Un juez envió a la cárcel con detención preventiva a la madre del niño de cuatro años que presuntamente fue dejado en prenda en medio del consumo de alcohol y ahora sus tres hijos están bajo la protección de la Defensoría de la Niñez. Ella fue acusada por el delito de abandono.

Este fue un hecho que conmocionó a la población, porque fue la abuela del niño quien denunció a su hija por exponerlo al peligro. Sin embargo, pese a que con frecuencia se observan menores y carritos de bebé en locales donde se consumen bebidas alcohólicas, son escasas las denuncias y los niños siguen expuestos al peligro.

Los casos se repiten en diferentes lugares. En una oportunidad, Rosa María comenta que acudió a celebrar el cumpleaños de su hija en un local con música al vivo, donde acuden familias a consumir diferentes platos, pero también hay quienes deciden ingerir alcohol. En esa oportunidad le llamó la atención una mujer acompañada por su hijo de dos años jugando con las tapas de las botellas. Se aburrió rápidamente y empezó a jalar la blusa de su madre para que lo amamante. El hombre que estaba con ella la presionaba para que lo acompañe con las copas, entonces con una mano intentaba atender a su hijo y con la otra sostenía su vaso con cerveza. El niño rápidamente quedó dormido.

Más de uno ha presenciado diferentes cuadros donde los niños están en estos locales en vez de un parque o en una cancha.

El problema es más preocupante porque son los padres de familia o tutores de menores de edad quienes los exponen en locales como chicherías y rockolas, según la denuncia de vecinos e instituciones que velan por la seguridad de los menores de edad.

Elena Suzaño es el nombre de la abuelita que en los últimos días ha sido la protagonista de un hecho poco común en la justicia boliviana, al denunciar a su hija M.E.H., de 27 años, por supuestamente haber dejado a su nieto en un local de expendio de bebidas alcohólicas como garantía. Ella estaba acompañada de su pareja de 33 años, que recibió medidas sustitutivas.

La mujer tiene, además, otros dos hijos de nueve y siete años. Los cuatro vivían bajo el techo de la abuela, pero el año pasado la mujer salió de la casa y se fue a vivir a un cuarto en alquiler. “Mi hija no tenía ese comportamiento, pero cambió tras salirse de mi casa hace meses y también estaba perjudicando a los niños”, dijo Suzaño, en medio del llanto antes de la audiencia cautelar de su hija.

Asegura que sus otros nietos también eran llevados a locales de expendio de bebidas alcohólicas y constantemente ella tenía que intervenir.

Según manifiesta, cuando ocurrió el hecho la muchacha se los había dejado a los dos mayores. “El viernes (13 de enero) salió con su pareja y el niño a comer kjaras, pero no regresaron”, comenta y agrega que el lunes 16 recibió la llamada de una amiga que le informó que el menor fue recogido de un local de expendio de bebidas alcohólicas.

Ahora la abuela enfrenta un conflicto interno porque no sabe si hizo bien o mal al denunciar a su hija que fue enviada a Palmasola, pero está convencida de que hizo lo mejor para poner a salvo a sus nietos y también a su hija de las consecuencias del alcohol. “Por ahí en la borrachera se lo pueden secuestrar al niño o se lo pueden robar, porque los borrachos tienen el sentido perdido”, señaló.

El abogado de Suzaño, Droguett Zeballos, resalta que en la entrevista psicológica al niño se hace notar que al parecer la pareja de la madre fue quien tuvo la iniciativa de dejarlo en el local. Todo está en investigación.

Ahora esta familia pasa por un momento difícil y las autoridades intervinieron para proteger a los tres niños.

Denuncias

La abogada Jessica Echeverría, que también es responsable de la Red Ciudadana Contra el Infanticidio y el Abuso Sexual Infantil, señala que salir a consumir bebidas alcohólicas acompañado de los hijos se ha vuelto muy común, a pesar de ser un delito, porque se viola el derecho a la protección de los niños, que debe ser garantizado por los progenitores.

Agregó que como red ciudadana reciben hasta seis denuncias por mes, con fotografías, que reflejan esta situación, y estas son enviadas a las autoridades pertinentes para que tomen acciones. “También ayudaría mucho que la Alcaldía comience a controlar el ingreso de menores y sancione a los propietarios de los locales infractores”, dijo la abogada.

