El gobierno de Luis Arce, como casi en todos los conflictos, consideró que hay “intereses políticos” en el nuevo anuncio de bloqueo de carreteras realizado por un sector de los choferes del país en protesta por la persistente escasez del diésel.

“¿Cómo queremos que las cisternas transiten por las principales carreteras del país si éstas se van a encontrar bloqueadas? Por tanto, nosotros vemos intereses políticos en la mayoría de estos anuncios de bloqueos”, dijo este lunes el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.

La Confederación Sindical de Choferes de Bolivia determinó para el próximo 1 de agosto realizar un paro nacional de actividades con bloqueo de caminos, mientras que la Cámara Boliviana del Transporte Pesado alista un ampliado para el martes con el objetivo de definir las medidas que vayan a asumir, también, por la falta del combustible.

Sin embargo, “esperemos que los dirigentes y aquellas personas que están siendo manipuladas puedan reflexionar y podamos trabajar de manera mancomunada para así evitar mayor conflictividad para el pueblo boliviano”, agregó Del Castillo en una conferencia de prensa.

¿Habrá intervención policial?

El ministro Del Castillo reafirmó que tienen la instrucción del presidente Luis Arce de agotar la vía del diálogo “antes que utilizar la fuerza pública”.

Por lo tanto, según la autoridad gubernamental, ahora se espera la reanudación de las mesas de diálogo convocadas por las carteras de Estado correspondientes (Ministerio de Obras Públicas, Ministerio de Hidrocarburos o el Ministerio de Economía).

Pero, “nosotros no consideramos que un bloqueo vaya a solucionar ningún conflicto en nuestro país, sino todo lo contrario, hemos visto que los bloqueos anteriores lo único que generaron fueron mayores problemas para lograr un abastecimiento normal de combustibles”, sostuvo.

Lea también

ECONOMÍA

El diésel se hace esperar, hay filas en surtidores y menos micros por la ciudad

Problemas logísticos de transporte han frenado el normal abastecimiento de combustibles en el país. Por una parte, condiciones climáticas en el norte de Chile y el bajo nivel de la hidrovía han impactado en la provisión de estos carburantes