Arturo Murillo, ministro de Gobierno, aseguró este sábado que el expresidente Evo Morales no volverá al país, incluso si el candidato por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce Catacora gana las elecciones de este domingo. Para la autoridad, el exjefe de Estado, tiene miedo a la gente por las acusaciones de pedofilia en su contra, entre otros delitos.
La postura de Murillo surge luego de que parlamentarios argentinos indicaron que entre el domingo y lunes, Morales regresará a Bolivia.
“Evo Morales no va a volver a Bolivia ni aunque gane el MAS. Tiene miedo a la censura de la gente porque le ha hecho fraude. Se ha sacado la máscara con el tema de la pedofilia, la corrupción, el narcotráfico, con su misma voz que mandó a cercar ciudades para matarlas de hambre”, dijo Murillo en conferencia de prensa.
En esa línea crítica, el ministro aseguró que “ese hombre (por Morales) va a seguir en su exilio dorado en su castillo de 3 millones de dólares, hablando a sus cuatro o cinco seguidores del Chapare por su radio Kawsachun Coca”.
Los rumores sobre el retorno de Morales surgen tras declaraciones de la exministra argentina y presidenta del partido opositor Pro, Patricia Bullrich. La política informó que su bancada está solicitando un informe a la Cancillería de su país con respecto a la posibilidad de que Morales regrese el domingo o el lunes a Bolivia.
Una comitiva de 50 personas del MAS se encuentran en un hotel, en el lado argentino, a escasos metros de la frontera con Bolivia. El enlace para su ingreso al país sería su suegra, la madre de Cindy Saraí
En el pasado, Morales ya manifestó públicamente que su intención es regresar a Bolivia al día siguiente de que el MAS gane las elecciones.
El diputado nacional de Juntos por el Cambio, Fernando Iglesias, sostuvo que la actividad política de Morales en Argentina fue intensa e incompatible con su estatus de refugiado que goza actualmente.
En ese sentido, sostuvo que la oposición en Argentina, ha solicitado un informe a la Cancillería sobre si Morales retornará o no a Bolivia.
“Es un huésped incómodo, que vulnera el estatus de refugiado político, al indicar que va a volver a su país. El canciller debe garantizar el respeto del estatus jurídico”, dijo.