Aunque los líderes tradicionales de la oposición dan señales de acercamiento y aceptan que la única forma de hacer frente al MAS es en unidad, no se animan a hablar de un candidato único o posible líder que represente a todo el bloque en las elecciones generales de 2025.

Eso sí, dos analistas en política ven que esas señales de acercamiento son un reconocimiento implícito de que ningún líder opositor tiene la fuerza suficiente para enfrentar al MAS, así este partido esté fracturado y en su peor momento. Además, con las visitas al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, preso en Chonchocoro, identifican al político como un símbolo de la resistencia contra el MAS y la figura más fuerte en Santa Cruz que puede articular el oriente con el occidente.

Mientras, al Gobierno le tiene sin cuidado las reuniones de los opositores a las que califica como un “aquelarre”, algunos actores de la oposición ven esos acercamientos como “intentos estériles” ya que el factor de unidad que pregonan es en torno a uno de ellos descartando otras opciones con posibilidades reales y concretas.

Lo que más llama la atención a los expertos y legisladores es que las tres cabezas más visibles de la oposición tradicional: Carlos Mesa, Jorge Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina, buscan al gobernador Camacho para hablar de unidad y ello no es casual porque según los analistas Carlos Börth y Gregorio Lanza, el líder de Creemos es un símbolo de resistencia y un “rehén cruceño” del masismo, que lo convierte en una figura y un símbolo que puede lograr la unidad en la oposición y construir un instrumento para derrotar al MAS en 2025.

“Esto explica que algunos de los líderes de las organizaciones tradicionales han comenzado a activarse utilizando la figura de Luis Fernando Camacho que está detenido en la prisión, y a través de él intentan llegar a la ciudadanía en Santa Cruz que ve a su dirigente en situación de represión”, afirmó Borth a este medio.

Doria Medina fue el primero en visitar a Camacho el 1 de junio. El segundo fue el expresidente Quiroga quien lo visitó el 1 de octubre y hasta se sacó una foto con Camacho en la cárcel. Y el tercero, fue el expresidente Mesa, el 8 de octubre, pero mientras él se reunía con Camacho, Doria Medina estaba presentando su “plan de gobierno” para sacar a Bolivia de la crisis.

“Me parece muy contraproducente que vayas a visitar a Fernando Camacho a la cárcel el mismo día que la supuesta unidad está presentando a su candidato”, dijo a EL DEBER el diputado Marcelo Pedrazas, quien duda de ese discurso de unidad.

Más allá de esa lectura, para el analista Lanza, el acercamiento de los tres políticos a Camacho muestra que el gobernador preso “se convierte en el articulador de la unidad” porque el propio masismo lo convirtió en un símbolo político de resistencia desde 2019.

“Además, representa al grueso de la oposición en Santa Cruz y tiene una base electoral significativa y eso lo convierte en un eje articulador de esa unidad”, dijo Lanza a EL DEBER.

Para los expertos y el legislador Pedrazas, no es extraño que ninguno lance un nombre que los represente, porque todo es cuestión de un cálculo político donde se ven al menos tres ejes: las visitas a Camacho, el plan que Doria Medina presenta a título personal y qué impacto pueden lograr ambas acciones.

En ese escenario, también surge el nombre de Manfred Reyes Villa, líder de “Súmate Bolivia”. Mientras el diputado Pedrazas lo ve como la única opción real y con apoyo popular para enfrentar al MAS, el analista Borth lo ve con una visible inclinación al Gobierno, más desde que se anularon los procesos penales en su contra. Ese factor más su “silencio” ante los desaciertos del Gobierno, y su rechazo antelado de acerarse a los tradicionales, lo ponen en una opción poco creíble para formar un solo bloque opositor.

En el MAS, arcistas y evistas, ven como una anécdota más los intentos de la oposición de unirse y hacen mofa de esos encuentros. “Es un conjunto de brujas … aquelarre. Todas las brujas se van a juntar, nadie se pone de acuerdo y todos van a participar”, afirmó el viceministro Gustavo Torrico.

Para el senador evista William Torrez, las reuniones de los opositores “son medidas desesperadas”, no tienen una propuesta concreta que presentarle al país y no gozan de la confianza de la población.

“A ellos el pueblo los denomina cadáveres políticos poque ya han cumplid su ciclo”, dijo Torrez a EL DEBER, y este medio le consultó si Evo Morales, un político con más de 30 años de experiencia no está en la misma línea, a lo que respondió que el MAS tiene otras figuras más allá del líder cocalero.

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