Debo empezar este artículo, indicando que el mismo no pretende, juzgar a nadie, ni emitir opinión respecto a la culpabilidad o inocencia de nadie, simplemente la intención es defender y otorgar un granito de apoyo a lo que considero un periodismo profesional e imparcial que realiza una gran periodista cruceña de nombre Jimena.

Desde que se retomó el caso de pedofilia contra un ex presidente, sus seguidores y defensores, empezaron a tomar actitudes prepotentes y muy abusivas contra la prensa en general y contra sus entrevistadores en particular, tenemos en una primera línea a los ex ministros, donde una de ellas se enojó con una conocida periodista cruceña (Jimena) solamente porque la entrevistadora sonrió, le acuso que esa sonrisa expresaba su alegría por la “desgracia” que pasa el ex presidente; luego está su abogada, que en un intento de denigrar a la periodista, comparando la seducción de un hombre de 61 años con una niña de 15 (46 años de diferencia), frente a una relación de pareja cuando ella tenía 19 y su enamorado 25 (6 años de diferencia).

Luego otro abogado del acusado de pedofilia, increpo a la periodista que no debía realizar cuestionamientos, sobre la conducta del ex presidente, llego al extremo de decir que nadie podía juzgar de “malo” las actitudes y comportamientos del ex presidente, sin embargo, no creo que exista alguna persona, en el mundo, que califique de “buena actitud” la relación amorosa de una niña con un adulto que le lleva más de 40 años de diferencia, llegó al extremo este abogado, de pedirle a la periodista que la próxima entrevista le pase previamente las preguntas.

En una segunda línea de defensa del ex presidente, están los dirigentes “sociales” y parlamentarios, cuyos ataques a la prensa son más feroces, a la periodista llegaron a increparla de que era parte de un plan de desprestigio al MAS y de su líder, la acusaron de que recibía información del Ministerio de Gobierno y que sus opiniones y preguntas se debían a que el gobierno, supuestamente le condicionaba, a “atacar” al ex presidente a cambio de emitir propaganda estatal.

Esta profesional cruceña, resume la táctica de defensa del expresidente en tres aspectos:

1. No responden la “pregunta clave”, ¿existe una hija de la relación del ex presidente con una niña de 15 años?, pareciera que ninguno de los defensores “quisiera meter las manos al fuego” en relación a la existencia de esta niña.

2. Atacan al que pregunta, tratando de denigrar el comportamiento profesional como personal de todo periodista que tenga el valor de realizar preguntas concretas, respecto al presunto delito cometido por el ex presidente.

3. Desvían la atención del tema, quieren que los periodistas pregunten o tomen más atención a temas como lo económico, o temas absurdos como el que la primera autoridad del país se disfrazaba de taxista para ver a una supuesta “amante”.

El periodismo es una profesión, muy peligrosa, porque la mayoría de las veces buscan la verdad y esa verdad incomoda a los más poderosos, manifestar a esa periodista todo mi apoyo y sugerir a las organizaciones de periodistas que estas actitudes contra esta periodista deberían ser consideradas como acoso laboral.