Así como la cocaína sale de Bolivia a diferentes países, la marihuana paraguaya ingresa al país en grandes cantidades que en su mayoría pasan a otras naciones, principalmente a Chile. Paraguay se encuentra en un momento ascendente en el mapa del narcotráfico, como mayor productor de marihuana en Sudamérica y como distribuidor de la cocaína procedente de Perú y Bolivia. Esa marihuana paraguaya ingresa por dos puntos al lado boliviano: Mayor Infante Rivadavia y por la zona del Hito 1 en la triple frontera.

A muy pocos kilómetros de la frontera entre Paraguay y Brasil, pequeñas comunidades trabajan en gigantescas plantaciones ocultas para garantizar la marihuana fumada por millones de personas. Ese mismo escenario se ve en la frontera entre Paraguay y Bolivia. Un informe fiscal paraguayo devela que las mafias -como el Comando Vermelho y el Primer Comando Capital (PCC)- se asentaron en fincas paraguayas para cultivar marihuana.

Con una extensión de cultivo de cannabis estimada en casi 10.000 hectáreas y una producción anual que puede acercarse a las 50.000 toneladas, Paraguay exporta este estupefaciente a Brasil, Bolivia y Argentina. De Bolivia, la marihuana paraguaya pasa a Chile y Perú. Pero también una cantidad se queda en suelo boliviano.

La producción de marihuana está vinculada al crimen organizado que opera muy especialmente en las zonas fronterizas paraguayas con Brasil, Argentina y Bolivia. Según las cifras de la Secretaría Nacional Antidroga (Senad) de Paraguay, las mayores operaciones contra el cultivo de ese narcótico se desarrollan en el departamento de Amambay, cuya capital, Juan Pedro Caballero, constituye el centro delictivo del país. Esa ciudad está adosada a la frontera con Brasil y comparte masa urbana con la localidad brasileña de Punta Porá.

También la región del Chaco es otra zona donde la marihuana paraguaya tiene varias hectáreas de cultivo. En estos puntos hay localidades donde las mafias internacionales, sobre todo brasileñas, se instalaron y compraron estancias y fincas para cultivar cannabis. De ahí, el paso es más fácil hacia el lado boliviano, según la Senad.

Se calcula que en Paraguay existen entre 8.000 y 10.000 hectáreas con plantas de marihuana. Una semilla mejorada introducida al vecino país hace unos pocos años ha permitido ampliar las dos cosechas anuales habituales a tres o incluso cuatro cosechas, elevando así la productividad a dos y tres toneladas de hierba de marihuana por hectárea, con lo que la producción total podría llegar a las 50.000 toneladas por año.

Estas cifras podrían haberse quedado pequeñas, pues la Senad llegó a calcular que hasta 30.000 toneladas de hierba han podido salir del país en el último año.

El World Drug Report de la Oficina para la Droga y el Crimen de Naciones Unidas (Unodc) de 2020 sitúa a Paraguay como el país con mayor incautación de marihuana, por encima de las 1.000 toneladas al año. El informe también indica que el 77% de la marihuana generada en Paraguay se destina al mercado brasileño y el 20% entre el boliviano y el argentino.

País de tránsito

Según la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), Bolivia se convirtió en país de tránsito de la marihuana producida en Paraguay. El cannabis paraguayo que llega desde el Chaco va en su mayoría a Chile y en menor porcentaje a Perú. También algunas cantidades de la hierba se quedan en el país.

La Estrategia Contra el Tráfico Ilícito de Sustancias Controladas y Control de la Expansión de Cultivos de Hoja de Coca 2021-2025 establece que Bolivia es un país de tránsito de cocaína procedente de Perú y marihuana que llega de Paraguay.

“El incremento de los secuestros de marihuana en territorio boliviano, donde el mayor porcentaje es de procedencia paraguaya, se da principalmente debido a que ésta pasa por la región del Chaco”, dice el informe.

En el último tiempo, Oruro se convirtió en la ciudad que los narcotraficantes eligieron para sacar la marihuana paraguaya hacia Chile y desde allí alcanzar los mercados europeos.

La Felcn indicó que Oruro recibe el cannabis que es producido en Paraguay, aunque también se identificó hierba procedente de Brasil y hasta marihuana cultivada en suelo boliviano.

De acuerdo con informes de la Felcn, al menos un 70% de la marihuana es paraguaya, mientras que un 15% es brasileña y el mismo porcentaje tiene sello nacional.

En los últimos años, las plantaciones de marihuana en el país se han expandido en tres zonas: Yungas de La Paz, el valle cochabambino (alto y bajo) y en los alrededores de Guarayos, en el departamento de Santa Cruz.

Además, en los últimos meses se ha destruido un mayor número de cultivos de marihuana en zonas como Inquisivi, Asunta, Nor y Sur Yungas, Caranavi, Mapiri y Alto Beni, en La Paz; Mizque, Totora, Valle Alto, Valle Bajo y Ayopaya, en Cochabamba; Samaipata, Comarapa, Angostura y Guarayos, en Santa Cruz; Villa Serrano, Monteagudo, Zudáñez y Azurduy, en Chuquisaca; Yacuiba, Villa Montes, Bermejo, San Lorenzo y El Toldo, en Tarija.

Marihuana

La marihuana paraguaya mejoró su producción con nuevas semillas

En Bolivia

Desde la Felcn indican que los productores de esta sustancia ilícita en el país, en muchos casos, engañan a los pobladores humildes de municipios aledaños a sus zonas de plantación, haciéndoles creer que se trata de una nueva variedad de cultivo con fines medicinales. “Reclutan gente inocente que tiene propiedades en estas zonas de cultivo, les dan semillas, les ofrecen un salario y así empiezan a cultivar sin tener un terreno propio”, explicó un policía antidroga.

La misma fuente añadió que en Bolivia la marihuana se cultiva principalmente en climas cálidos y con acceso a la luz; sin embargo, precisó que ahora muchos lo realizan en invernaderos cerrados y aclimatados.

Por lo general, el destino final de la producción de marihuana paraguaya es Chile. Y para eso pasan por Bolivia y Argentina. De acuerdo con el diario El Sol de Argentina, en Paraguay un kilo de este sicotrópico alcanza los 45 dólares; mientras que en Chile puede superar los 2.500 dólares.

Según la Felcn, los traficantes paraguayos utilizan vías terrestres de Tarija, Potosí y Oruro para llegar a Chile. Confirmó que el elevado costo de esta droga en Chile provocó que se conformen clanes que generan altos ingresos, ya que los costos operativos (a diferencia de la cocaína) son mínimos.

“Los traficantes tienen su base en Pedro Juan Caballero, ciudad fronteriza con Brasil, desde donde la transportan oculta en vehículos de placas brasileñas y paraguayas y en ‘macacos’ hasta llegar a Tupiza, Uyuni y luego a Chile”, precisó la fuente antidriga.

Y si el tipo de marihuana es ‘cripy’, ‘cryspy’, ‘crypa’ o ‘gourmet’, el kilo puede costar hasta 8.000 dólares en suelo chileno y puede duplicarse en países de Europa.

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