Población refugiada

En el contexto del masivo desplazamiento de ciudadanos venezolanos y los efectos devastadores de los incendios forestales, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) reforzó su trabajo en Bolivia.

La decisión ya fue asumida a inicios de este año, pero la agencia tuvo que movilizarse con asistencia humanitaria, en coordinacion con otras instituciones internacionales, frente al desplazamiento de habitantes de las comunidades que se vieron forzadas a huir por efecto de los incendios forestales, según explicó en una entrevista con EL DEBER Karmen Sakhr, representante de Acnur para el Cono Sur.

Sakhr llegó al país junto al actor uruguayo Osvaldo Laport, embajador de buena voluntad de Acnur. Ambos, que tienen ya tienen más de 20 años en la organización, compartieron algunos detalles sobre su misión.

“Tenemos una presencia en Bolivia y estoy acá en Bolivia. Trabajamos desde la oficina multipaís (que está en Buenos Aires que tiene la responsabilidad de estar en cada país y responder en cada país. Y conociendo la necesidad de hacer más en Bolivia, desde el inicio de este año, expandimos nuestra presencia”, mencionó la representante de Acnur para Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.

Bolivia, situación estratégica

Sakhr explicó que Bolivia se ha convertido en un punto estratégico de tránsito para muchos refugiados y migrantes, especialmente de Venezuela, Colombia y Perú. Aunque muchos de ellos atraviesan el país en dirección a Chile o Argentina, un número significativo ha decidido quedarse en Bolivia. La diáspora venezolana es la más visible en la actualidad, aunque los refugiados peruanos tienen más tiempo en el país. Sakhr destacó que Bolivia tiene una cultura de acogida que ha permitido que estas personas se integren en la sociedad boliviana. También mencionó los retos que enfrenta el país, como la infraestructura limitada y la necesidad de apoyo internacional.

“Bolivia es un país con una cultura de recepción, pero enfrenta retos y dificultades porque está recibiendo muchas personas que están cruzando para ir a otras destinaciones. Esto crea una gran responsabilidad y un peso en la infraestructura existente, que ya necesita apoyo”, afirmó Sakhr.

La representante de Acnur subrayó la importancia de visibilizar no solo las dificultades, sino también las historias de éxito de los refugiados y migrantes que han decidido quedarse en Bolivia y han logrado integrarse a la vida económica y social del país.

Pero, el éxodo venezolano ha sido uno de los fenómenos migratorios más significativos de los últimos años. Según datos de Acnur, más de siete millones de personas han salido de Venezuela, de las cuales casi seis millones han elegido quedarse en América Latina. Bolivia ha sido uno de los países de tránsito para muchos de estos migrantes, aunque algunos han decidido establecerse de manera definitiva en el país.

Sakhr detalló que la proximidad cultural y lingüística facilita la integración de los migrantes venezolanos en Bolivia y otros países de la región. “La cercanía geográfica y el idioma juegan un rol fundamental en la decisión de muchos venezolanos de quedarse en América Latina. Es más fácil para ellos acceder a la educación, encontrar trabajo e integrarse socialmente”, dijo en la entrevista.

A pesar de esto, la situación en Bolivia es diferente a la de otros países de la región como Colombia, que ha recibido la mayor cantidad de migrantes venezolanos. En Bolivia, el número de refugiados venezolanos es relativamente pequeño en comparación, pero el flujo migratorio sigue siendo constante. Según Acnur, actualmente hay 240 refugiados venezolanos en el país. Muchos de ellos han solicitado asilo o protección ante las autoridades bolivianas a través de la Comisión Nacional del Refugiado (Conare).

Refugio en Bolivia

Acnur ha proporcionado datos actualizados sobre la población refugiada en Bolivia, que incluye a personas de varias nacionalidades. Los refugiados peruanos son el grupo más numeroso, con 527 personas reconocidas como refugiadas, seguidos por venezolanos (240), colombianos (200) y cubanos (48). También hay refugiados provenientes de Siria (22), Irak (15), Rusia (14) y Ucrania (7), entre otros países, desde 2018.

En cuanto a los solicitantes de asilo, los números son más bajos, con 11 personas provenientes de Paraguay, siete de Perú y seis de Colombia, entre otros países. Estos datos reflejan la diversidad de la población refugiada en Bolivia y la necesidad de adaptar las políticas de acogida a las diferentes circunstancias y necesidades de estos grupos poblacionales.

