El agotamiento laboral y académico es real. Vivimos en medio de un ambiente lleno de estímulos y frustraciones, donde es muy difícil encontrar el descanso reparador. Estas condiciones pueden desembocar en estrés y con el tiempo en burnout. Esto es especialmente cierto en el trabajo, en que las frustraciones se pueden acumular sin tener a dónde ir, puede terminar “quemándonos”, provocando serios efectos sobre nuestra salud.

“A largo plazo, el Síndrome de Burnout puede contribuir al deterioro de la salud mental y física del individuo, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos psicológicos como la depresión y disminución general de la calidad de vida”, precisa Karina Sánchez Apaza, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Para la psicóloga, la prevención de esta enfermedad implica la gestión adecuada del estrés laboral, la promoción de un equilibrio entre trabajo y vida personal, el establecimiento de límites y la creación de un entorno de trabajo saludable. La conciencia temprana de los síntomas y la intervención también son clave.

“Las empresas deben promover una cultura que valore el bienestar de los empleados, ofrecer programas de apoyo psicológico, fomentar un equilibrio entre trabajo y vida personal, y estar atentas a signos de agotamiento en sus empleados”, explica la psicóloga.

También es crucial abordar las fuentes de estrés laboral y promover un entorno de trabajo positivo.

En enero de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente el Síndrome de Burnout como una enfermedad de trabajo. Se trata de un tipo de agotamiento físico, emocional y mental que resulta de la exposición prolongada al estrés laboral crónico que se produce debido a la excesiva presión que tiene lugar en el entorno laboral.

El síndrome de desgaste ocupacional es “resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito (…), se refiere específicamente a los fenómenos en el contexto laboral y no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida”, asegura el organismo internacional.

Siete tipos de descanso para prevenir el agotamiento

Daniela Luque Díaz, experta en marketing de autoridad y recursos humanos en Suecia, recomienda cultivar seis tipos de descanso para vivir una vida laboral plena, libre de estrés y prevenir el síndrome del burnout

1 Descanso físico

Consiste, simplemente, en relajarnos y soltar toda la tensión. Dormir bien (más de 7 horas por noche) o tomar siestas reparadoras de 20 minutos son clave. Otras actividades que funcionan son tomar masajes o correr, tomar baños calientes, practicar ejercicios de respiración y técnicas de relajación muscular o pasear tranquilamente en la naturaleza.

2 Descanso mental

Sentir que se tienen demasiados pensamientos y cosas para recordar significa que es hora de limpiar el cerebro. Dedicar 5 a 10 minutos al día a escuchar música o sonidos relajantes es una buena práctica. Guardar los dispositivos y desconectarlos también es importante. Practicar la atención plena y estar en el presente ayuda a aliviar la carga mental. Además, aprender habilidades saludables para tener conversaciones difíciles pero necesarias puede ser beneficioso.

3 Descanso emocional

Es hora de lidiar con toda la carga emocional que se ha tomado y procesar y expresar las emociones. Reconocer los sentimientos y compartirlos con otros es un buen inicio. Practicar expresar emociones de una manera segura y saludable es esencial. Hablar con un terapeuta si es necesario puede ayudar a desarrollar la conciencia emocional en el proceso.

4 Descanso creativo

Aquí es donde se da tiempo para recargar energías e inspirarse para despertar la creatividad. Visitar un museo o una exposición, ver una obra de teatro o un concierto puede ser muy enriquecedor. Pintar o decorar el espacio personal, bailar y escuchar música también son actividades recomendadas. Intentar escribir ejercicios como páginas de la mañana y leer un libro o ver una película pueden estimular la creatividad.

5 Descanso sensorial

Se trata de darle al cerebro un descanso del tiempo constante frente a la pantalla. Minimizar el uso del dispositivo antes de acostarse es importante. Crear momentos de silencio y calma, cerrar los ojos por un minuto y escuchar melodías relajantes puede ser muy beneficioso.

6 Descanso social

Todo el mundo necesita recargar su batería social de vez en cuando. Identificar las necesidades sociales y comer con un amigo puede ayudar. Establecer límites con las personas que tienden a agotarse también es esencial.

7 Descanso espiritual

Se trata de contribuir en algo que es más grande que uno mismo. Meditar, practicar la religión o creencia personal, dedicar tiempo a ser voluntario y reflexionar sobre lo que da sentido a la vida son prácticas recomendadas.

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