Un enorme oso cayó por accidente al océano, en las costas de Florida, después de ser disparado con un dardo tranquilizante, frente a esta situación un hombre hizo lo impensable: nadó para salvarlo. 

Todo comenzó cuando se reportó un oso vagando por un vecindario y se determinó dispararle para tranquilizarlo. Pero el dardo hizo que el oso entrara en pánico y corriera hacia el océano, evadiendo a los oficiales que querían ayudarlo. 

Fue entonces que Adam Warwick, un biólogo, decidió dar un salto al agua en rescate del animal, para evitar que llegue a mar abierto. “Fue una decisión fugaz. Podía sentir adrenalina corriendo por mi cuerpo cuando vi al oso en el agua”, relató.