La crisis de escasez de combustibles en Bolivia se agudiza, alimentada por los bloqueos de carreteras que persisten desde hace dos semanas. Este domingo, las largas filas en las estaciones de servicio de La Paz y Santa Cruz reflejan una situación alarmante. Según Armin Dorgathen, presidente de YPFB, un millón de litros de diésel se encuentran varados debido a estos cercos, impulsados por sectores afines al evismo. A pesar de contar con suficiente combustible en sus plantas, las 200 cisternas detenidas en diversos puntos han provocado significativos retrasos logísticos en la distribución.

Dorgathen asegura que, aunque se están despachando alrededor de dos millones de litros de diésel en Santa Cruz, la percepción de escasez persiste debido a la falta de acceso. Asegura que la situación con la gasolina es menos problemática porque el país produce un porcentaje mayor de este combustible, pero anoche no había gasolina en varios surtidores cruceños. Y el 85% del diésel es importado, lo que lo hace vulnerable a las interrupciones en el transporte.

Los bloqueos no solo afectan la llegada de combustibles a las estaciones, sino que también provocan un impacto económico más amplio, pues limitan la movilidad y la actividad comercial en las regiones afectadas. La necesidad de encontrar soluciones que garanticen el abastecimiento y la libre circulación se vuelve urgente para evitar que esta crisis se profundice todavía más.