La botella de champaña que había comprado en un sitio nocturno en Ibiza, España, tenía como único objetivo impresionar a sus amigos. En realidad, había acaparado la atención.

Es que por la champaña había pagado $us 43.000. Cuando llegó el momento de sacarle el corcho, las cámaras se encendieron y la atención se centró en el joven que estaba vestido de traje.

Lo que jamás imaginó -él y los presentes en el centro nocturno- es el final. No agarró bien la botella al momento de sacarla el corcho y la botella acabó hecha trizas en el piso en medio del asombro.

En realidad se trataban de $us 43.000 regados por todos lados. El joven no lo podía creer y también sus amigos que estaban con las cámaras encendidas. Los impresionó, pero no de la manera que quería.