El Día Internacional del Hombre, que se celebra cada 19 de noviembre, pone bajo los reflectores el papel crucial de los hombres en la sociedad. Más allá de reconocer sus contribuciones, este día invita a reflexionar sobre las nuevas masculinidades y su impacto en la salud, la familia y la comunidad.
El concepto de nuevas masculinidades, según Ariel Villarroel, experto de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, propone un cambio profundo respecto a dejar atrás los roles tradicionales asociados con la dureza emocional, el distanciamiento familiar y el dominio autoritario, para abrir paso a valores como la empatía, la sensibilidad y la participación activa.
“Hoy vemos a más hombres comprometidos con sus familias y dedicando tiempo de calidad a sus hijos. Este cambio no solo refuerza los vínculos afectivos, sino que también rompe con la idea de que el cuidado y la crianza son roles exclusivos de las mujeres”, explica.
Este enfoque no busca desdibujar la identidad masculina, sino enriquecerla para responder a las necesidades sociales y emocionales actuales. La sensibilidad masculina, antes vista como una debilidad, hoy se valora como una fortaleza esencial para el bienestar emocional y las relaciones humanas.
Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), las nuevas masculinidades se refieren a las nuevas formas de “ser hombre” y de acuerdo con ONU Mujeres, estas transformaciones incluyen entre otras: romper el vínculo entre masculinidad y violencia, cambiar la forma en que uno ejerce el derecho que ostenta, siendo más cooperativo en lugar de dominante, mejorar la comunicación, compartir las responsabilidades en el hogar y velar por la igualdad de acceso a las oportunidades.
Resistencia y el papel del liderazgo social
Aunque el movimiento hacia masculinidades más conscientes ha tenido un importante avance en las últimas dos décadas, todavía enfrenta resistencia, especialmente cuando líderes públicos perpetúan discursos que refuerzan estereotipos dañinos. Sin embargo, las reacciones negativas del público ante este tipo de mensajes subrayan la importancia de un liderazgo consciente.
“Los mensajes emitidos por líderes sociales y culturales son poderosos. Si promovemos masculinidades positivas desde estas plataformas, podemos acelerar los cambios culturales necesarios”, señala Fernando Rivas, psicólogo especializado en género.
Por otro lado, la exposición mediática de actitudes tóxicas, como el rechazo a la vulnerabilidad masculina, ha generado debates públicos que impulsan reflexiones colectivas. Esto demuestra que las nuevas masculinidades no son solo un cambio individual, sino también un proceso social que involucra a todos los sectores.
La paternidad como símbolo del cambio
Uno de los aspectos más visibles de esta transformación es la paternidad activa. Cada vez más hombres asumen roles participativos en la crianza, desafiando el estereotipo del padre ausente o distante.
“Cuando un hombre muestra cariño, vulnerabilidad y dedicación a sus hijos, rompe paradigmas y construye una sociedad más inclusiva”, agrega Villarroel. Este enfoque no solo fortalece el desarrollo emocional de los niños, sino que también promueve dinámicas familiares más equitativas, beneficiando a todos los integrantes del hogar.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) sostiene que la participación activa del padre tiene un impacto positivo en el desarrollo y bienestar de sus hijos, incluso si no reside en el mismo hogar.
“Una paternidad corresponsable es también importante para avanzar en la igualdad de género y para el bienestar de la madre. Asimismo, la paternidad activa es importante porque incrementa la realización de los hombres con sus vidas y los lleva a cuidar más su salud”, asegura.
Reflexión y acción: objetivos del Día Internacional del Hombre
El Día Internacional del Hombre no se limita a celebrar las contribuciones masculinas, sino que busca inspirar un cambio cultural que permita construir un mundo más equitativo y humano. Transformar las masculinidades no implica renunciar a la identidad masculina, sino adaptarla a los desafíos y valores actuales.
¿Cómo podemos sumarnos al cambio? Villarroel indica que todas las personas pueden contribuir a esta nueva visión respecto a los roles de género y menciona tres formas:
- Promover conversaciones abiertas sobre las nuevas masculinidades en el hogar y la comunidad.
- Reconocer y apoyar modelos masculinos positivos en el entorno social y mediático.
- Fomentar la participación activa de los hombres en el cuidado emocional y físico de sus seres queridos.
Finalmente, el académico invita a abrazar una masculinidad más consciente, empática y responsable. Un cambio que no solo beneficia a los hombres, sino también a sus familias y comunidades.
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