Al menos 106 personas fallecieron en India y Bangladés tras el paso del ciclón Amphan, el más potente en los últimos 20 años, según los nuevos balances oficiales publicados el viernes.

Pese a los numerosos daños materiales, las pérdidas humanas fueron finalmente limitadas. En el pasado, los ciclones más violentos dejaron miles de muertos en esta región del mundo.

En la región india de Bengala occidental (este), la ministra en jefe, Mamata Banerjee, precisó que hubo 80 muertos. En Bangladés, hubo 26 decesos.

Los fuertes vientos, las lluvias torrenciales y la crecida de las aguas arrasaron las costas de Bengala, inundaron ciudades y pueblos, dañaron miles de casas y arrancaron árboles y postes eléctricos.

El ciclón también destruyó muchos criaderos de gambas en Bangladés, lo cual agrava la situación económica de miles de habitantes, ya en dificultades debido al confinamiento decretado para hacer frente al nuevo coronavirus.

La entrada de agua salada en los cultivos tendrá un impacto negativo en las dos o tres próximas cosechas, según la ONU.

La oficina de las Naciones Unidas en Bangladés estima que el ciclón afectó a 10 millones de personas y destruyó el hogar de 500.000.

En India, el primer ministro, Narendra Modi, sobrevoló el viernes en helicóptero las zonas afectadas y anunció que entregaría ayudas por 120 millones de euros (130 millones de dólares) para las tareas de reconstrucción.

La Unión Europea también anunció una ayuda de 500.000 euros (545.000 dólares) a India y 1,1 millones de euros (1,2 millones de dólares) a Bangladés.

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