El Senado vive un nuevo equilibrio y la oposición gana protagonismo con el manejo de una agenda convergente. La disputa interna en el Movimiento Al Socialismo (MAS) ha reposicionado la correlación de fuerzas en la Cámara Alta. Los votos de Comunidad Ciudadana (CC) y Creemos juntos suman 15, uno más si se cuenta el aporte de la senadora disidente Silvia Salame. Con unos pocos votos más alcanzan la mayoría necesaria para aprobar las normas, tal como se evidenció en la sesión del pasado miércoles.

La sanción de la Ley de ‘Régimen excepcional y transitorio de Elecciones Primarias’ se logró con los votos opositores y el apoyo del ala arcista. En esa misma sesión, se respaldó una declaración cameral presentada por la senadora Salame en la que se rechaza la idea propuesta de realizar un referéndum. En esta votación, apenas unos minutos después de la anterior, el ala evista validó la declaración.

La oposición ha recuperado el protagonismo en el Senado. El trabajo conjunto entre CC y Creemos permite impulsar una agenda propia. Cecilia Requena, senadora de CC, resalta el “nuevo equilibrio” de la Cámara Alta. “La iniciativa está de parte de nosotros y ellos votan con nosotros”, explica.

El senador de Creemos, Henry Montero, comparte similar criterio. “El cambio de protagonismo se debe a la ruptura del MAS. Los dos primeros años nos arrollaban. Ahora necesitan votos de la oposición”. Con este nuevo panorama abierto, los partidos opositores avanzan con “una agenda de beneficio nacional, no partidario”.

Si bien se percibe un mayor peso de Creemos y CC en las decisiones del Senado, la senadora cruceña Centa Rek pide un mayor esfuerzo político para ganar liderazgos en la Cámara. La oposición, dice, “no está liderando la agenda parlamentaria. Para hacerlo debería coordinar en los temas macros o estructurales. Ahora coordina los temas coyunturales”, alerta la representante de Creemos.

Trabajo en convergencia

Uno de los logros que explica el nuevo papel de la oposición se explica por la coordinación constante que mantienen CC y Creemos. La senadora por Cochabamba Andrea Barrientos resalta la “puerta abierta para entablar diálogo con jefe de bancada de Creemos, Henry Montero, con quien sostenemos una relación cercana” que facilita “negociaciones de por medio, un acuerdo que nos permite avanzar. Es difícil – matiza-, se hace lo que se puede”.

Barrientos reconoce que “no manejamos todo” y que el MAS “cuando quiere se pone de acuerdo y recupera el rodillo”.

El oficialismo arcista tiene una mirada distinta del trabajo en la Cámara Alta. Virginia Velasco, senadora por La Paz considera que “el Gobierno ha tomado fuerza en el Senado” y logra priorizar “los intereses del país para anteponerlos a los intereses personales”. Muestra de este ‘control’, alega, se ha impuesto “la cordura de la oposición que ha respetado los acuerdos del 10 de julio con el TSE”.

La posición asumida por el arcismo es clara. “No tenemos acuerdos con la oposición, lo hacemos por el país”. Y no deja pasar la oportunidad para enviar un mensaje al evismo: “no necesitamos defender al jefazo”.

Ambiente más cordial

Las sesiones plenarias en el Senado se desarrollan en un clima cordial. Es frecuente escuchar alguna broma o comentario jocoso durante las sesiones. Las risas son más que habituales. Un ambiente muy distinto al que se respira en la Cámara de Diputados.

Requena (CC) es consciente que el Senado” ha estado en segundo plano por el caos en diputados”. Quizá por ello, ha pasado desapercibido el “trabajo de un modo diferente que se favorece por la menor cantidad de asambleístas”.

Los senadores tratan de alejarse del espejo que pudiera ser la Cámara Baja. Velasco (MAS) se manifiesta con dureza por las continuas peleas que allá se presentan. “(La Cámara de Diputados es una vergüenza para el país, es una vergüenza internacional. Deberían irse a su casa”, concluye.

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