Robert Mealy es el director de Interpretación Histórica en la Escuela Juilliard ( en inglésThe Juilliard School) de Nueva York, uno de los conservatorios de arte más prestigiosos del mundo. Mealy es también considerado uno de los violinistas barrocos más destacados de Estados Unidos y dirige el ensamble Juilliard 415, que integran notables músicos con los que realiza presentaciones alrededor del mundo de obras de compositores del siglo XVII y XIX. 

La agrupación estadounidense al mando del músico fue la encargada de abrir el Festival de Música Barroca Misiones de Chiquitos que hoy acaba y en la que compartió escenario con el coro de Urubichá en memorables conciertos. Antes de su regreso a Estados Unidos, el violinista nacido en Berkeley, California conversó con Extra acerca de su primera visita a Bolivia y sus impresiones acerca de los conciertos que, asegura, él y los integrantes de Juilliard 415 consideran que fueron los más importantes de sus vidas. 

-¿Cómo fueron sus inicios en la música? 

Mis padres son músicos también, así es que, desde niño, siempre estuve en contacto con la música. Tocaba desde muy chico así es que tenía esa influencia de la música antigua y también de la música contemporánea.

- ¿Cómo es que se apasiona por la música antigua? 

Descubrí la música antigua cuando era muy joven, cuando tenía 13 o 14 años. Me enamoró el hecho de que tenés que hacer tu propia interpretación y tomar tus propias decisiones en relación a ella. Requiere mucha creatividad de parte del intérprete, porque es una música que te quiere hacer bailar, que te quiere hacer cantar y sentía que sus sonoridades también me hablaban. La música antigua es muy física y te mueve mucho. Además sentía el placer de tocar los instrumentos…la resonancia del violín barroco, las teclas del clavecín… Es que hay un gran placer físico al tocar esos instrumentos.

 -¿Qué cosas le atrajeron del violín barroco? ¿Qué tiene de especial?

 Tenía 15 años cuando dejé el violín moderno por el violín barroco. Me atrajo mucho sus características físicas, las cuerdas que no son de metal sino que están hechas de tripa de oveja. Para mí era muy importante encontrar una sonoridad que fuera liberadora como músico y a través de él la descubrí, porque la música convencional me parecía una especie de ejercicio gimnástico. La música barroca me pareció muy rica y más liberadora.

-¿Qué compositores lo han influenciado más?

 ¡Oh! son muchos (risas), pero tengo un gran amor por el barroco francés y en particular yo amo mucho la música del siglo XVII, porque es música que tiene la posibilidad de mucha invención, mucha libertad.

- ¿Qué caracteriza a los intérpretes de música antigua?

 Son músicos que buscan libertad y sus propias posibilidades de inventar. Nuestros estudiantes en el programa de Juilliard, muchas veces vienen de hacer música contemporánea, pero quieren esto que es un lenguaje diferente y que lo encuentran en la música antigua.

-¿La música antigua con la música contemporánea pueden dialogar? 

Sí, es más, muchos de nuestros intérpretes en Juilliard también son compositores. Es muy importante para nosotros hacer música nueva en relación a la música antigua. 

-Existe el prejuicio de que la música clásica es elitista y complicada ¿Qué se puede hacer para desmitificar esa idea y acercar a un número mayor de personas a este tipo de música? 

Es una buena pregunta, porque mientras más lejana en el tiempo es esta música se ve como que es más distante, complicada y que es de una elite, pero de hecho cuando la escuchas es una música que te habla, muy abierta, que te atrae y eso es lo que más hemos visto en este festival; la gran conexión inmediata que tiene esta música con el público. Así que parte de nuestra tarea, como intérpretes es que llegue a más personas.

- ¿Cree que se puede atraer a nuevas audiencias, como la de los jóvenes?

 Creo que sí y la mayoría de mis estudiantes son conscientes de que tienen que ser embajadores de esta música y deben demostrar el amor que tienen por ella a las nuevas audiencias. Todos mis estudiantes están muy involucrados en llevar esta música a los colegios y a comunidades donde no se escucha esta clase de música. Es como que hay una labor de difundir, abrir el campo a mucha más gente. 

-¿Existen barreras para la difusión de la música antigua? 

Creo que la parte más difícil es que la gente siga creyendo que es distante, porque es de otro tiempo, pero basta que la escuche para que se dé cuenta que no es así. Uno de mis compositores favoritos Guillaume de Machaut (1300-1377) decía que la música es una ciencia, pero es una ciencia que puede hacernos reír, bailar y cantar (risas). 

-¿Cuáles han sido sus impresiones de sus presentaciones en Santa Cruz de la Sierra y las Misiones de Chiquitos? 

Ha sido una audiencia muy cálida y que responde de una manera muy emotiva y directa a lo que nosotros interpretamos y en particular para nosotros uno de los grandes honores que hemos tenido fue tocar junto a los músicos de Urubichá y estar bajo la dirección de la maestra Mercedes Papu (directora del coro de Urubichá)

- ¿Cómo surgió la idea de que ella dirigiera a ambas agrupaciones? 

Sentí con ella una conexión muy cálida tanto como músico, como persona y fue muy fácil interactuar juntos. Dado que el coro era de ella, nosotros estábamos felices de tocar bajo su dirección. 

-Algo que emocionó a los asistentes de sus conciertos fue el momento en el que interpretaron en conjunto una chobena. 

Para nosotros fue muy lindo hacer eso, porque nosotros siempre buscamos una forma de encontrar una conexión entre la música antigua y la música folclórica. 

-¿Qué impresión le causó visitar lo que fueron las Misiones Jesuíticas de Chiquitos? 

Ha sido extraordinario para mí y para todos nosotros, los del Ensamble Juilliard 415, estar en el lugar donde aún se conserva la música barroca. Ha sido una experiencia que te cambia la vida, tanto para nosotros como para los estudiantes con los que vinimos. Estos conciertos que hemos dado en Chiquitos han sido los conciertos más importantes que hemos dado en nuestras vidas y los más divertidos, al mismo tiempo. Insisto, para nosotros fue muy, muy importante trabajar bajo la dirección de Mercedes. Ser dirigidos por una mujer de Urubichá fue, sin duda, un gran honor. Usualmente trabajamos con directores invitados y ahora ella también será una de nuestras directoras invitadas. 

-¿Hay posibilidades de que Juilliard 415 vuelva a Bolivia? 

Es lo que deseamos y esperamos, porque hemos tenido una conexión fantástica con todos. 

-¿Hay alguna posibilidad de que en el futuro The Juilliard School trabaje en colaboración con Urubichá o con otros músicos locales?

 Por supuesto, estaríamos encantados de hacerlo y vamos a estar en contacto con Piotr Nawrot, director artístico del Festival y con la embajada de Estados Unidos. para ver qué posibilidades hay para continuar esta conversación y conexión entre músicos.

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 DATOS DEL MÚSICO

 Nacido en Berkeley, California, ha grabado más de 80 discos y realizado giras de una amplia variedad de repertorio en los EEUU y Europa con muchos conjuntos. Mealy aparece como músico de cámara en los principales festivales de música antigua de todo el mundo. Ha dirigido la Orquesta del Festival de Música Antigua de Boston. Con ellos realizó tres grabaciones nominadas al Grammy. Desde 2009 es profesor en Yale, y fundó y dirigió durante una década la Orquesta de Cámara Barroca de Harvard. Actualmente es director de Interpretación Histórica en la Escuela Juilliard.