En Bolivia, la respuesta de los emprendedores ante una crisis económica varía significativamente según la región del país en la que se encuentren, debido a diferencias en el perfil de riesgo predominante y las características económicas locales.

Según Osvaldo Nina, exdirector del Banco Central de Bolivia y del Banco Unión, exdirector de Planificación Estratégica del Ministerio de Planificación y docente de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el perfil de riesgo de un emprendedor, puede ser conservador o agresivo, depende de las estrategias que adopta frente a situaciones de incertidumbre económica, como la inflación o la devaluación de la moneda.

“Si soy una persona conservadora voy a tratar de cubrir solo mi riesgo, en cambio si soy agresivo, como es el caso de las personas que viven en Santa Cruz, voy a arriesgar más a fin de conseguir una mayor rentabilidad en el emprendimiento en el que estoy encaminado”, señala Nina.

Para la plataforma financiera Pictet, el concepto de ‘perfil de riesgo’ hace referencia a un inversor teniendo en cuenta sus necesidades y expectativas respecto a las inversiones. “Lo principal es que el propio inversor tome conciencia de sus particularidades y tome decisiones de acuerdo a estas características previamente identificadas”.

En tiempos de crisis, el contexto puede ofrecer oportunidades únicas

Santa Cruz es una oportunidad en tiempos de crisis

En el oriente de Bolivia, especialmente en Santa Cruz, los emprendedores suelen tener un perfil de riesgo más agresivo.

Nina puntualiza que esta región se caracteriza por una economía más dinámica y diversificada, donde los emprendedores ven una crisis no solo como desafío, sino también como oportunidades para invertir y obtener más ganancias.

En este contexto, a pesar del aumento del riesgo durante las crisis, muchos emprendedores orientales están dispuestos a realizar inversiones más arriesgadas en busca de mayores retornos. La lógica es clara: a mayor riesgo, mayor potencial de rentabilidad.

"En tiempos de crisis, el contexto puede ofrecer oportunidades únicas para inversiones con alta rentabilidad", comenta el experto en finanzas e inversiones. Este perfil más agresivo puede llevar a los emprendedores a invertir en mercados más volátiles o en activos con mayor riesgo, confiando en su capacidad para aprovechar las fluctuaciones del mercado.

Occidente: protección y prudencia

Del otro lado de la moneda, en el occidente del país que incluye ciudades como El Alto, La Paz y Oruro, el perfil de riesgo del emprendedor tiende a ser más conservador. Aquí, el enfoque predominante es la preservación del capital y la protección frente a la inflación y la devaluación del tipo de cambio.

Los emprendedores occidentales suelen optar por activos de refugio, como la compra de bienes raíces o el ahorro en dólares, para proteger su patrimonio ante la incertidumbre económica.

El occidente de Bolivia es también conocido por su fuerte inclinación hacia el microemprendimiento y el uso de insumos locales. En ciudades como El Alto, muchos emprendedores utilizan materias primas locales para producir bienes que se venden en moneda nacional, minimizando así el riesgo asociado al tipo de cambio.

Este modelo de negocio, basado en la economía local y en la autosuficiencia, permite a los emprendedores enfrentar mejor las fluctuaciones del mercado global y mantener cierta estabilidad financiera.

Nina puntualiza que el perfil de riesgo entre los emprendedores de oriente y occidente se puede verificar en la estructura de los depósitos y los créditos en entidades financieras.

“Por ejemplo, el 50% de los depósitos están concentrados en el área del occidente y el 50% o 60% de los créditos están concentrados en el oriente, especialmente, en Santa Cruz. Ahí se ve que la actitud del occidente es conservadora y moderada que quiere tener una renta fija, invertir en activos que son estables y no volátiles. En cambio, en Santa Cruz están invirtiendo en soya, en productos orgánicos o en cosméticos, que probablemente el riesgo sea mayor pero la rentabilidad también será mayor”, aclara.

En Bolivia, el perfil de riesgo del emprendedor y su reacción ante las crisis económicas están fuertemente influenciados por la región en la que se encuentran.

Mientras que en el oriente los emprendedores pueden aprovechar las crisis como oportunidades para inversiones de alto riesgo y alta rentabilidad, en el occidente la prioridad suele ser la protección del capital y la estabilidad financiera mediante inversiones más conservadoras.

Esta diversidad de enfoques refleja no solo las diferencias económicas y culturales entre ambas regiones, sino también la adaptabilidad y resiliencia del emprendedor boliviano ante las complejidades del entorno económico.

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