Sakhr subrayó que, aunque Acnur tiene una oficina regional que cubre varios países del Cono Sur, en los últimos años se ha incrementado la presencia en Bolivia. “Hemos fortalecido nuestra presencia en Bolivia y trabajamos en estrecha coordinación con las autoridades locales. No trabajamos solos; todas nuestras intervenciones están alineadas con las necesidades y las prioridades del gobierno boliviano”, remarcó.

La representante regional destacó que su organización colabora con varias organizaciones de la sociedad civil y agencias de la ONU, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Unicef para brindar asistencia a los refugiados y las comunidades afectadas por condiciones que puedan provocar desplazamiento de ciudadanos.

Uno de los desafíos más grandes a los que se enfrenta Acnur en Bolivia es la falta de documentación de algunos refugiados y migrantes. Esto impide que puedan acceder a servicios básicos, como salud y educación, y dificulta su inserción laboral. Para abordar este problema, la organización trabaja en la regularización de estas personas en coordinación con las autoridades locales.

Efecto de los incendios

Además de la problemática de los refugiados y migrantes internacionales, Bolivia también enfrenta una crisis de desplazamiento interno debido a los recurrentes incendios forestales, especialmente en el departamento de Santa Cruz. Cada año, miles de hectáreas de bosque son arrasadas, lo que obliga a muchas personas a abandonar sus hogares.

Sakhr destacó que Acnur ha estado trabajando en colaboración con otras agencias de la ONU para brindar apoyo a las comunidades afectadas por los incendios. “El equipo de Acnur en Bolivia ha estado en el terreno en Santa Cruz para ayudar a las personas desplazadas por los incendios. Estamos proporcionando kits de higiene, purificadores de agua y otros suministros, explicó.

El cambio climático es una de las principales causas del aumento de los desastres naturales en Bolivia, y esto está generando una nueva ola de desplazamientos internos. “El cambio climático es una problemática global que está afectando a Bolivia de manera significativa. Los incendios forestales están forzando a muchas personas a desplazarse dentro de su propio país”, añadió Sakhr.

Embajador de buena volutad

Osvaldo Laport, conocido por su destacada carrera como actor, ha sido embajador de buena voluntad de Acnur desde 2006. Su compromiso con la causa de los refugiados lo ha llevado a realizar múltiples misiones en varios países, incluyendo Líbano, Congo, Guatemala y México. En esta ocasión, Laport visitó Bolivia por primera vez y compartió su experiencia en la labor humanitaria con el diario EL DEBER.

“Bolivia era una asignatura pendiente en mi rol como embajador de buena voluntad. Hace 20 años que acompaño la causa de los refugiados, y Bolivia está dentro del marco de lo que es Acnur en el Cono Sur. Hacía años que tenía muchas ganas de estar aquí y conocer de primera mano la problemática que enfrentan los refugiados en este país”, comentó.

Durante su visita, Laport visitó centros de acogida para refugiados y fundaciones que trabajan en colaboración con la agencia, como Munasim Kullakita y Scalabrini. “Estas fundaciones son verdaderos guardianes de los derechos humanos. Fue muy conmovedor conocer a niños, adolescentes y jóvenes de diferentes nacionalidades que han sido acogidos por Bolivia”, afirmó.

Además, una de las problemáticas más complejas que enfrentan los migrantes y refugiados en Bolivia es la trata de personas. Debido a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran, muchos migrantes caen en manos de redes de trata que operan en las fronteras, donde se han ejecutado operaciones humanitarias ante este fenómeno.

Sakhr explicó que Acnur trabaja en estrecha coordinación con otras agencias de la ONU y con las autoridades locales para prevenir la trata de personas y brindar protección a los migrantes y refugiados. “El flujo migratorio en las fronteras a menudo se da en condiciones muy difíciles e irregulares, lo que aumenta el riesgo de trata. Por eso es fundamental que las intervenciones estén bien coordinadas entre las distintas agencias”, subrayó.

A pesar de que Bolivia no recibe el mismo número de refugiados que países como Colombia o Perú, se ha consolidado como un país de tránsito clave para los migrantes que buscan mejores oportunidades en otros países de Sudamérica. Sakhr resaltó la importancia de fortalecer la cooperación regional para hacer frente a la crisis migratoria.

“Bolivia tiene un rol estratégico en la región. Recibe a migrantes como a refugiados, pero también es un país de tránsito. Es fundamental que trabajemos con otros países de la región para garantizar que los derechos de los migrantes y refugiados sean protegidos en todas las etapas de su viaje”, puntualizó la funcionaria.

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