Un grupo de contrabandistas ligados al narcotráfico atacaron a la policía argentina en Orán, provincia de Salta, donde está uno de los pasos fronterizos más concurridos en la frontera con Bolivia. El ataque dejó un saldo de un muerto y tres heridos, según el reporte de radio Mitre y otros medios de comunicación del vecino país.
El incidente se desencadenó este miércoles en el puesto de control 28 de Gendarmería Nacional de Argentina, cuando efectivos interceptaron un cargamento de cocaína y otras mercaderías ilegales.
Según el informe oficial, un grupo de unas 20 personas fue detectado transportando bultos en las inmediaciones del sector conocido como La Isla, a la vera del río Pescado.
Al ser descubiertos, los contrabandistas abandonaron los paquetes y huyeron hacia el monte. Sin embargo, al intentar confiscar la carga, los gendarmes fueron atacados con piedras y armas de fuego.
En el altercado falleció Arnaldo Ariel Gareca, de 26 años, identificado como un “pasador de hojas de coca”. Los resultados preliminares de la investigación indican que su deceso no fue causado por balas de plomo ni asfixia, pero se espera el informe completo de la autopsia.
Además, otros tres hombres resultaron heridos, uno de los cuales requirió intervención quirúrgica.
Horas después, un grupo más numeroso, compuesto por individuos encapuchados y armados, atacó las instalaciones de Gendarmería para intentar recuperar el cargamento decomisado, que incluía 22 bultos sospechosos.
Las fuerzas de seguridad repelieron la agresión con agentes químicos y gases lacrimógenos, logrando dispersar a los atacantes.
La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, atribuyó el ataque a redes de narcotráfico que operan en la zona.
“Quisieron cruzar cargamentos ilegales por pasos clandestinos y, al ser interceptados, respondieron. Pero quedó claro: no pasa ni un gramo más de droga por nuestras fronteras”, declaró Bullrich, quien destacó la implementación del Plan Güemes, un operativo reciente que busca reforzar la vigilancia en puntos críticos como el río Bermejo y la ruta nacional 34, conocida como la ‘Ruta de la Droga’.
Por su parte, Adrián Zigaran, interventor de Aguas Blancas, advirtió que este tipo de incidentes eran previsibles ante el endurecimiento de los controles. “No se puede pasar de un mal control a uno estricto de un día para otro sin tensiones. Este es un conflicto alimentado por el narcotráfico, que está detrás de estas situaciones”, señaló.
La situación también pone en evidencia las dificultades socioeconómicas en la región fronteriza. El contrabando de mercadería y el tráfico de drogas han proliferado ante la falta de oportunidades laborales y el desequilibrio monetario entre ambos países. En zonas como Bermejo (Bolivia) y Aguas Blancas (Argentina), las actividades ilegales se han convertido en la principal fuente de sustento para muchas familias.
Mientras tanto, las autoridades bolivianas y argentinas enfrentan el desafío de coordinar esfuerzos para garantizar la seguridad en la frontera, un área donde el contrabando, el narcotráfico y los pasos clandestinos siguen siendo una preocupación apremiante.
Las autoridades bolivianas en Bermejo pidieron al gobierno del presidente Luis Arce coordinar con Argentina la aplicación del plan Güemes. Anticipan mayores tensiones en esa zona donde, además, el gobierno boliviano siente los efectos del “contrabando a la inversa”.
Los ruidos molestos, riñas y comercio ambulante son las infracciones que complican a los migrantes en la nación trasandina. En ese país hay varios bolivianos que trabajan en diversos sectores. En Argentina, el Plan Güemes todavía no logra resultados.