En febrero de 2022, en entrevista con Mongabay Latam, dijo una frase: “Estamos en guerra, nos la han declarado a los pueblos indígenas”.
Ya pasó un año y medio, y todo parece empeorar. Como nunca antes, además de la minería, ahora el fuego incendió su comunidad, San José de Uchupiamonas, ubicada en el corazón del Parque Nacional Madidi.
En entrevista con EL DEBER Radioa, Ruth Alípaz, de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap), contó lo que hay detrás del fuego en esa zona.
También celebró los cinco años de existencia de esa organización que aglutina a una treintena de territorios de tierras altas y bajas.

_¿Qué pueden decir al ver el sufrimiento de la fauna?
Lo más doloroso de los incendios es ir encontrando tortugas que no logran escapar, perezosos, monitos que se intoxican y caen, ardillas, etc. Esas imágenes son lo que más golpea emocionalmente, ver que solo quedan cenizas. 

¿Quiénes son los responsables?
Los indígenas siempre hemos chaqueado, pero nunca provocamos incendios. Se está utilizando el tema del chequeo para hacernos ver a nosotros como responsables.
Además, nos llama la atención que los incendios se dan en lugares inaccesibles. 

_¿Cómo descubren la minería ilegal?
Toda la población se abocó a apagar incendios, pero vieron cómo gente ajena fue ingresando al territorio, llegaba en grupos de siete personas, y andaban con casco, en una actitud de provocación.
Les pidieron que se retiren, pero siguieron llegando. De hecho, el viernes pasado arribaron cuatro flotas llenas a Ixiamas. Lo mismo sucedió en la Chiquitania, en Roboré, donde amenazaron con hacer un congreso de los interculturales.
En nuestro caso, es gente que está viniendo del lado de Guanay, Teoponte, donde está el epicentro minero.

_¿En qué beneficia a estos mineros quemar bosques?
Es quitar el valor a las tierras, a las áreas protegidas, para decir, ya no hay nada que cuidar.
Quienes defendemos las áreas protegidas y los territorios indígenas nos aferramos a cumplir lo que manda la Constitución Política del Estado.
Ellos quieren entrar, ya están dentro del Parque Nacional Madidi por el área de Apolo, pero buscan la ocupación total de los
ríos dentro del Madidi.

_¿Todavía es posible hacer resistencia en esos territorios?
Cuando defendimos nuestro territorio, en 2016, de las hidroeléctricas, y sin importar la división política departamental o municipal, defendimos el espacio de vida de seis naciones indígenas, tsimanes, mosetenes, lecos, takanas, esse ejja y uchupiamonas. 

_¿Ya existen pueblos desplazados?
Hemos advertido es que estos incendios van a provocar desplazamiento, esa es la finalidad, desocupar estos territorios de las poblaciones indígenas, que vaciemos esos territorios, y que haya cancha libre para que ingresen los mineros, se hagan proyectos de agroindustria, del agronegocio, de monocultivos como la palma africana para aceite.

Esta palma la quiere introducir el Ingenio Azucarero de San Buenaventura, que está devastando y que prácticamente ya lo venía haciendo desde que se instaló. Son muchos los intereses. 

Al quitarnos nuestros medios de vida, al incendiar nuestros chacos, casas, y fuentes de agua, no vamos a tener fuentes de trabajo. Por ejemplo, Rurrenabaque es zona turística. Entonces, habrá empobrecimiento, tener que salir a buscarse la vida. Eso es desplazamiento forzado.

_¿Llegó ayuda del Gobierno?
Después del incendio lo que quieren es reforestar con monocultivos. Se quema bosque primario, bosque que protege el agua y la vida, para sembrar monocultivos. Ahí hay otros intereses.

Lea también

Bolivia

Invasores llegan hasta el corazón de la Reserva Municipal de San Rafael

Aunque los avasallamientos empezaron a afectar los límites de la reserva hace ocho años, Mongabay Latam y EL DEBER pudieron comprobar que estas ocupaciones ilegales ya penetraron el núcleo del área protegida.