Vladimir Putin se posicionó el lunes por la noche como garante de la paz interior en Rusia, al asegurar que evitó un baño de sangre, en su primera declaración pública desde la breve rebelión de Wagner que, según su jefe Yevgueni Prigozhin, fue para salvar al grupo paramilitar y no para tomar el poder.

"Desde el comienzo de los acontecimientos se tomaron medidas siguiendo mis instrucciones directas para evitar un gran derramamiento de sangre", dijo Putin durante un discurso televisado.

En él aseguró que Occidente y Ucrania querían "un resultado fratricida".

Putin añadió que los combatientes de Wagner deben unirse al ejército o irse a Bielorrusia. 

"Tienen la posibilidad de continuar sirviendo a Rusia con un contrato con el Ministerio de Defensa u otros organismos encargados de hacer cumplir la ley o regresar con su familia y seres queridos (...) Quien quiera puede ir a Bielorrusia", dijo Putin.

Después de su alocución, el mandatario ruso se reunió con sus principales funcionarios de seguridad, incluidos el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, o el director de los servicios de seguridad FSB, anunció el Kremlin. 

Antes del discurso de Putin, su homólogo estadounidesne, Joe Biden, había asegurado que los occidentales no tuvieron "nada que ver" con la fallida rebelión del jefe del grupo Wagner.

"Convoqué a nuestros aliados clave en una llamada de Zoom", declaró Biden a periodistas.  

"Coincidimos en que teníamos que asegurarnos de no dar a (el presidente ruso Vladimir) Putin ninguna excusa (...) para culpar de ello a Occidente y para culpar de ello a la OTAN", afirmó.

"Dejamos claro que no estábamos involucrados. No tuvimos nada que ver, era un problema dentro del sistema ruso", añadió. 

Putin agradeció a los rusos su "resiliencia", su "unidad" y su "patriotismo", y dijo que "esta solidaridad ciudadana mostró que todo chantaje (...) está llamado al fracaso".

Acusó de nuevo al jefe de Wagner, sin nombrarlo, de haber "traicionado a su país y a su pueblo" y de "mentir" a sus hombres.

Prigozhin niega que quisiera tomar el poder 

Prigozhin negó el lunes en un mensaje de audio que quisiera tomar el poder en Rusia y justificó su rebelión abortada porque quería salvar su organización y poner en evidencia los "graves problemas de seguridad" en el país.

Por su parte, las autoridades rusas hicieron todo lo posible durante la jornada del lunes para dar una imagen de normalidad a pesar del duro golpe que el intento de rebelión supone para la imagen de Putin, en plena contraofensiva en Ucrania. 

En este intento de aparentar normalidad, el ministro de Defensa, principal objeto de las críticas de Wagner, reapareció tras días sin ser visto pasando revista a las fuerzas en Ucrania.

La rebelión de Prigozhin, un multimillonario otrora aliado de Putin, duró 24 horas y terminó el sábado.

En su primer mensaje de audio publicado desde que pusiera fin a su rebelión, Prigozhin no reveló su paradero. En teoría debería haberse exiliado a Bielorrusia, según un acuerdo alcanzado el sábado con el Kremlin con mediación del presidente de ese país, Alexander Lukashenko. 

"El objetivo de la marcha era no permitir la destrucción del grupo Wagner y responsabilizar a aquellos que con sus acciones poco profesionales cometieron un número considerable de errores durante la operación militar especial" en Ucrania, dijo en el mensaje de 11 minutos.

Según él, la marcha de sus hombres hacia Moscú "ha evidenciado graves problemas de seguridad en el país" porque pudieron apoderarse sin mucha resistencia del cuartel general del ejército en la ciudad de Rostov del Don, así como de varias instalaciones militares, recorriendo 780 kilómetros antes de detenerse "a poco más de 200 km de Moscú".

Si las fuerzas de Wagner no avanzaron más fue, según Prigozhin, para no "derramar sangre rusa". También dijo que no quería "derrocar el poder" y que tenía el apoyo de los civiles con los que se cruzó durante la marcha.

Pese a la rebelión abortada,el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo el lunes que el grupo paramilitar ruso Wagner continuará sus operaciones en Malí y en República Centroafricana.

"Día feliz" para Zelenski 

De su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, visitó a sus tropas cerca de Bajmut, escenario de la batalla más intensa de la guerra y capturada semanas atrás por Rusia en un logro atribuido en gran parte el grupo Wagner.

"Hoy, nuestros soldados consiguieron progresos en todas las áreas. Hoy es un día feliz", dijo Zelenski el lunes en su habitual discurso nocturno.

Los líderes militares del país aseguraron que sus tropas estaban avanzando tanto en el sur como en el este.

"Estamos echando al enemigo de sus posiciones en los flancos de Bajmut", dijo el comandante de las fuerzas en el frente oriental, Oleksander Sirskyi.

"Ucrania está recuperando territorio. Vamos adelante", afirmó.