El presidente Luis Arce comenzará miércoles este 8 de noviembre su cuarto año de gobierno. Lo hará con la formalidad del informe a la nación que emitirá desde la Asamblea Legislativa, donde ya no tiene la mayoría y la figura de Evo Morales aparece como la del líder de la oposición que busca volver al poder a partir de 2025.

La reforma judicial, la agenda económica marcada por un clima adverso, la relación de pactos y tensiones con el ‘evismo, además de su pretensión electoral con la necesidad de acercarse a las regiones, especialmente a Santa Cruz, están entre los retos de Arce para un 2024 que será clave para el futuro del MAS y del Gobierno, según las percepciones recogidas por EL DEBER.

Desde el Órgano Ejecutivo, por ejemplo, se ven más logros que desaciertos, sobre todo en el ámbito económico y social. El gran desafío es consolidar la industrialización hasta 2025. En lo político, el desafío pasará por el control del Legislativo, donde hay al menos dos escenarios de disputa con “las oposiciones”, incluida la que lidera el ‘Evismo’.

Tres especialistas en el análisis  político, un jurista, un diputado evista y una autoridad del Órgano Ejecutivo anticiparon una evaluación de los tres años de gestión de Arce, sus debilidades, fortalezas y sus principales desafíos para los dos últimos años.

La gran coincidencia es que en la gestión que acaba, el presidente Arce enfrentó la más férrea oposición que surgió de su propio partido con el expresidente Morales. En enero de 2020, Evo proclamó a Arce como candidato a la presidencia, pero con el plan de retornar al poder a merced del Gobierno que intentó controlar.   Esta aspiración generó varias tensiones que durante el último año se acentuaron y se convirtieron en ataques directos contra Arce. La gestión económica y denuncias de corrupción estuvieron en el centro de las críticas.

Entre los ataques más fuertes está el del 22 de septiembre, cuando el líder cocalero dijo que el actual mandatario fue su “cajero” y no un ideólogo del proceso de cambio, o cuando el 8 de octubre, lo comparó con el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho y dijo que a Arce “sólo le falta que camine con su biblia rezando como (Fernando) Camacho”. El comentario, además, tocó a la comunidad cristiana.

Esos ataques y acusaciones personales, que incluso involucran a la familia de Arce, han marcado la agenda política y coyuntural del Gobierno, afirmó el especialista en la resolución de conflictos Gregorio Lanza.

“El principal opositor al gobierno de Arce es Evo Morales y ha sido lo que ha marcado la agenda del país, especialmente en el último año, en tanto que la oposición no tiene ninguna iniciativa para moverse en ese nuevo escenario. La agenda ha estado marcada el último año por la pelea con Evo Morales y eso ha hecho que se olvide gestionar y resolver los problemas del país”, comentó Lanza a este medio

Para el senador y disidente del MAS Omar Aguilar, los cuestionamientos que le hace Morales al gobierno de Arce “pesan cien veces más” de lo que pueda decir Carlos Mesa, Fernando Camacho o Jorge Quiroga. “Las voces de los líderes de oposición al MAS no tienen ninguna gravitación”, dijo.

De forma coincidente, para el exdiputado del MAS y actual viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, la oposición al gobierno que nace desde el propio oficialismo genera en el Gobierno mayores conflictos que tener una oposición política.

“Sentimos que el Movimiento Al Socialismo ha copado todo el escenario político. Es oficialismo y es oposición al mismo tiempo, debido a las debilidades que tiene la oposición política en nuestro país”, sostuvo Silva en una conversación con EL DEBER.

Los desafíos

Para los expertos consultados por este rotativo, en los dos últimos años de gestión 2024 y 2025, el presidente Arce tiene varios desafíos y temas pendientes, entre los que están cumplir con la reforma a la justicia, ejecutar una “reactivación económica de verdad”, dejar de lado la confrontación con regiones como Santa Cruz y hacer ajustes en su gabinete si quiere culminar con resultados aceptables.

El abogado cruceño Jerjes Justiniano, le dijo a EL DEBER que la reforma a la justicia “es una absoluta debilidad y una deuda que tienen y una tarea incumplida de parte del MAS”, no sólo del actual gobierno sino de los 14 años de gestión continua de Evo Morales, por lo tanto, se vuelve uno de los desafíos más urgentes para Arce.

En ese ámbito, para Justiniano la “medida más desastrosa” de la última gestión de Arce fue “el secuestro del gobernador de Santa Cruz (Fernando Camacho)”, como un mensaje de que él “puede hacer lo que quiere” con la justicia misma, que está a cargo de fiscales y jueces “corruptos” y sin una adecuada formación académica, aseguró el jurista.

