Las divisiones que existen en las dos bancadas de oposición -Comunidad Ciudadana (CC) y Creemos- perjudican al trabajo legislativo, según expertos. Lo mismo sucede con la labor que realiza el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), que está dividido entre los llamados radicales y renovadores. Además, los bochornos en las sesiones no ayudan a la imagen de los asambleístas. 

Hace dos semanas la Asamblea Legislativa Plurinacional sesionó para interpelar al ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo. En esa sesión se vivió un bochorno entre peleas a golpes, gritos e insultos. 

“Estas escenas, que ciertamente son bochornosas, fueron en realidad consecuencia de la agresión del ministro (Del Castillo) hacia la Asamblea, les ha faltado el respeto a los asambleístas, a la Asamblea como institución, al pueblo boliviano, y a Santa Cruz”, consideró el diputado Erwin Bazán, de filas de Creemos. 

El legislador opositor admitió que en la alianza a la que pertenece existe una división provocada por el MAS y que algunos de sus correligionarios se unieron al oficialismo por cargos en comisiones y en la directiva de esta gestión legislativa.
“Ese bloque se alió a un bloque del MAS para asegurarse cargos en la Cámara de Diputados, a cambio de la cabeza de Luis Fernando Camacho, y al parecer, ha empezado a cumplir ese mandado, porque ha comenzado su campaña de acusaciones falsas contra el gobernador de Santa Cruz y líder de la alianza Creemos”, acusó Bazán. 

Apuntan a Fernández
Uno de los apuntados es José Carlos Gutiérrez, quien negó alianzas con el MAS y descartó su alejamiento de la alianza política; sin embargo, cuestionó que Walter Chávez, exasesor de Evo Morales, esté al servicio del gobernador Luis Fernando Camacho.

“Nosotros somos diputados de Creemos, no nos vamos a salir de Creemos, no nos van a sacar, pero no vamos a seguir una línea de un personaje nefasto como Walter Chávez”, dijo Gutiérrez. 

La fractura en la alianza Creemos en la Asamblea Legislativa se dio por el control de la jefatura de bancada nacional. Un grupo eligió a Óscar Michel y Khaline Moreno como representantes de la bancada; mientras que el otro grupo rechaza esa elección y considera que la jefatura le corresponde a Leonardo Ayala y Fabiola Guachalla.

Algo similar sucede en CC. En la interpelación al ministro de Justicia, Iván Lima, se consolidó la fractura en la alianza que preside el expresidente Carlos Mesa. La senadora Silvia Salame no censuró a Lima y en filas de CC pidieron su expulsión. 

“Como diputado nacional, que proviene de la generación pitita y de la defensa del 21F, voy a pedir una sanción, incluso la expulsión, por parte de Comunidad Ciudadana, de la senadora Silvia Salame”, afirmó en la semana el diputado Alberto Astorga.

Salame salió al paso y defendió su decisión de no censurar a Lima. “En mi calidad de jurista, mi voto fue no a la censura (de Lima). ¿Ustedes creen que cambiar al ministro va a solucionar el problema?, va a empeorar, vamos a retroceder”, justificó la senadora.

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