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Samuel Doria Medina: “Las Green Tower forman parte de un proyecto más grande: colocar a Bolivia en el futuro”
El empresario inauguró las torres de oficinas y departamentos. La inversión fue de 100 millones de dólares. Insistió en que los bolivianos deben sentirse capaces de grandes proyectos y habló de la unidad en el país
9 de agosto de 2024, 20:07 PM
Era una noche del agosto de los vientos y con surazo. Nada impidió que Green Tower Santa Cruz sea presentado en Santa Cruz. Se trata de dos torres de 34 pisos cada una; la primera destinada a departamentos de lujo y la segunda a oficinas. El líder del proyecto es Samuel Doria Medina que, desde el inicio de su discurso planteó su sueño de Bolivia, la importancia de la unidad del país y de la capacidad de los bolivianos para realizar proyectos grandes y ambiciosos.
Este complejo costó 100 millones de dólares y se construyó en casi cinco años, desde antes de la pandemia. Habló de su obra y dijo que “las Green Tower forman parte de un proyecto más grande: colocar a Bolivia en el futuro”. En sus reflexiones, opinó que el país ha vivido mucho tiempo condicionado por el pasado. “Mientras el mundo discute sobre la inteligencia artificial, las criptomonedas, la revolución del empleo, la nanotecnología, el Internet de las cosas, los bolivianos vivimos mirando hacia atrás”, afirmaba anoche en el evento de inauguración al que se dieron cita varios de cientos de personas.
Desde la mirada del empresario, “La creatividad boliviana está muy reprimida, llegó el momento de liberarla”, aseguraba, mientras daba a conocer algunas cifras de este proyecto. Trabajaron 3.500 personas en cuatro millones y medio de horas hombre, durante los cinco años. Los edificios tienen tecnología de punta en su construcción y destacan unas 16.000 piezas de vidrio que aíslan el calor y el sonido, lo que significa que requiere menos energía para el enfriamiento artificial.
“Green Tower Santa Cruz, junto a Green Tower de La Paz, ubica a Bolivia en las ligas mundiales de la arquitectura urbana”, puntualizó.
Doria Medina planteó que los edificios Green Tower de La Paz y de Santa Cruz son la constatación de que la unidad es posible en Bolivia. Puso como ejemplo que los trabajadores de la obra provienen de distintos lugares de Bolivia, tienen diferentes posiciones religiosas y políticas, pero trabajaron unidos en función de un proyecto común. “Es momento de poner fin a falsas divisiones, que solo sirvieron para que algunos se beneficien; la mayoría de los bolivianos se enfrentan por temas que no son importantes”.
En su discurso, Doria Medina insistió en que inauguraba de estos edificios demuestra lo que los bolivianos son capaces de hacer. “Solemos subestimarnos. Años de frustración nos convencieron de que no somos capaces. Pero esta obra es un ejemplo, entre otros, que eso no es verdad”, precisó, al indicar que cuando hay una visión, determinación y un equipo, se pueden lograr grandes proyectos.
Destacó también que en el tiempo de construcción no hubo accidentes graves en la obra y que las dos torres aportarán a la zona de Equipetrol y a la región con turismo y mayor activación de las actividades comerciales de los negocios aledaños.
Samuel Doria Medina habló del liderazgo, de la importancia de escuchar a su equipo y la capacidad de tomar decisiones. Asimismo, explicó cuáles son sus ideales y el futuro que se plantea a sí mismo.
“He vivido lo suficiente como para poder soñar con una Bolivia mejor y nos falta mucho por construir. Los que me conocen saben que mi obsesión es trabajar por el país del mañana y por un futuro mejor para todos”, aseguró y reiteró que Bolivia es un gran país, que se merece un destino mejor. “Nuestro proyecto en común es construir el gran país que hace tiempo soñamos y que aún no alcanzamos”, se comprometió.
Finalmente, habló de su siguiente proyecto y dijo que es ambicioso y busca arraigar las estructuras en la tierra para tocar el cielo. “Esto funciona en la construcción de las torres, de una comunidad, un país o en nuestra propia vida”, concluyó.
Tras el discurso de Doria Medina hubo un show de 300 drones que desafiaron el fuerte viento, pero que dibujaron varias figuras referidas a los dos edificios, a Bolivia, la temperatura del ambiente y también le hicieron un homenaje al tajibo y a Santa Cruz.