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Tres ciudades en una. Si existe una tierra donde puedes explorar naturaleza, playa y ciudad en un mismo día, es Panamá, el país puente del mundo, que permite a sus visitantes irse de shopping en tiendas de primera clase y, al mismo tiempo, es el único lugar del mundo donde puede disfrutar del amanecer, desde el Pacífico, y el atardecer, desde el Atlántico. ¡Hay tanto que ver!

Así es Panamá, donde el visitante tiene acceso a las ruinas de la vieja, que fue arrasada por el fuego y la codicia del pirata Henry Morgan a mediados del siglo XVII, a un centro financiero que es el mejor ejemplo de pujanza de ese país donde tienen sede decenas de entidades bancarias internacionales. 

La Calzada de Amador es uno de los lugares imprescindibles por su ubicación sobre el océano, su vista a la ciudad y al Canal, considerada la octava maravilla del mundo, además del biomuseo, que muestra de un modo interactivo la biodiversidad de Panamá, la mayor del planeta. ¡Y todo esto en una misma ciudad!

La vieja Panamá
En el casco viejo es posible pasear por las antiguas calles de la primera ciudad fundada por los españoles en la costa pacífica americana, en 1519), subir a la torre de la catedral e imaginar embarcaciones con enormes cargamentos de oro inca que llegaban allí en el siglo XVI. 

Los habitantes que lograron escapar del fuego se alojaron en el casco antiguo, cuyas callejuelas están repletas de edificios históricos donde se descubren iglesias barrocas, calabozos y conventos de los siglos XVI y XVII, que contrastan con elegantes restaurantes y originales tiendas de artesanía. Una buena opción es subirse al Cerro Ancón y observar los numerosos rascacielos del skyline panameño

Caribe panameño y selva

Hace dos décadas el Caribe panameño era una incógnita. Hoy en día viajeros, surfistas y aventureros de todo el mundo encuentran en destinos como Bocas del Toro, las islas San Blas, Colón, Cayo Coral, Miramar y muchos otros lugares, un paraíso de aguas cristalinas, flora y fauna exuberante, con un linaje cultural y turístico que se preserva y que crece cada vez más.

Miles de años atrás, cuando el archipiélago de Bocas del Toro se separó del continente nació un distintivo ecosistema, destinado a convertirse en el Galápagos del Norte. Caracterizada por sus bosques, manglares, pantanos, arrecifes de coral y playas, gran parte de la isla pertenece al Parque Nacional Marino Isla Bastimentos, donde algunas de sus especies de anfibios y reptiles están en peligro de extinción. 
Es así que los turistas encontrarán albergues ecológicos que invitan a relajarse y a disfrutar de la naturaleza que los rodea, lejos del centro de la ciudad y del comercio. ¡Y es que Panamá es mucho más que negocios!