuentran:
● Máquinas CNC: ideales para corte y grabado de precisión.
● Impresoras 3D (resina y filamento): permiten materializar diseños tridimensionales con rapidez.
● Cortadoras láser: precisas y versátiles para diversos materiales.
● Plotters de corte silhouette: perfectos para packaging, stickers y diseño gráfico.
Estos recursos, según Martínez, brindan a los usuarios la capacidad de crear desde pequeñas piezas personalizadas hasta prototipos funcionales para soluciones complejas.
Proyectos con impacto social
El verdadero valor del Maker Space reside en su capacidad para solucionar problemas reales. Ya sea creando un juguete personalizado, diseñando una pieza de automóvil difícil de encontrar, o desarrollando prototipos para emprendimientos, este espacio promueve la aplicación práctica del conocimiento.
El impacto se extiende más allá de la creación individual, fortaleciendo la capacidad de innovación local. "Si puedes soñarlo, puedes crearlo", es el lema que impulsa a esta comunidad maker y que refleja la misión de transformar la mentalidad de limitaciones en una de posibilidades infinitas.
Más allá de la tecnología, lo que realmente define a este laboratorio de fabricación es su comunidad, que comparte el conocimiento de manera orgánica y los usuarios experimentados enseñan a los nuevos, fomentando un ambiente de colaboración y crecimiento conjunto. Esta dinámica no solo facilita el aprendizaje, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y trabajo en equipo.
Con presencia en Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, los Maker Spaces de la Fundación Simón I. Patiño están contribuyendo a la creación de un ecosistema de innovación nacional. Cada espacio está equipado con la misma tecnología, asegurando que la experiencia sea uniforme y accesible, sin importar la ubicación.