A la hora de evaluar los logros y desafíos deL Gobierno, el presidente Luis Arce asegura que éste será el peor de su gestión presidencial. Aseguró ayer que aún no sabe si optará por la reelección, pero anticipa que habrá un debate “profundo” con el resto de las fuerzas políticas del país para que el país sepa valorar los aportes del modelo económico que defiende.

El mandatario, que ha responsabilizado a Evo Morales como el artífice de la “desestabilización” de su gobierno, habló por primera vez de las denuncias que pesan contra sus hijos y que son alimentadas, precisamente, desde las filas de la facción evista del MAS.

Arce evuluó todos estos aspectos justo en la víspera de Navidad durante una prolongada conferencia de prensa que tuvo lugar ayer en la Casa Grande del Pueblo.

“No somos corruptos”

“Mis hijos y mi familia no somos corruptos”, remarcó Arce, quien lamentó que se involucrara a sus hijos en un asunto que, según él, es político. “Lamento mucho que se haya metido a la familia en esto, pero yo también he sido claro con mis hijos: hay que someterse a la justicia, hay que someterse a las leyes”, puntualizó el mandatario.

Morales recientemente acusó a los hijos de Arce de estar involucrados en “negocios familiares” relacionados con proyectos de litio y gas, sugiriendo una posible intervención irregular en asuntos estatales y tráfico de influencias.

Además, también existen denuncias lanzadas por el diputado evista Hector Arce sobre compra de tierras en Santa Cruz, además de la dotación de créditos en favor de los hijos del mandatario.

Estas acusaciones han profundizado las divisiones internas en el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido gobernante. En su intervención, Arce vinculó estas sindicaciones a un intento por dañar su imagen y la de su gobierno. “Algunos ya me ven como candidato y por eso vienen los ataques, desgastar la figura del presidente, desgastar la figura del gobierno”, afirmó, sugiriendo que estos ataques responden a una estrategia de cara a las elecciones generales que deben realizarse el 17 de agosto, según lo previsto por el Tribunal Supremo Electoral.

El Presidente quiere debatir

El 2024, que está a punto de concluir, ha estado definido por indicadores que marcaron la inflexión en el desempeño de la economía.

Desde 2021, el país experimentó un aumento sostenido de la inflación, que pasó de un moderado 0,74% en 2021 a un significativo 8,82% en noviembre de 2024. Este salto representa uno de los mayores retos para el gobierno de Arce, quien dice haber apostado por un presupuesto 2025 orientado a estabilizar precios y garantizar recursos esenciales para la población.

“El 2024 fue realmente un año en que los políticos identificaron la necesidad de desestabilizar, dar un golpe de Estado o mostrar que este es un gobierno incapaz”, afirmó Arce, quien destacó que el país superó “el año más complicado” bajo su administración.

El mandatario consideró que el país entra ahora en una fase de transición hacia las elecciones generales. Aseguró que el MAS definirá en enero quién será el candidato, pero anticipó debate.

“Quiero ver cosas nuevas”, afirmó, en referencia a los planteamientos de sus adversarios. Además, aseguró que defenderá los logros de su gestión en materia económica, enfatizando en la importancia de que la ciudadanía analice las propuestas de todos los actores políticos para evitar soluciones inviables. Para ello defendió el Presupuesto General del Estado que entrará en vigencia a partir de enero de 2025 a pesar de no haber sido validado por la Asamblea Legislativa.

“Este presupuesto busca garantizar que el pueblo boliviano no tenga problemas”, explicó el presidente, asegurando que las políticas implementadas permitirán que el 2025 sea un año de recuperación económica.

Luis Arce cerró su intervención con un mensaje de optimismo y unidad. “Con el apoyo del pueblo boliviano, vamos a seguir en esta línea”, expresó, subrayando que la cohesión nacional será clave para superar los desafíos de 2025.

“El gobierno no va a hacer ningún cálculo electoral para tomar las medidas económicas que sean necesarias para garantizar la estabilidad económica del país. Lo que tenemos que hacer en los meses que nos quedan, hasta agosto en que se va a agudizar el clima político, vamos a tomar todas las medidas que sean necesarias para que la población tenga la seguridad de esta estabilidad económica que tenemos que preservar los bolivianos, porque es un patrimonio de los más humildes, porque a ellos se les afecta cuando hay desestabilización”, dijo Arce.

Inflación
Desde 2021, el país experimentó un aumento sostenido de la inflación, que pasó de un moderado 0,74% en 2021 a un significativo 8,82% en noviembre de 2024. Este salto representa uno de los mayores retos para el gobierno de Arce, quien ha apostado por un presupuesto 2025 orientado a estabilizar precios y garantizar recursos esenciales para la población.

Escenario
El 2024 será electoral y el Gobierno se apresta a enfrentar ese desafío en un contexto de crisis económica.

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