El viceministro Silva admitió que la reforma judicial es uno de los grandes temas pendientes. “El tema de justicia se lo va a encarar con mayor decisión los próximos meses y esperemos que para 2025 hayamos dado un paso importante en la administración de justicia”, anunció la autoridad.

A pesar que desde el Ejecutivo muestran constantes indicadores de crecimiento económico y estabilidad, para el analista Lanza, éste es uno de los temas pendientes del gobierno de Luis Arce.

“La situación económica es preocupante y tiende a la crisis si no se sumen medidas a corto plazo como liberar exportaciones y hacer mucho más transparente todo lo que es compra de hidrocarburos”, añadió Lanza.

En esa línea, el exsenador Aguilar remarcó que el gobierno está “descuidando” la situación económica, los problemas de corrupción y narcotráfico, todo por atender primero las acusaciones que hace Morales cada domingo.

“Arce tiene que entender que lo más importante es solucionar los problemas económicos del país, solucionar la corrupción, el narcotráfico. Hay temas muy importantes que Arce está descuidando por responderle a su principal interpelante político que es su mismo jefe de partido”, puntualizó Omar Aguilar.

No obstante, para el viceministro Silva, uno de los grandes logros del gobierno es la estabilidad económica. “A diferencia de lo que ocurre en los países vecinos, en nuestro país los precios están relativamente estables, con algunos altibajos, pero en términos generales estables. No hemos tenido un incremento de precios alarmantes en ningún producto, con excepción del huevo. Los combustibles se mantienen en los mismos precios de hace cinco años, no ha habido ningún incremento”, ejemplificó la autoridad.

El otro tema pendiente que plantean los expertos es que Arce en sus dos últimos años de gobierno deberá dejar de lado las peleas internas de su partido y buscar más acercamiento con sectores y regiones, en especial con departamento de Santa Cruz.

“El presidente Arce debe abrir escenarios de diálogo con los sectores que demandan su atención como los gremiales, sectores de clase media y también con las regiones y de manera especial con el oriente, con Santa Cruz porque se ha deteriorado profundamente su relación. Ese acercamiento le permitiría lograr acuerdos en el Parlamento”, planteó Lanza.

 Para Aguilar, si Arce, quiere darle un giro de timón para sus dos últimos años de gestión debe cambiar unos tres a cinco ministros. “Luis Arce, hoy que no tiene la presión del Chapare, tiene la libertad para poder decidir en el marco de la Constitución qué ministros están flaqueando”, dijo.

Fortalezas y debilidades

Entre las debilidades de Arce están que “no pudo generar cambios en el manejo de poder” para lograr una gestión transparente, dice Lanza quien anota como fortaleza que el Presidente es saber controlarse ante los constantes ataques de Evo Morales. Para Omar Aguilar, la fortaleza de Arce son las organizaciones sociales y su debilidad es un parlamento  con el MAS dividido, siendo este un factor que puede complicar el desarrollo de la gestión.

PUNTO DE VISTA

Marcelo Arequipa
ANALISTA POLÍTICO

Arce debe dar señales políticas y electorales

El cuarto año del actual Gobierno   del Luis Arce tiene una particularidad: el tiempo de hacer solamente gestión pública se está acortando cada vez más y empieza la premura de dar señales en términos político electorales. Éste ya es otro tiempo en el que ya se tiene que combinar esas dos cosas con miras a 2025.

El principal reto va a ser cómo el presidente Luis Arce, a partir de este cuarto año de gestión, empieza a hacer una demostración de estar preocupado por los problemas de la gente y de su gestión, pero a la vez tiene que dar señales más claras y más contundentes respecto a las internas del Movimiento Al Socialismo. Para mí un reto es combinar la gestión pública con lo político partidario.

Si hay algo que el presidente necesita resolver de manera urgente es una acción que la gente perciba como de mucha más cercanía, que la gente lo vea mucho más activo, porque somos un país que le encanta tener un sistema presidencialista y nos gusta la personalización de la política.

La fortaleza del presidente Arce es que ha sabido manejarse políticamente, primero hablando solo de gestión y no repitiendo cada fin de semana como lo hace el expresidente Evo, creo que eso lo ha fortalecido aún más con una imagen de alguien que está preocupado por temas que atingen a la sociedad en general y no de alguien que está metido o involucrado en la dinámica interna del partido.

Y hay una oposición política efectiva contra Arce que es el evismo, en tanto los del bloque de oposición política que no están en el MAS, son muy marginales, casi no existen. No han sabido aprovechar este momento de disputa interna que tiene el MAS.

Respecto a la gestión económica, creo que estamos en términos estables. Yo no veo sinceramente que la palabra crisis económica en su magnitud esté instalada en el consumo de las personas o en el nivel de los ingresos.

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