A su vez, hace un llamado a los padres y tutores para que tomen conciencia y no consuman bebidas alcohólicas cuando están con sus hijos. Asegura que pareciera que no existe un control del Gobierno Municipal y que existe poca conciencia de los padres.

Subraya que la Ley 548 (Código Niña, Niño y Adolescente) conmina a los padres de familia a cuidar y proteger a los hijos. “Entonces al llevar a tu hijo o hija a un lugar donde se vende bebidas alcohólicas, lo estás exponiendo a una serie de situaciones peligrosas, incluso a la violencia sexual”, expresó la jurista.

La Constitución Política del Estado (CPE), en su artículo 60, también se refiere a la responsabilidad de los padres y autoridades a preservar la seguridad de los menores de edad, evitando exponerlos al peligro.

“Es deber del Estado, la sociedad y la familia garantizar la prioridad del interés superior de la niña, niño y adolescente, que comprende la preeminencia de sus derechos, la primacía en recibir protección y socorro en cualquier circunstancia, la prioridad en la atención de los servicios públicos y privados, y el acceso a una administración de justicia pronta, oportuna y con asistencia de personal especializado”, indica la Carta Magna.

En tanto, el responsable de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Alexander Salazar, dijo que se está concienciando a la población para que denuncie cualquier vulneración de los derechos del menor, como el exponerlos al riesgo en boliches y cantinas.

“La población no entiende el verdadero papel que cumple en la sociedad. También nos preocupa que algunas personas se presten a este tipo de actos, como de aceptar a un niño en prenda”, cuestionó Salazar.

El responsable de esta repartición recordó que se tiene la línea 156, gratuita y habilitada para recibir este tipo de denuncias.

Este centro de llamadas recibe unas 15 denuncias al día que involucran a menores en riesgo, como el de un niño que esté en medio de adultos que consumen bebidas alcohólicas.

Mayor control

La vicepresidenta del Concejo Municipal, Lola Terrazas, dijo que percibe una situación de abandono hacia la niñez y adolescencia, debido a que hay una ausencia de control por instituciones del Estado que deben velar por el bienestar de los menores.

“Estos equipos técnicos multidisciplinarios deberían salir a supervisar si en estos locales, boliches y centros de entretenimiento nocturno para adultos, existe la presencia de menores de edad, pero no lo hacen. No hay un seguimiento o acompañamiento al respeto de sus derechos, integridad o seguridad de los niños”, apuntó la edil.

Terrazas agregó que muchas denuncias por violencia física, sexual o sicológica hacia los menores, quedan en el olvido porque el proceso de investigación es muy lento y no logran justicia.

Recordó que los dueños de boliches y locales nocturnos tienen la obligación de no permitir la presencia de menores de edad, pero por un afán lucrativo esto pasa desapercibo.

“Hay una indiferencia entre quienes controlan el funcionamiento de estos centros”, expresó la concejala, y además observó que muchos vecinos no denuncian cuando ven estas irregularidades porque no quieren tener conflictos con los propietarios.

Indicó que es necesario que retomen las batidas en locales y chicherías que funcionan en domicilios de manera ilegal porque en esos sitios hay muchos niños con sus padres.

El representante de la Asociación de Bares y Boliches en Santa Cruz de la Sierra, Juan Carlos Nina, pidió a las autoridades municipales que realicen controles en las actividades económicas que incumplen la normativa porque abren como restaurantes, pero terminan funcionando como boliches, que es algo ilegal. “Los restaurantes son exclusivos para la venta de comida y no para la venta de bebidas alcohólicas, pues se las sirve únicamente para el acompañamiento y no se permite el exceso”, hizo notar el dirigente, que además aseguró que no tiene nada en contra de los locales de kjaras o las chicharronerías, pero de un tiempo a esta parte muchos están violando la normativa.

Similar situación se ve en las rockolas, donde pocos locales cumplen con las normas que establecen horarios de funcionamiento.

También señaló que es necesario hacer operativos conjuntos entre el Ministerio Público, la Defensoría y otras reparticiones municipales que tienen la tarea fiscalizar a estas actividades económicas.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Juntas Vecinales del Distrito 12, Agripino Pachacopa, comenta que en su trabajo como transportista ha visto con frecuencia a padres y madres consumiendo bebidas alcohólicas junto sus niños a altas horas de la noche.

Asegura, que esto no solamente se lo ve en el Distrito 12, zona de Los Lotes, sino también en todos los sectores donde proliferan estos locales. “La autoridad competente debe estar presente constantemente" apuntó el representante vecinal.

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