La Nación

Con la mente puesta en la residencia argentina en Caracas, la Cancillería que encabeza Diana Mondino evalúa, por estas horas, una salida para los seis opositores al régimen chavista asilados en la sede diplomática desde fines de marzo pasado. La decisión es urgente: desde el Palacio San Martín confirman que el gobierno de Nicolás Maduro, enojado con el presidente Javier Milei, dio un plazo de 72 horas a la delegación diplomática argentina para que abandone el país.

“La situación está trabada. Estamos viendo opciones, pero la prioridad es la seguridad de los asilados”, coincidieron distintas fuentes del Gobierno, que tomaron nota de la intimación de la administración de Maduro para que la delegación argentina abandone el país en un plazo no mayor a las 72 horas.

Desde la Cancillería y la delegación nacional, que encabeza el encargado de negocios Andrés Mangiarotti, condicionan el acatamiento de esa orden a la seguridad personal de Pedro Urruchurtu, Magalí Meda, Claudia Macero, Humberto Villalobos, Facundo Martínez Mottola y Omar González, referentes de la líder opositora María Corina Machado, que se mantienen en silencio aunque el primero de ellos denunció ayer, vía redes sociales, que “oficiales” chavistas intentaron tomar la residencia, hasta ahora sin lograr su cometido.

Las posibilidades que hoy manejan en la Cancillería, la Jefatura de gabinete y el Ministerio de Seguridad, son solo dos: la primera-muy poco probable-es que Maduro acceda al pedido de salvoconducto presentado por el gobierno argentino meses atrás y les permita dejar el país rumbo a Buenos Aires. La segunda, que cobra mayor preponderancia con el correr de las horas, es que los asilados sean trasladados a otra dependencia diplomática que no tenga problemas con el gobierno chavista, a quien ningún país de la región salvo Bolivia reconoció como ganador de los comicios.

En el ámbito sudamericano, los diplomáticos de Uruguay, Paraguay, Chile y Ecuador también fueron expulsados por no aceptar los resultados emitidos por la CNE venezolana, por lo que solo quedan Bolivia y tal vez Brasil y Colombia, gobiernos que sin reconocer el triunfo chavista sostienen la necesidad de esperar un plazo prudencial y ver datos concretos antes de avalar o condenar el proceso electoral que determinó la continuidad de Maduro hasta 2031.

En el Palacio San Martín recuerdan que, según la convención sobre asilados, firmada en Caracas en 1954, “si por causa de ruptura de relaciones el representante diplomático que ha otorgado el asilo debe abandonar el Estado territorial, saldrá aquel con los asilados”. Agrega que “si lo establecido en el inciso anterior no fuere posible por motivos ajenos a la voluntad de los asilados o del agente diplomático, deberá éste entregarlos a la representación de un tercer Estado Parte en esta Convención, con las garantías establecidas en ella”. La tercera opción es “entregarlos a un Estado que no sea parte y que convenga en mantener el asilo. El Estado territorial deberá respetar dicho asilo”, concluye.

Horas después de las elecciones del domingo pasado, en las que Maduro se adjudicó el triunfo y el presidente Milei se adelantó para no reconocer ese resultado, los vínculos bilaterales se complicaron aún más. 

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